Por un lado, el Ministerio de Trabajo de la Nación recibió la impugnación que el sector de la CTA encabezado por Hugo Godoy (ATE nacional) hizo sobre la elección de CTA Autónoma realizada el pasado 28 de junio. Por el otro, este Ministerio resolvió la suspensión de las elecciones organizadas por Godoy y Ricardo Peidro para el 8 de agosto. El peligro que ya quedó planteado es la posibilidad de intervención de la propia CTA Autónoma.
Ante esta situación, la Comisión Ejecutiva Nacional de la CTA-A conducida por Pablo Micheli afirmó en un comunicado que “la injerencia del gobierno en la vida interna de nuestra CTA-A es producto de la impugnación realizada en fechas 06/04/2018 y 18/05/2108 ante el Ministerio de Trabajo” por el sector de Godoy. Y agregó que es “inadmisible haber recurrido al gobierno ante diferencias internas que estamos obligados a dirimir entre trabajadores”.
Previamente, este sector se había apartado de la CTA-A (constituyendo la llamada CTA Perón) cuestionando la unidad de acción contra el gobierno de Macri. Pero en lugar de debatir esta diferencia política en los órganos institucionales de la CTA-A, la fracturaron, aún cuando aducían ser mayoría. Queda cada vez más claro a quién sirve la división.
En este sentido, la conducción nacional de la CTA-A insiste en su “estrategia de, sin perder autonomía, alcanzar el mayor grado de alianzas posibles en la unidad de acción para enfrentar las políticas de Macri, motivo principal que originó dichas diferencias”. Y finaliza que “los problemas internos se resuelven dentro de la Central, no golpeando la puerta al Ministerio de Trabajo, motivo por el cual hacemos pública la decisión de reiterar la invitación al debate interno con el fin de dirimir las diferencias”.