30.000 detenidos-desaparecidos, presentes!

Este 24 de marzo se cumplen 44 años del golpe fascista más sangriento que conoció nuestro pueblo, que impuso una dictadura con torturados, desaparecidos, asesinados, presos y exiliados. Y lo recordaremos, como siempre, exclamando: ¡30.000 compañeros detenidos-desaparecidos presentes!

Lo hacemos en un contexto singular. La pandemia nos obligó a suspender la convocatoria a marchar en la calle. Pero mantenemos bien alto nuestro reclamo de memoria, verdad y justicia. Lo hacemos multiplicando los pañuelos en nuestros balcones, puertas o ventanas con nuestros #PañuelosConMemoria. Se da además mientras transcurre una cada vez más incierta negociación con el FMI y los bonistas sobre una deuda impagable. Y mientras ya se prevén graves consecuencias económicas en nuestro país y en el mundo. El gobierno, que arrancó con medidas paliativas a fines del año pasado, pasó a concentrar sus acciones en atender esta emergencia sanitaria, económica y social.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Compartimos algunas fotos del pañuelazo de ayer! SON 30.000 Y FUE GENOCIDIO. MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA. #PañuelosConMemoria

Una publicación compartida por Liberación Popular (@liberacionpopularok) el

En 1976, la dictadura vino para imponer una política económica en favor de los imperialistas, los monopolios y los terratenientes, y en contra de los intereses de los trabajadores, del pueblo y de la Argentina. Los salarios fueron congelados; y pasaron de representar el 48% del PBI en 1974 al 22% en 1982, tras ser devorados por la inflación. Se acentuó el rasgo agroexportador y productor de alimentos de nuestra economía. Se promovió la importación indiscriminada y se destruyeron 20 mil establecimientos fabriles. Se generó la deuda externa fraudulenta e impagable que seguimos sufriendo hasta nuestros días. Para hacer pasar esta política, la dictadura impuso un régimen de terror sobre la clase obrera y el pueblo.

Viendo lo que venía, salimos a denunciar los preparativos golpistas. Como denunció el compañero René Salamanca, secretario general del SMATA Córdoba, junto a César Gody Álvarez, secretario zonal de Córdoba. “Hay que enfrentar el golpe, venga de donde venga” y “¡No a otro 55!”, exhortaba Salamanca en sus cartas abiertas que denunciaron los preparativos golpistas, publicadas en diciembre de 1974. El 29 de noviembre de 1974 es secuestrado de la Facultad de Ingeniería de la UBA, Daniel Winer, secretario gremial del Centro de Estudiantes de Ingeniería. Dos días después aparecería asesinado. El 7 de diciembre de 1974 en la Plata era sacado de su casa y fusilado en la calle Enrique Rusconi. Y a este asesinato le siguieron inmediatamente el de cinco compañeros más en esa ciudad. Querían quebrar nuestra decisión, mientras los golpistas trabajaban para sumar descontento popular con el desabastecimiento y con la confusión que sembraban las acciones terroristas, aunque también de la Triple A en una confrontación de aparatos ajena al pueblo.

Hoy, el pueblo no duda en denunciar este golpe de estado, que volteó un gobierno constitucional. Pero en ese momento fue dramático. Porque además hubo que enfrentar, en el seno del pueblo, el trabajo de fuerzas que también promovieron la desestabilización del gobierno de Isabel Perón, aprovechando los aspectos negativos de su gobierno. Era un mundo difícil, dominado por la rivalidad entre el imperialismo yanqui y el socialimperialismo ruso. Una Rusia que para muchos seguía siendo socialista, pero que terminó apostando por el dictador Rafael Videla, como llegaron a reconocer luego.

El golpe se impuso el 24 de marzo. Esa misma madrugada René Salamanca era secuestrado. Casi un mes después también era secuestrado César Gody Álvarez. Pero los trabajadores mecánicos cordobeses de la planta de Santa Isabel hicieron ese mismo 24 un paro contra el golpe como parte de las medidas de lucha que, aunque aisladas, existieron desde el minuto cero de la dictadura. Así, la lucha popular logró finalmente hacerla retroceder. Y desde entonces no descansó en la exigencia de juicio y castigo a los culpables del genocidio.