Editorial | Más recesión, entrega y también inflación

Con Milei, el FMI y su Ley Bases. Enfrentarlos con la lucha popular y un reagrupamiento social y político opositor.

Milei y la titular del FMI, Kristalina Giorgieva.

La aprobación de la nueva Ley Bases el miércoles 12 en el Senado apuntaló al gobierno Milei. Pero cuando aún falta la aprobación definitiva en Diputados, y ver cómo queda ahí la controvertida ley Impositiva, el comunicado “bomba” del FMI del lunes 17 pidiendo una devaluación precipitó el sinceramiento de la precariedad económica, la falsedad del déficit cero y un endeudamiento temerario del gobierno mediante bonos.

Ley Bases y represión

A pesar de los paros y la movilización popular, tras seis meses y superando la crisis política que abrió el primer proyecto, el gobierno y sus aliados lograron la aprobación de este nuevo proyecto de Ley Bases y del paquete fiscal. Estas leyes corporizan los lineamientos para la entrega de la Argentina y su reordenamiento productivo, económico y laboral bajo un saqueo extractivista colonial imperialista, con la exportación de petróleo y el gas de Vaca Muerta como eje central de desarrollo, sumando con minería y manteniendo el del agronegocio, que aún es la principal fuente de divisas. No solo por el RIGI sino también por el capítulo energético que deja de garantizar el abastecimiento interno, marginando a la industria nacional local, a los pequeños y medianos productores agropecuarios y a la población en general, que pasarán además a pagar precios internacionales por los combustibles, lo que se traslada también a los servicios públicos esenciales.

No hay reactivación posible del mercado interno bajo esta línea. Mientras hablan de Inteligencia artificial, junto con la primarización productiva, el capítulo laboral a la vez que despenaliza el trabajo en negro, amplia el período de prueba a 6,8 y hasta 12 meses y profundiza el fraude laboral con la figura del “colaborador” y con el nuevo marco para los empleados del Estado en que podrán ser puestos a disponibilidad y luego ser despedidos.

El FMI saludó la aprobación de la ley en el Senado y La AmCham que nuclea a 717 empresas estadounidenses que operan en el país la consideró insuficiente. Además de los diputados y senadores de Milei, para aprobar la Ley Bases se anotaron el PRO como aliado firme de LLA, el grueso de la UCR y de los legisladores de Pichetto, Schiaretti, Carrió, Llaryora de Cordoba y también los alineados con los gobernadores de Rio Negro, Misiones y Salta que habían apoyado a Massa y los de Tucumán y Catamarca que incluso integraban UxP hasta la llegada de Milei. 30 Senadores y 98 diputados de UxP votaron en contra en general y en particular incluido el RIGI, más 5 diputados del FIT, 2 socialistas y Natalia de la Sota de HCF. Ahora queda la nueva votación de diputados, donde se va a forzar el procedimiento legislativo para “aprobar” ganancias y bienes personales con esa sola cámara.

El brutal accionar represivo desalojó la plaza de Congreso junto con detenciones indiscriminadas que apuntaron a sembrar el miedo. Bullrich y Stornelli acusaron a la lucha popular y de terrorismo, sedición y golpe de Estado, cuestionando el derecho constitucional a la protesta. Pero nos volvimos a movilizar a Plaza de Mayo el martes 18. De los 33 detenidos, aún quedan 5 encarcelados que exigimos sean liberados.

La precariedad del gobierno de Milei

Con seis meses de recesión brutal, recortes y despidos, el gobierno viene perdiendo parte del 56% de respaldo inicial. Tuvo dos paros generales y una histórica movilización que lo hizo retroceder con las universidades. Estalló el escándalo de los alimentos acovachados, que la ministra Pettovello tuvo que distribuir por orden judicial. En el medio renunció medio Ministerio de “Capital Humano” y también cayó el vice de Seguridad por corrupción. Y en estos días se sumó la renuncia de la viceministra de Economía vinculada a Cavallo y enfrentada a Caputo.

La aprobación de la Ley Bases apuntaló políticamente al gobierno, que además salió a balancear su logro inflacionario de 4,2% en mayo, logró renovar el swap de China y aprobar la revisión del FMI para pagarle con un nuevo desembolso de 800 millones al propio organismo. Pero no consiguió que el agronegocio liquide la cosecha para suministrarle dólares, y nuevamente no le pagó a las empresas generadoras de electricidad, además de sumar deuda con los importadores. En mayo esperaban que al Banco Central entraran 4.000 millones de dólares y solo juntaron 2.552 millones. En junio esperaban 5.000 millones de dólares y hasta ahora van 25. Así el riesgo país llegó a 1.400, los bonos y acciones bajaron y el dólar blue superó los $1.370.

