Hace 31 años, 649 argentinos heroicos quedaron para siempre custodiando nuestro territorio usurpado por Inglaterra. Desde que regresaron, más de 400 combatientes no recibieron la atención necesaria y no pudieron seguir con sus vidas. Miles son los que aún padecen secuelas psicológicas y físicas.
Luego de décadas de desmalvinización, el kirchnerismo dice reivindicar a los ex combatientes, pero tampoco reivindica la gesta que protagonizaron. Además instaló divisiones entre quienes fueron movilizados y quedaron en el continente, y quienes estuvieron en combate. La recuperación de Malvinas fue una gesta ampliamente apoyada por el pueblo, a pesar de la dictadura genocida y pro-imperialista que buscaba instrumentarla y la llevó a la derrota.
El imperialismo en nuestro territorio.
El gobierno inglés viene de plebiscitar la ciudadanía de segunda de los kelpers, reforzando así su ocupación sobre esa parte de nuestro territorio. Este resultado cantado también reforzó la legalización de los ejercicios militares y de rearme en el Atlántico Sur e Islas Malvinas. En los últimos años, los diarios y medios británicos han dado cuenta del envío de buques de la Marina Real Británica: destructores, misiones de patrullaje, de búsqueda y de apoyo a embarcaciones que operan allí.
Esto no es un accionar secreto del imperialismo. Sobran ejemplos: En el 2011 enviaron al buque HMS Clyde; su capitana, Catherine Jordan, explicó que tenían como “misión” evitar que cualquiera que no sea “bienvenido o invitado” ingrese al territorio del archipiélago. También el HMS Cork, el HMS Scout, y la fragata HMS Montrose “custodian” los “intereses de Gran Bretaña en el Atlántico Sur”.
En febrero de 2012, el gobierno del Reino Unido mandó el submarino nuclear HMS Vanguard (S28) a patrullar ante las islas Malvinas, en el Atlántico Sur. El diario británico “Daily Mail” reportó que Gran Bretaña había desplegado submarinos tipo Trafalgar armados con armas convencionales al Atlántico sur. El primer ministro británico, David Cameron, fue quien aprobó la misión.
En agosto del año pasado, el HMS Dauntless llegó a las Islas Malvinas. El destructor, con capacidad para trasladar misiles antiaéreos de alta tecnología y unos 60 efectivos militares, arribó el Atlántico Sur para realizar “ejercicios de rutina”, según el Ministerio de Defensa británico. En febrero de este año, la fragata HMS Argyll zarpó desde el Reino Unido hacia las Islas Malvinas, para “asegurar” el proceso del referéndum.
Es necesaria una política verdaderamente antiimperialista.
El gobierno argentino, a través de su canciller Héctor Timerman insiste en presentaciones ante la ONU sobre la necesidad de alcanzar una “solución negociada” al conflicto por la soberanía de las Malvinas.
Mientras, el primer ministro británico, Cameron, en enero plantaba su posición frente al canal de televisión BBC: Gran Bretaña estaría dispuesta a luchar si fuera necesario para conservar las Islas Malvinas. Afirmó que “es absolutamente clave que tengamos jets estacionados allí, y tropas estacionadas en las islas (…) Nuestra determinación es extremadamente fuerte”; y recordó, para que escuchen otros imperialismos y los países dependientes, que el Reino Unido dispone de uno de los “cinco presupuestos de defensa más importantes del mundo”. Parte del plan de militarización de Inglaterra es construir una base militar en Malvinas.
Este 2 de abril levantamos nuevamente la bandera de la lucha antiimperialista, denunciamos la militarización inglesa en la región y exigimos al gobierno nacional medidas contundentes contra la ocupación:
- Ruptura de los Acuerdos de Madrid y del Acuerdo de Garantía de Inversiones con Gran Bretaña firmado en Londres el 11 de diciembre de 1990.
- Reglamentación y cumplimiento inmediato de la Ley 26.659, que prohíbe ayudar la exploración kelper en la plataforma submarina argentina.
- Embargo de monopolios inglesas en Argentina y anulación de sus concesiones mineras y petroleras.
- Expropiación de latifundios de capitales ingleses.
- Prohibición por ley nacional de la permanencia, amarre o abastecimiento u operaciones de logística en territorio argentino de buques de bandera británica.
Fuera ingleses de Malvinas. Fuera imperialismos de América Latina.