El apoyo y la injerencia abierta de EEUU con un nuevo salvataje de 40 mil millones de dólares, encima de los 20 mil del FMI, fueron decisivos sobre el final de la campaña para que el cuestionado plan “antiinflacionario” de Milei y Caputo pudiera sostenerse hasta las elecciones. Y para que el intervencionismo fuera aún más evidente, Trump aclaró que su “ayuda” llegaría solo si Milei ganaba las elecciones.
El abierto y grotesco apoyo de Donald Trump, la visita en persona del secretario de Finanzas norteamericano Scott Besent, junto con el desembarco del CEO de JP Morgan, Jamie Dimon, a la reunión internacional anual de su banco este año en Buenos Aires, forman parte de la agresividad desplegada en la región tras el debilitamiento de las posiciones de EEUU y la agudización de la lucha por mantener una hegemonía imperialista en disputa con la expansión de China a nivel mundial. Situación que también alimenta el grado de conflicto interno que se está apoderando del propio EEUU. “Occidente está en peligro”, vocifera el lacayo Milei para seguir endeudandonos bajo condiciones cada vez más entreguistas y pasar a votar en la ONU a favor del bloqueo a Cuba o a favor del genocidio en Gaza junto a EEUU, Israel y unos pocos países más.
Paradójicamente, el plan económico de Milei que viene sosteniendo el FMI, y ahora con el salvataje de EEUU, es el que promovió la sustitución de producción nacional por importaciones chinas. Por lo que China, además de haber conseguido instalar la base de observación radio espacial en Neuquén en tiempos de CFK, con Milei ha pasado a ser el principal socio comercial de la Argentina desplazando a Brasil.
Para Trump y EEUU, sostener a Milei como títere en la disputa regional evidentemente fue tan central como para comprometer –además de los 20 mil millones del FMI– 40 mil millones más directamente desde el Tesoro norteamericano. Y para sortear la forma de un nuevo endeudamiento, compró pesos pagando con dólares y con esos pesos hacerse de un nuevo activo financiero remunerado a medida y sobre el que no son públicas las condiciones. Por lo pronto, Trump ya dijo que el Tesoro ganó 250 millones en estos días, ante los cuestionamientos domésticos de un EEUU en el que los empleados públicos no cobran y la asistencia social está por cortarse ante la falta de aprobación del Presupuesto en el Congreso.
Con Trump en campaña: de empatar en 35% a ganar por 40%
El gobierno venía golpeado por la trepada del dólar de 1.200 a 1.500 en tres meses, además de la estafa Libra, el 3% de las coimas en medicamentos, la derrota bonaerense y los vínculos con el narco Fred Machado. Del 60% de apoyo de fines de 2024 sólo quedaba en un 35% y en descenso. Había perdido el blindaje parlamentario con el surgimiento de Provincias Unidas: un agrupamiento que nucleó a sectores que le habían votado la Ley Bases y que pasaba a conformar una oposición con el respaldo de Techint, la Fundación Mediterránea y Clarín. Y Schiaretti con Provincias Unidas se ofrecía como recambio reaccionario vía Asamblea Legislativa frente a un Milei que ya no podría sostenerse después de las elecciones. Sin embargo, hasta se medía algún grado de posibilidad de un triunfo de Fuerza Patria en Santa Fe, además de un nuevo triunfo en la Provincia de Buenos Aires.
La elección venía marcando un empate nacional con un nuevo triunfo de Fuerza Patria por 5% en la Provincia de Buenos Aires. El gobierno pasó a considerar “un triunfo” mantener con un 30% el poder de veto a las leyes del Congreso. Pero este cuadro de situación y el inminente default a los acreedores que ya marcaba el Riesgo País en 1450, determinaron el salvataje de Trump, del Tesoro de EEUU y del JP Morgan.
La jugada de Trump desautorizó a Provincias Unidas como recambio de Milei, apuntaló abiertamente a su muñeco “libertario” y fue una señal para todas las clases dominantes locales de que había que jugar con Milei. El títere presidencial sacó a Espert de la lista y extraditó al narco Fred Machado, con quien compartía abogado y le brindaba protección, junto al gobernador de Río Negro y la Corte Suprema de Justicia. Ajustaron el discurso mediático y pusieron “el Riesgo Kuka” como causa del desbarranque del insostenible plan “antiinflacionario” de Milei y Caputo, que venía quemando reservas de a 300 millones por día y se había quedado sin dólares a dos semanas de las elecciones. Con los dólares de Trump y Bessent del 9 de octubre, llegaron.