El plan Milei-Caputo y el comunicado “bomba” del FMI

Superalineados con EEUU, Israel y la OTAN, involucrando ya a la Argentina en la guerra entre Rusia y Ucrania, con el swap chino renovado, pasada la revisión del FMI y con un crédito del Banco Mundial de 3 mil millones, Milei y Caputo apuntaron a seguir huyendo hacia adelante sumando más deuda mediante bonos, cuando ya llevan 65.000 millones de dólares. Su especulación se basa en la alta probabilidad que Trump vuelva el 1ro de enero de 2025 a la Casa Blanca y haga valer la hegemonía de EEUU en el FMI, y así supuestamente obtener un nuevo rescate millonario, tal como ocurrió durante el gobierno de Macri. Y con eso sumar reservas para apuntalar una canasta de monedas y el levantamiento del cepo.

Pero el actual staff del Fondo Monetario que hoy responde al Tesoro norteamericano del gobierno de Biden y a sus aliados europeos –perdedores en las recientes elecciones–, le salieron al cruce violentamente. Tras el G7 en el que participó Milei y donde se entrevistó con la titular del Fondo Kristalina Georgieva, el staff del FMI emitió un comunicado “bomba” exigiendo una devaluación del peso que podría llegar al 40%, el fin del dólar blend, subir las tasas de interés, eliminar el impuesto PAIS, acelerar los tarifazos para terminar con los subsidios en los servicios públicos, salir del cepo rápidamente y todo esto “con consenso”.

Milei y Caputo primero negaron que el comunicado del Fondo pidiera una devaluación, pero en su terminología, es lo que está escrito. Ahora directamente se oponen, lo que suma incertidumbre a la situación económica y política. La devaluación de todas maneras, antes que el Fondo, se las está imponiendo “el mercado” tras la caída de reservas brutas determinada en gran medida por la falta de liquidación de la cosecha gruesa en base a un récord de venta de silobolsas. Las consecuencias inflacionarias probablemente demuelan el único “logro” con el que Milei le daba sentido al “sufrimiento con esperanza” para buena parte de sus seguidores. Con recesión brutal e inflación, la política de Milei con Caputo o Sturzenegger, o con la receta del FMI, lo único que tiene para los trabajadores y el pueblo es sufrimiento. La novedad es que tampoco tienen un programa para estabilizar al gobierno aun basándose en las fuerzas reaccionarias, por lo que la posibilidad de una nueva crisis política no ha desaparecido, está latente.

Con ningún plan habrá consenso

El programa político, económico y social aprobado y contenido en la Ley Bases y el DNU –que aunque es anticonstitucional, la Corte Suprema avala con su silencio–, imponen un cambio reaccionario significativo. Un cambio con rasgos coloniales-imperialistas que agudiza todos los antagonismos de la sociedad, no solo el fundamental entre los intereses de los trabajadores frente los monopolios y los terratenientes, sino también entre sectores de las clases dominantes y entre las distintas potencias imperialistas que se disputan nuestro país.

La imposición de precios internacionales en combustibles y alimentos para el mercado local, sumado a que cada sector de las clases dominantes pasó a exigir programáticamente la eliminación de los impuestos, retenciones, tasas y multas que venían pagando –so pretexto de no perder “competitividad”–, y a lo que Macri agregó la deuda con el FMI, y después se sumó el swap con China, encierra un conflicto tan profundo como la existencia o disolución del Estado Nación que hasta hoy es la Argentina. O acaso la dolarización y la eliminación del Banco Central no son pasos en ese sentido, como también la desarticulación del Conicet, el Inti y como lo fue la desaparición del Ministerio de salud con Macri.

La privatización de los puertos y la disolución de la Junta Nacional de Granos y Carnes, junto a YPF y todas las empresas del Estado en los ´90, fue el paso inexorable para estar hoy así. Quebrada la experiencia convertible de Menem-Cavallo en el 2001, y luego de la excepcionalidad del boom sojero, el cepo cambiario nos es otra cosa que un “parche” ante el límite que el propio régimen monopólico privatista extranjerizado tiene, en la medida que haya un país que gobernar. La dolarización, o eliminar el cepo cambiario con el actual nivel de reservas, como recomienda ahora el FMI, sólo conducen al caos.

