¿Qué blanquea el gobierno?

El martes 7/5, entre sonrisas y sorna, los cinco funcionarios K más dedicados al seguimiento económico del “modelo” anunciaron un nuevo blanqueo poco claro. Dieron como sus objetivos recolectar dólares para invertir en YPF (con el BAADE) y para alentar el mercado inmobiliario (con el CEDIN). En el mismo acto criticaron la propuesta de devaluación y reafirmaron la inflación INDEC del 10,5% interanual.

El contexto: una caída incesante de las reservas del Banco Central. Según el propio informe oficial por primera vez desde 2007 quedó por debajo de los 39 mil millones de dólares. Este año cedieron US$ 4.340 millones, una baja del 10,2%. Buscan poner un freno a esta tendencia, que no se ha revertido ni con el superávit comercial ni con el cepo al dólar. Este año la importación de energía aumentará a US$ 15 mil millones (el año pasado fue de US$ 9.500 millones). Mientras, los monopolios imperialistas siguen llevándose “con pala” divisas a sus casas matrices (80 mil millones entre 2007 y 2011 según reconoce el gobierno).

Se reconoce que en la Argentina existirían unos 40 mil millones de dólares en billetes y otros 120 mil millones en el exterior. La pregunta que cualquiera se hace: en Argentina, con el recuerdo imborrable de la pesificación de los depósitos en dólares en medio de la devaluación de 2001, ¿quién va a estar interesado en cambiar dólares en billetes por bonos oficiales?

Quizás el gobierno y sus testaferros ya tengan algo en mente. En medio de las denuncias mediáticas por corrupción, con escándalos por narcotráfico y sin demasiados condenados, el proyecto genera suspicacias. Los artículos que excluyen del blanqueo a quienes estén procesados sirven para el discurso pero no cierran la compuerta que se abrió al lavado.

Con este nuevo “blanqueo” el gobierno pasó a reconocer que la economía está en problemas, mientras siguen negando la inflación real y la devaluación en cuotas. Basta con analizar la devaluación del peso frente al dólar en el cambio oficial (un 17% en el último año), cuando el dólar de por sí se viene devaluando internacionalmente. Ni que hablar del dólar “blue” (o “black”, en negro). Nadie cree que con esta medida resuelvan los problemas del “modelo”. Pero los objetivos del gobierno no son tan ambiciosos. Se conforman con alguna ayuda, sea dinero en negro o manchado, que les de algún alivio hasta las elecciones.