Editorial | Cuarentena administrada, con apoyo popular

Se logró aplanar la curva. La reacción jugó en contra de seguir en casa, empezó con despidos y alentó las suspensiones. Los créditos a través de los bancos no alcanzan para las pymes, ahora subsidios. La propuesta de Guzmán con quita y moratoria no les gustó a los acreedores privados, era de esperarse. Nueva corrida y dólar blue a más de $100. El impuesto sobre las grandes fortunas, listo para aprobarse en el Congreso. La reunión de Alberto Fernández con la UTEP. Pandemia y economía: concentración monopolista o intervención Estatal y popular sobre la producción, el comercio y la banca.

Testeos rápidos en Constitución para estudios epidemiológicos.

La cuarentena va dando un resultado efectivo y alentador frente a la pandemia en Argentina. El control realizado en la estación de Constitución el viernes 24 de abril arrojó sobre 400 muestras, 0 positivo en el test rápido de anticuerpos. Aunque habrá que confirmar este resultado con más muestras y el chequeo de fiabilidad de estos test rápidos, la circulación del virus entre la población sería baja. En contraste con esto: 374 contagiados, el 14% del total testeado, integran el personal de salud. Tras una reunión con representantes de ATE y Fesprosa, el Ministerio de Salud se comprometió a declarar de interés nacional la protección de lxs trabajadorxs de salud, precisar normas, capacitación y entrega de elementos EPP.

Con el aplanamiento de la curva también se postergó el pico de la pandemia, o de una meseta más o menos constante de casos manejables dentro de la capacidad sanitaria. Las imágenes de Ecuador y de Nueva York parecen hoy lejanas, aunque habrá que esperar. La situación controlada ha permitido la apertura para algunas nuevas actividades.

La temprana y firme cuarentena dispuesta por el gobierno de Todos se hizo carne en el pueblo. La cuarentena, no habiendo vacuna, es la iniciativa de masas para afrontar la pandemia. Y la práctica está mostrando su acierto. Esta es la base del fortalecimiento del gobierno de Alberto Fernández en esta eternidad de un mes y medio. Esto junto a  una serie de medidas económicas y subsidios para amortiguar las consecuencias de la inactividad de la mayoría de las ramas y actividades de la producción y el comercio, por un total de 850 mil millones de pesos (alrededor del 3% del PBI argentino). Se espera la definición de cómo será el mecanismo para aprobar la Ley de Impuesto a las fortunas no productivas de más de 3 millones de dólares con el que se esperan recaudar 3.000 millones de dólares.

Los que patean contra de la cuarentena como Rocca, Caputo, Clarín, Infobae o La Nación vienen perdiendo, aunque juegan una tras otra.  Con el documento que firman Macri, Vargas Llosa, José María Aznar de España y otros de similar pelaje, quedó plasmada la inquietud de estos sectores preocupados por el avance estatista. Pero donde se impuso esa línea reaccionaria como en Bérgamo en Italia –donde Techint tiene otra planta– las consecuencias en la salud pública quedaron a la vista.

Frente a la ola de suspensiones que ya estaban negociando los monopolios con algunos jerarcas sindicales a inicios de abril –cuando la cuarentena se extendió por primera vez–, el gobierno salió al cruce adelantando que no las homologaría desde el Ministerio de Trabajo. Por lo que cuando ya había quedado claro que el mecanismo de crédito, aun garantizado y subsidiado por el Estado, a través de los bancos privados no resolvía el pago de los sueldos, jugó la carta del subsidio de la mitad del monto de los salarios de abril. Habrá que ver como sigue esta pulseada.

Una porción importante de trabajadores en relación de dependencia no han cobrado el sueldo de marzo completo, y entre los que están en negro una parte no cobró nada y solo alcanzó a anotarse a en el IFE, lo mismo que los que trabajan por día. Y a esto hay que sumar la masa de pequeños cuentapropistas. Esto se siente en las filas con los tápers en los comedores y escuelas o para retirar bolsas de comida.

Realineamiento político

La pandemia es más que una coyuntura. Abarcará un período político en el que ya se ha producido significativos realineamientos. La posición de Rodríguez Larreta, los gobernadores radicales y los intendentes de Cambiemos han dejado aislado a Macri y el sector que jugó la línea anticuarentena.

Todos los gobernadores e intendentes son conscientes de que cualquier paso en falso durante la pandemia se pagará irremediablemente con muertos y peor aún si terminaran siendo por desborde hospitalario y la falta de atención sanitaria por su irresponsabilidad. Habrá que pasar el invierno para ver los resultados. Y esta responsabilidad gubernamental en todos los niveles territoriales ha centralizado la política en los poderes ejecutivos de la Nación, provinciales y municipales, con foco principal en dos áreas: la sanitaria y la económica.

Desde las organizaciones populares se viene planteando la necesidad de conformar comités de emergencia en los municipios y en cada barrio. La anulación de la compra con sobreprecios del Ministerio de Desarrollo Social, por otra parte, ha postergado envíos de comida para la distribución barrial por parte de los movimientos, que han redoblado su esfuerzo en seguir haciendo funcionar los comedores populares y los merenderos. Incluso como la cooperativa Llankaspa que dirige la CCRS-Liberación Popular están produciendo barbijos y mascarillas para los barrios.

