El acuerdo de Vaca Muerta: Más saqueo imperialista y precarización

El gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, el presidente Macri, Guillermo Pereyra, y el ministro de Energía, Juan José Aranguren.

Un exultante Macri calificó como “una revolución del empleo” al acuerdo alcanzado entre el Sindicato de Petroleros Privados, que conduce el jerarca-empresario Guillermo Pereyra, y los principales exponentes de los monopolios petroleros y el gobierno de Neuquén. Un acuerdo que otorga un salto en la penetración de los monopolios y la expoliación de nuestras riquezas estratégicas en materia energética.

Vaca Muerta es la segunda reserva más importante del mundo de gas no convencional y la cuarta de petróleo no convencional. Su importancia económica radica en que es la principal formación geológica de shale (un tipo de formación sedimentaria) en Argentina. El desarrollo de la producción de gas es a largo plazo, con ciclos de exploración, delineación y producción de años, y de un alto riesgo. En el caso de los desarrollos no convencionales, el ciclo de vida es de unos 35 años, y al menos 5 años de pilotos para delimitar las áreas de formación. Los anuncios de las “inversiones” también implican adecuarlas en todo caso a esos tiempos.

La paralización del acuerdo entreguista que hizo en su momento el kirchnerismo en Vaca Muerta tuvo el trasfondo de la crisis de sobreproducción de este tipo de gas y petróleo, ya que no es el que se usa en la mayoría de los países industriales, agravado por la crisis económica internacional. Ahora el gobierno especula con esa mejoría pero necesita dar nuevas garantías entreguistas.

El abanico de monopolios que se ofrecen aparte de YPF para extraer gas son en principio la Total, Pan American Energy, Chevrón, Shell y Dow; también está interesadas la rusa Gazpron y la china Cnocc que controla el 50% de Bridas. Se hablan de planes de inversión que, combinados, superan los 10.000 millones de dólares por año, a excepción del primer año que serán 5.000 millones de dólares.

A cambio de estos anuncios, el Estado nacional extenderá el “Plan Gas” (creado a principios del 2013, que triplica el precio del gas en boca de pozo para la nueva oferta adicional del hidrocarburo) hasta 2020, brindando garantías al sector sobre el precio del gas en boca de pozo. La provincia de Neuquén, por su parte, garantizará la estabilidad tributaria y se compromete a no aumentar los impuestos y a mejorar la infraestructura vial en la región. Todo a “pedir de boca” de las petroleras.

“Revolución…” de precarización

El gobierno nacional presentará a los sindicatos y empresarios petroleros una adenda (notas agregadas) preliminar a los Convenios Colectivos de Trabajo (CCT) que introducirá un nuevo marco regulatorio para la extracción de hidrocarburos en los yacimientos que abarcan a todos los trabajadores y personal jerárquico que desarrolla tareas en yacimientos no convencionales de las provincias de Río Negro, Neuquén y La Pampa.

El acuerdo será por 48 meses y está destinado a lograr la rentabilidad de los proyectos no convencionales de hidrocarburos, que se espera tengan un costo de extracción inferior a los US$ 35 por barril en los próximos años.

El gobierno, los monopolios y el sindicato venían trabajando durante el año pasado y aprovecharon este “nuevo anuncio” sobre el yacimiento de Vaca Muerta para avanzar en la modificación de los convenios colectivos. Y nada mejor para una plataforma flexibilizadora de lanzamiento que un acuerdo con un viejo traidor del movimiento obrero como Guillermo Pereyra de Petroleros Privados, quién accedió al acuerdo afirmando que “el tema principal no es el costo laboral, sino el costo de logística para que las empresas petroleras inviertan en los yacimientos”. O sea, accede a la flexibilización y modificar el CCT ni si quiera por el argumento de “los costos laborales”.

Y para graficar la mayor super-explotación de 12 horas de trabajo diario sostuvo “hay actividades en las que hay que hacer modificaciones, sin resignar los salarios de los trabajadores”. Y se sinceró: “para que los dirigentes busquemos la forma para que haya más trabajo, hay que buscar las condiciones para que ello ocurra”. Miente, ya que acordó mantener los salarios con mayores horas trabajadas y sin coberturas que antes pagaban las empresas como las “horas taxis” o las “horas de descanso”.

Este traidor fue justificando cada una de las conquistas que se perderán: como
las “horas taxis”, ya que con el nuevo CCT el tiempo de traslado de los trabajadores al lugar de trabajo no será más remunerado.

Respecto a la contratación, el acuerdo preverá contratos de trabajo a plazos determinados con posibilidad de suspensión o cancelación en caso que el proyecto lo demande, situación ante la cual los trabajadores sólo podrán reclamar sus respectivas indemnizaciones legales.

Se “blanquerá” y regulará la “multifuncionalidad” en las operaciones en equipos de torre y en las actividades de operación y mantenimiento, que podrá ser exigida por los empleadores para maximizar el rendimiento del proyecto, sin necesidad de modificar la categoría del personal del equipo.

Mayor flexibilidad horaria para disponer de los empleados; se podrán implementar rotaciones de los trabajadores por distintos puestos; se reducirá la cantidad de trabajadores en los equipos de perforación; se implementará el turno nocturno. También para los equipos de torre y operaciones especiales, se establecerá dotaciones máximas y la carga horaria de cada turno, según la tarea a realizar.

Las operaciones tendrán un diagrama de trabajo de dos días de actividad por uno de descanso, que no será remunerado. Las empresas sólo pagarán las horas trabajadas.

Para el personal que trabaje en equipos de dotación ininterrumpida, el acuerdo establecerá jornadas de 8 horas durante seis días corridos de trabajo, con un descanso de 48 horas (no pagas).

La CGT dividida y la lucha por abajo

Estos acuerdos pusieron presión en sectores de la CGT, donde avanzan las divisiones ya que unos acusan a otros de tener voluntad de acuerdo en extender esta “revolución en el trabajado” a otras ramas y sindicatos. Sin ir más lejos, el propio Macri busca ahora un acuerdo con un sector de navegantes marítimos; y hay otros como rurales que están en tratativas para avanzar en la “adecuación” de los convenios.

La realidad dice que estos avances de este gobierno en materia laboral son pura y exclusivamente por la tregua que se le garantiza, ya que es un gobierno débil que tiene intereses opuestos con el movimiento obrero pero sabe usar a su favor el desprestigio de los jerarcas sindicales y el tiempo que se le da en cuanto al desprestigio del peronismo y su división.

Pero el camino es el del paro y movilización que ha demostrado eficaz para hacer retroceder al gobierno, como la Marcha Federal, la demostración de fuerzas obreras que se mostró el 1° de mayo del 2016, la lucha de los trabajadores y trabajadoras en el Ministerio de Ciencia y Técnica que obtuvieron un triunfo, en el Ministerio de Educación con un triunfo parcial, la movilización popular que detuvo el mega-emprendimiento turístico con entrega de tierras y lagos de Lewis en El Bolsón, la de los Mapuches que resisten con su vida los desalojos de sus tierras enfrentando la represión de Das Neves-Macri, la de los trabajadores del Ingenio “La Esperanza” con paros y corte de rutas por la liquidación de los sueldos de diciembre, el medio aguinaldo y el “premio zafra” y rodeando la lucha de los gráficos de AGR-Clarín contra el cierre y la fuente de trabajo, porque si ganan dan un gran estimulo al movimiento obrero contra el ajuste e impondrá una agenda de paro nacional a la CGT y las CTA’s para echar por tierra la idea de “imparable” que quiere instalar el gobierno y los medios a su servicio.