La crisis del peronismo

Una parte de los trabajadores que apoyaron a Milei y le permitieron ganar, venían de apoyar al peronismo. El grueso lo hizo desde el hartazgo y necesidad de cambio ante el empobrecimiento sistemático y decadente atribuido ideológicamente a “la casta”, sus gastos y “derechos” a cuenta del Estado y de la emisión monetaria inflacionaria. Una parte de los empobrecidos por el sistema, no se conforma con un destino de asistencia social y convivencia naturalizada con la inseguridad y los narcos. Para un amplio sector, particularmente de la juventud, el programa de UxP fue identificado como eso, dejando el enojo y “el cambio” en manos del disruptivo “anticasta” Milei. Algo del 15% que fue perdiendo Milei en estos seis meses probablemente ahora pueda neutralizarse, pero no moderarse porque se diluya su bronca.

También Milei desde su politeísmo entramó parte del rechazo al aborto, al cambio en la consideración de roles de las mujeres, el reconocimiento de las diversidades y la necesidad de derechos positivos. Ahora el caso Loan en Corrientes pone de manifiesto que la trata y la venta de niños no son un eufemismo teórico, sino un hecho aberrante y concreto imposible de ser ejecutado sin la participación de funcionarios, policías y autoridades judiciales.

La derrota del peronismo en seis provincias con elecciones desdobladas, la traición de los gobernadores de Tucumán y Catamarca, el apoyo al oficialismo de los de Salta, Misiones y Rió Negro que venían anotados con Massa, sumada la posición de acompañamiento del peronismo cordobés, han abierto una profunda crisis y sectorialización del peronismo. Y que incluso, aun después de convocar a dos paros generales contra el gobierno, hoy se expresa como fisura en la CGT, como quedó evidenciado en la convocatoria a la movilización del 12 de junio.


El programa político, económico y social aprobado y contenido en la Ley Bases y el DNU –que aunque es anticonstitucional, la Corte Suprema avala con su silencio–, imponen un cambio reaccionario significativo.
Un cambio con rasgos coloniales-imperialistas que agudiza todos los antagonismos de la sociedad.


La contradicción principal atraviesa al peronismo, como graficó la aprobación de la Ley Bases y supervivencia del DNU. Por eso el reagrupamiento popular no puede tener como eje “volver al gobierno como sea, y para eso la unidad más amplia posible” para administrar “armonizando” lo que quede del país, tras el agotamiento de una posible sucesión de crisis políticas, resueltas entre los libertarios, el Pro, los Cornejo-De Loredos de la UCR y demás acompañantes. Tampoco el reagrupamiento y el programa de las fuerzas populares puede reducirse al subsidio de las Pymes, las cooperativas o a la distribución de programas paliativos de la pobreza.

Es necesario reagrupar confrontando con la política de Milei y explícitamente contra las causas de la recesión y la miseria creciente, más cuando el gran mecanismo inflacionario empobrecedor, inclusive con Milei, fue la remarcación a precios internacionales por parte de los 20 monopolios alimentarios y supermercadistas, en su mayoría extranjeros. Y que encima capturan el gasto estatal de las tarjetas de asistencia alimentaria y las compras para los comedores. A esto ahora se sumará la internacionalización del precio de los combustibles desatando una recesión sin fin.

Porque además ¿cuánto puede durar un gobierno popular en la estima social, si no pasa a disponer de un monopolio estatal de producción y comercialización de alimentos, con el que imponerse en el mercado frente a la concentración oligopólica que rompe cualquier control de precios burocrático? Lo mismo con los medicamentos, y desde ya con los combustibles.

El grueso de los ingresos familiares se va en comida, y en medicamentos si alcanza. La liberalización de los combustibles y los servicios públicos traerá consecuencias catastróficas. Sin abordar estas tres cosas ¿a quién se le estará hablando?

Es evidente que la fragmentación programática posmoderna, que promueve parches estatales ante cada consecuencia o evidencia de la opresión y explotación propia de un país dependiente, está cuestionada y desbordada por el cambio de período político mundial y nacional.

El agotamiento del ciclo económico y político internacional que motorizó al neodesarrollismo

Milei pudo ganar por el agotamiento del ciclo de crecimiento de la actividad económica y del consumo, que sustentaron la línea neodesarrollista de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y que la política de Macri cerró drásticamente cuando se le precipitó la crisis. Son dos periodos: 2003-2008 y 2008-2015, languideciendo hasta la crisis de finales de 2017. Ante la crisis macrista, el Frente de Todxs recreó la ilusión de que se podía reabrir un ciclo de crecimiento bajo las anteriores condiciones y alianzas para “encender la economía”.