La reunión de UTEP con Alberto Fernández

El Presidente Alberto Fernández se reunió este jueves pasado más de tres horas con las organizaciones de la UTEP, donde escuchó una serie de preocupaciones y propuestas. Con los funcionarios que acompañaron al presidente se balancearon también las medidas de asistencia impulsadas desde el Estado que apuntan a los trabajadores y el pueblo.

Desde la UTEP se llevó la necesidad de crear un fondo de 150 mil millones para obras y producción a través de la economía popular como parte del proceso de reactivación económica necesario que dejara planteado la pandemia. Las organizaciones que vienen respaldando la cuarentena y actuando en los barrios, las cooperativas y empresas recuperadas, también sumaron su apoyo a la ley para el impuesto a las grandes fortunas. Además plantearon la necesidad de declarar una emergencia ante el aumento de la violencia de género en lo que va de la cuarentena.

El presidente reafirmó el imprescindible rol del Estado en la economía y que toda esta situación abre una página en blanco donde junto a la necesidad de reactivación se planteará la necesidad de desconcentrar la economía.

La propuesta de Guzmán a los acreedores

Si algo terminó de quedar claro con la pandemia es que no solo la deuda Argentina es insostenible, sino todo el sistema de deuda soberana descomunal con el que el sistema capitalista monopolista imperialista bajo la hegemonía financiera de EEUU huyó hacia adelante.

La pandemia terminó de precipitar la crisis mundial en la que ya se estaba entrando. La crisis traía una magnitud sin precedentes y con la pandemia termina de ser impredecible la forma que irá adoptando en un marco de creciente disputa interimperialista, principalmente entre las dos principales potencias: EEUU y China. Solo así puede entenderse el respaldo del FMI, la ONU, el G-20 y el G8 a la propuesta audaz de quita y moratoria del gobierno argentino a los fondos privados de inversión.

Por eso Guzmán aumentó la quita sobre los intereses. De esta manera, el volumen de quita en intereses es del orden del 63% y del 5,4% sobre el capital, con un primer pago recién dentro de tres años. Los fondos en primera instancia rechazaron la propuesta, como era de esperarse, pero habrá que ver el final de la negociación dentro de 20 días. Es claro que los organismos internacionales presionan para un acuerdo que presente encausando el emblemático caso argentino que enarboló el default abierto con los bonistas en 2001; y ahora, tras la vorágine endeudadora de Macri y el FMI, bajo “la reprogramación” de pagos cayó en los hechos en default técnico.

La valoración que hacemos como fuerza revolucionaria sobre esto es política, interesadamente política. No fuimos, ni somos ajenos a la lucha y el reagrupamiento popular que permitió terminar con Macri en el gobierno y quebrar la jugada del FMI impulsada por Trump para garantizar su continuidad. El gobierno de Alberto Fernández ante el cambio abrupto de situación que impuso la pandemia refirmó su rumbo popular:  la cuarentena y el monto y masividad de los subsidios tienen ese contenido. No necesitamos caer en argumentaciones de perogrullo “de principios” para denunciar la deuda como instrumento de la dependencia. La deuda es uno de los principales mecanismos de la dominación y dependencia, y hay más también. Con o sin acuerdo con los acreedores, la pelea por investigar la fuga, los negociados y comisiones del gobierno de Macri sigue abierta.

Ahora aprovechando las condiciones de crisis mundial agravada por la pandemia, el gobierno argentino hace una propuesta de quita del 63% sobre intereses y 5,4% sobre el capital, un recorte total de 41.600 millones de dólares con tres años de moratoria sin pago alguno, pateando para adelante, buscando no perder el acceso al crédito y utilizar los dólares desde Estado. Si los fondos de inversión rechazan, veremos si las consecuencias son muy distintas. Porque para la deuda con el FMI se plantea básicamente lo mismo.

La intervención estatal y popular para enfrentar la pandemia y la crisis

Justamente lo que no podemos dejar de ver como fuerza revolucionaria es la situación que se está abriendo en el país y en el mundo: la profundidad de los conflictos en ciernes, entre el agravamiento dramático de las condiciones de vida de las masas y la posibilidad de una intervención Estatal demandada por las fuerzas populares ante una estructura económica concentrada en manos de monopolios y terratenientes. Los servicios públicos, la formación de precios de los alimentos y medicamentos, el comercio exterior y la banca en manos privadas están entre lo más evidente.

Alberto Fernández les dijo a los movimientos sociales de la UTEP que la página económica en esta perspectiva está en blanco. O sea no está escrita, y lo que quede no será sin lucha, ni está ganado.  La ley de impuesto a las grandes fortunas, para apuntalar el éxito de la cuarentena frente a la pandemia, es ahora el próximo paso, junto con enfrentar los despidos y suspensiones. Esta es hoy la pulseada política. Basta con leer el documento firmado por Macri, Aznar y Vargas Llosa para orientarse políticamente, y saber dónde queda la dependencia y para donde la perspectiva de la lucha popular hacia la liberación nacional y social.