Este giro final de la campaña no dio vuelta todo, pero alcanzó para desinflar a Provincias Unidas y unificar el voto antikirchnerista y antiperonista, activar un sector que los había apoyado en 2023 pero que venía para no votarlos tras las coimas y el escándalo narco. Pesó también el miedo a un “lunes negro” pos elección y un dólar, un Riesgo País y una inflación que se dispararan. Un déjà vu de 2001, De la Rúa y un retorno “populista”.
¿Cómo un 6% puede cambiar tanto un resultado? En realidad ni siquiera es un 6% del padrón, ya que el nivel de abstención fue el más alto de la historia reciente, con un 32%. Esto ya no se debe solo a Milei y Trump sino a un grado de descreimiento en todo el sistema político, en el marco de un empobrecimiento sin fin que comenzó con Macri hace ocho años y quizás más. Un descreimiento que alcanzó al PJ y al Frente de Todos, trituró al PRO y derivó en el surgimiento relámpago de Milei en 2023. Un empobrecimiento sin fin, asociado durante seis años al mecanismo inflacionario y el amortiguamiento con planes.
Así, los resultados de 2021 y 2023 desataron una crisis expuesta en el PJ. Hizo crisis la línea neo-desarrollista que arrancó con apoyo de AEA, la UIA, la Sociedad Rural y demás organizaciones empresariales en 2003. En 2008, con la polarización del conflicto agrario y el giro hacia una batería de medidas populares, el gobierno de CFK empezó a perder apoyo de las direcciones empresariales. También porque, internacionalmente, en 2008 la asociación global entre EEUU y China comenzó a transformarse en disputa; y la definición de alianza estratégica con China tuvo su contraparte. Se teorizó un mundo multilateral en vez de poner a foco una política nacional independiente en el marco de una bipolaridad creciente. El golpe final para ese neo-desarrollismo fue el realineamiento de la UIA, impulsado por Techint, en su congreso de junio de 2021 en contra del gobierno del Frente de Todos. Por eso Milei revive al menemismo como uno de sus ejes vertebrales y, denigrando a Alfonsín, disputa votos peronistas.
Entre el miedo a un “lunes negro” y la falta de claridad en cuál sería el programa si el gobierno de Milei empezaba a terminarse tras una derrota, se activó el voto de la influencia de LLA y viceversa para Fuerza Patria. Algunos intendentes del PJ en la Provincia de Buenos Aires se confiaron y no hicieron demasiada campaña, creyendo que el resultado de septiembre era irreversible. Fuerza Patria en esta Provincia terminó apenas un 0,3% debajo de la LLA.
Hay que desmenuzar aún más el voto de la juventud, menor a 30 años. Donde, más aún en los varones, LLA alcanzó mayoría de los votos que sustentan ese 40%. En un contexto de desindustrialización, con 9,7 millones de asalariados registrados (privados y públicos), 2,2 millones de trabajadores monotributistas (entre cuentapropistas y relaciones laborales encubiertas) y otros 9 millones que trabajan en la informalidad plena. Y un debate político donde, si el contraste al capitalismo occidental encarnado por EEUU y Europa son los regímenes de Rusia, China o aún más cercanos Venezuela, Cuba y Nicaragua, la elección se les presenta por “occidente”; y Milei es conciso en esto. El debate sobre la base China está presente.
La burguesía pyme y la pequeña burguesía han sido brutalmente golpeadas por Milei. Pero le trabajan su lado explotador antisindical y anti justicia laboral o su costado aspiracional “emprendedor empresarial” individualista. Desde ya, en ese 40% está el voto de las clases dominantes y de su influencia ideológica en la sociedad, que no es nueva, la de votar al que defienda la propiedad privada de los medios de producción y le ponga el límite “a la negrada” o “a los marrones”, como dicen ahora.
El resultado en el Congreso
La Libertad Avanza, fagocitándose al grueso del PRO y la UCR, se impuso con 9 millones de votos para diputados en Buenos Aires, Santa Fe, San Luis, Chubut, Córdoba, Mendoza, Misiones, Jujuy, Río Negro, Chaco, CABA, Entre Ríos, Neuquén, Salta y Tierra del Fuego. Y ganó en la elección de senadores de los últimos seis distritos.