Pero además de la pandemia, el gobierno del FdT fue sorprendido por el cambio internacional y la polarización que impuso Biden, desde fines de 2020 con el relanzamiento y ampliación de la OTAN, y la invasión rusa a inicios de 2022 marcando la escena internacional. Además de la suspensión del acuerdo entre Europa y China para la nueva “Ruta de la Seda”, junto el creciente tensamiento de la relación de EEUU y China alrededor de la disputa, ya explícita, por la hegemonía mundial del sistema capitalista imperialista.

En el plano local, se produjo un cambio en la dirección de la UIA, que pasó a estar en manos de la alianza de Techint (acero y petróleo) junto a COPAL (alimentos), que con Funes de Rioja como presidente pasó a la ruptura y al enfrentamiento contra el gobierno del FdT. Había llegado el fin de la alianza con la UIA –aún subsidiándolos y dejándoles fugar 20 mil millones– y se abría un nuevo período donde el signo de alineamiento, o el no alineamiento, son determinantes. Así se extinguieron las alianzas que sustentaron al neo-desarrollismo, y que incluso hasta 2008 había incluido exponentes del complejo aceitero y agro exportador como Urquía y Grobocopatel. Además durante el gobierno de Macri, Bonadío y Stornelli, asistidos por el autodeclarado agente de la CIA, Marcelo D´Alessio –aun detenido– ya habían demolido a Electroingeniería y reducido al grupo Indalo (petróleo, construcción, C5N), también socio de los monopolios estatales chinos en las represas de Santa Cruz. Además de destruir al desprolijo clan Báez, con el que el fiscal telepronter Luciani “probó” la causa que proscribiera a CFK.

El triunfo de Trump en 2016 sinceró el fin del periodo internacional que se denominó de “globalización”, caracterizado por la alianza de EEUU-China como motor del capitalismo internacional hasta la crisis de 2008. Por eso, posteriormente, el triunfo del “globalista” Biden no vendría a restablecer la “globalización”, sino a relanzar la OTAN con Europa y promover una bipolaridad, incluso bélica. Ahora, la perspectiva de un regreso del “continentalista” Trump acentúa esa perspectiva bipolar contra China. Y no hay dudas de que Milei encarna ese alineamiento en Argentina. Esta también es la raíz del fracaso de los amigos de “la avenida del medio” del embajador Stanley, como Pichetto, Carrió, Larreta y en definitiva también de Massa, aunque condicionado por el carácter de UxP.

Enfrentarlos con la lucha popular y un reagrupamiento social y político opositor

Los gobiernos populares solo llegan tan lejos como el pechazo popular que los precede. Fue así con la revolución de Parque y la UCR, el 17 de octubre y el Peronismo, el Cordobazo, el Argentinazo del 2001, o el conflicto con la oligarquía y los monopolios agroexportadores en 2008. Hay que asumir de esas experiencias y sus gobiernos populares, que en definitiva no alcanza con el gobierno si el poder del Estado y el control de la economía lo tienen la oligarquía y el imperialismo. Desde la oposición o el gobierno, las fuerzas populares estamos obligadas a asumir este enfoque para no caer en la impotencia, o el ahora cuestionado “pobrismo” paliativo asumido como programa. O peor aún, en el “volver a como dé lugar”, para luego administrar “armonizando” lo que haya quedado del país.

Lo principal hoy pasa por enfrentar la política de Milei y sus consecuencias sociales desde el movimiento obrero y los movimientos de masas. A Misiones le dieron plata para dos meses.

El recorte a las provincias, al igual que en los 90, recalentará los conflictos sociales desde el interior. Kicillof se adelanta y hace pública la deuda de 5,2 billones de pesos del Gobierno Nacional a la provincia de Buenos Aires y marchó con los intendentes al ministerio de economía. A la vez que con el proyecto del Canal de Magdalena confronta al entreguismo portuario impuesto por los gobiernos Macri y Milei. Kicillof desde la provincia de Buenos Aires viene asumiendo la confrontación gubernamental frente a Milei, además de haber participar en las movilizaciones de la CGT y las universidades, y todo hace prever que allí se irá corporizando una de las principales batallas políticas entre las fuerzas populares y la reacción de LLA y el PRO. Tras visitar al Papa Francisco, el 1 julio presidirá el acto en la quinta de San Vicente en conmemoración del aniversario del fallecimiento de Juán Domingo Perón.

Al calor de la lucha frente al gobierno de Milei y el agravamiento de la recesión, los despidos y la inflación del costo de vida que impone su política, por la liberación de los presos políticos y contra la represión, motorizamos el reagrupamiento popular y el crecimiento de Liberación Popular y el Comunismo Revolucionario en la disputa por una salida liberadora para los trabajadores, el pueblo y nuestra Patria.