Al cierre de esta edición se desarrollaba con gran participación activa el paro nacional bancario por 48 horas los días lunes 19 y martes 20 de febrero. Esas jornadas son continuidad del plan de lucha retomado por la Asociación Bancaria a principios de febrero, luego de la conciliación obligatoria, con el masivo paro y movilización del viernes 9/2, al que se le suma la movilización unitaria contra el ajuste del miércoles 21.
El representante del gobierno en esta negociación, el presidente del BCRA Federico Adolfo Sturzenegger, en alianza con la Banca extranjera, encabezaron desde diciembre pasado una provocación abierta contra los trabajadores bancarios. Provocación a la que se sumó desde el propio Ministerio de Trabajo el ministro Triaca cancelando la audiencia paritaria del 30 de enero pasado.
Luego de haber aprobado el presupuesto nacional sobre la base de una meta inflacionaria del 10%, “sinceran” una nueva meta del 15% (que tampoco resiste el menor análisis). A pesar de eso, siguieron manteniendo la propuesta de aumento salarial del 9% para el 2018, con cláusula gatillo no retroactiva, sin propuesta para el día del bancario y eliminando el bono compensatorio por el flagelo del impuesto a las ganancias que, lejos de la promesa electoral de eliminarlo, sigue golpeando fuerte y cada vez a más trabajadores.
El cinismo es ya extremo. Pasado el tiempo y la conciliación siguen con la misma propuesta que, cada vez más, va quedando en evidencia como una burla hacia los trabajadores bancarios. No solo que es una propuesta obscena comparada con la inflación del 24,5% del 2017, sino que dista mucho de la proyección del 19,4% para el 2018 que publica el propio BCRA en su REM (Relevamiento de expectativas de mercado) de enero último.
Al mantener Sturzenegger esa propuesta ridícula, se enmarca en la política del gobierno que tiene como meta ajustar a los trabajadores y el pueblo con despidos en el Estado, tarifazos, inflación y acuerdos salariales a la baja. Para ese objetivo se sube también a la política “antisindical” de Macri (dirigida exclusivamente hacia los sectores que no se subordinan a su política de ajuste, entrega y represión y lo enfrentan abiertamente), golpeando a La Bancaria con la quita del 1% de la masa salarial para la obra social bancaria que aportaba como patronal.
Por otra parte apuntan a dejar de retener otro 1% para el sindicato que viene siendo compulsivo para los trabajadores no afiliados (que nunca debería haber existido como compulsivo). Pero como reacción a este recorte, en el marco de la miserable propuesta del 9% para todos los trabajadores, La Bancaria ha salido a afiliar a los no afiliados, ya que grandes sectores ya van viendo que la finalidad de esta jugada es hacer pasar el ajuste con un ataque directo a sus economías familiares. Ya vieron en diciembre hasta donde se atreve a llegar el gobierno golpeando los ingresos de los jubilados.
En este contexto, la participación de los trabajadores será decisiva para garantizar la defensa de sus derechos. En uno de los sectores que más ha ganado a lo largo de los años y en el presente (arriba del 25% de ganancias en 2017), mantener la burla del 9% solo hace que cada día sean más los que, sin perder la independencia, dejan de lado las diferencias secundarias para pasar a unirse en la lucha; los que enfrentan el miedo individual y se abrazan a la fortaleza colectiva; los que rechazan la inmovilidad y pasan a la acción directa en la construcción de un movimiento colectivo en defensa de los intereses exclusivos de los trabajadores. Si siguen con el 9%, seguimos con la lucha.
Corresponsal