Fuerza Patria, con 8 millones de votos, ganó en Catamarca, Formosa, La Pampa, La Rioja, San Juan, Santa Cruz, Tucumán y Santiago del Estero con el Frente Cívico. En esta última y en Río Negro se impuso en senadores. Aunque, es discutible la “amplitud” que contabiliza los votos de Tucumán y Catamarca totalmente como parte de Fuerza Patria, cuando los gobernadores de esas provincias aportaron el Pacto de Mayo y mandaron a votar la Ley Bases, gracias a lo cual duró Milei en el gobierno.
Provincias Unidas es la gran derrotada: solo ganó en Corrientes, siendo que se constituyó como el frente también de los gobernadores de Córdoba, Santa Fe, Chubut, Neuquén, Jujuy y Santa Cruz.
Habrá que ver cómo se constituyen los bloques y subbloques en la Cámara de Diputados. Pero la suma de “libertarios” y macristas suma alrededor de 108 diputados, frente a 101 de Fuerza Patria y aliados, 16 de Provincias Unidas, 4 del FIT, 10 de otras fuerzas provinciales, 7 de UCR, entre otros. En la Cámara alta, LLA tendrá 20 senadores propios, el PRO 5, mientras que Fuerza Patria y aliados tendrá 28, lo que grafica una minoría del justicialismo que tuvo mayoría y quórum desde 1983 a 2023. Así, La Libertad Avanza, más los retazos de un PRO sometido y otros aliados, tendrá así capacidad y ofensiva legislativa. Presupuesto, reforma laboral, jubilatoria e impositiva son los primeros proyectos antipopulares ya en agenda para las sesiones extraordinarias.
Cómo seguir
Si bien LLA logró revertir la derrota provincial bonaerense, sólo se impuso por un 0,3%. El gobernador Kicillof, en base a su amplio triunfo provincial, quedó en pie y reagrupa desde el MDF con los intendentes bonaerenses en confrontación con el plan recesivo y anti-industrial de Trump-Milei. Desde allí apunta a que Magario asuma la Presidencia del PJ bonaerense cuyo mandato vence en diciembre. El baile desatinado de CFK en el balcón en la noche del 26/10 y la carta posterior contra Kicillof, son parte del intento por impedir el crecimiento de un nuevo liderazgo. Por su parte, la Corte Suprema aprovechó el resultado para rechazarle veinte presentaciones a CFK, aprobar la condena e inhabilitación de Guillermo Moreno y volver a favorecer a los genocidas. Mientras tanto, la reacción desde el Poder Judicial avanza con la “causa cuadernos” nuevamente contra la ex presidenta.
La presión sobre el dólar no afloja, porque el plan es insostenible o fue sostenible a condición de inyectarle 40 mil millones de dólares frescos por año. Con el resultado Caputo ganó tiempo renovó la deuda en bonos con menos tasa y más plazo que los asfixiantes con los que llegó a la elección. Con este Riesgo País, que alimenta el propio sobreendeudamiento usurario del FMI y EEUU, el cuento del “vendrán inversiones” ya lo vivimos con Macri y la lluvia que nunca llegó; o la luz del túnel que en definitiva era una locomotora que venía de frente.
El mundo cambia aceleradamente. La agresividad de EEUU en la región es en parte una demostración de fuerza, pero también la evidencia de que sabe que su hegemonía y la del dólar están cuestionadas y su método de extorsión financiera sobrepasó los límites y han llevado al FMI a una situación de exposición. La caída de las acciones norteamericanas y europeas de esta semana pueden estar marcando el inicio de una profunda crisis de superproducción relativa. Por eso su plan es de superexplotación y eliminación del derecho a la educación, la salud y la jubilación estatal. Vienen por todo y vamos a enfrentarlos.
Frente a la reacción, luchamos por un país y un Estado reorganizados en base al trabajo y la producción, para lo que es necesaria la independencia económica y política. La CGT no se dividió y se opone a la reforma laboral pero se sentará a negociarla. Las CTA’s, la rechazan. No será una batalla fácil. La pelea sigue en las calles por los jubilados, los discapacitados, las universidades, los salarios y contra la reforma laboral esclavista. El triunfo del Garrahan, tras meses de lucha, marca el camino.






