En el Barrio María Auxiliadora, al sur de la CABA, se ha levantado un comedor que ayude a hacer frente a las graves consecuencias sociales producto de la pandemia. Desde Al Frente conversamos con Alina y Abi, dos compañeras de la Corriente Clasista René Salamanca-AMBA que viene sosteniendo la iniciativa. La realidad que nos cuentan evidencia que en la CABA, aun siendo el distrito con mayores ingresos por persona del país, hay pobreza y hambre. Pero también organización y lucha.
–¿Por qué se hizo un esfuerzo especial en implementar el comedor luego de lanzada la cuarentena?
Alina: –Fue por la necesidad de los mismos vecinos y de los compañeros. Pasa que ahí donde estamos, en María Auxiliadora, no hay comedor. Pero en los barrios de al lado, sí, pero para los vecinos de esos barrios. Entonces la iniciativa fue el comedor en nuestro barrio. Nosotros llevamos raciones del galpón de Soldati [de la Corriente Clasista René Salamanca-AMBA] y decidimos hacerlo y cocinar en nuestro barrio. Antes llevábamos comida en taper, rotando los compañeros. Pero como hubo la epidemia, mandábamos tres compañeros y ya no se pudo mandar así porque los mismos compañeros tuvieron miedo de ir a retirar. Entonces, pedimos que nos den [las raciones] para toda la semana. Y entonces surgió la iniciativa de hacer el comedor, que la primera vez lo hicimos el 8 de abril.
–¿Cómo está funcionando?
Abi: –Tenemos que ir al galpón todos los días a buscar la mercadería, porque no nos traen sino que tenemos que ir nosotras. Del galpón nos dan para 70 y nosotros alargamos hasta 150 y más.
Alina: –Vamos a buscar y lo llevamos a pulmón de los compañeros. La mercadería la estamos llevando en carritos y a veces, una vez por semana, lo llevamos en un flete. Porque no tenemos plata para pagar el remis diariamente.
–¿A eso se le suma algo más de otros lados?
Alina: –Cada compañero que somos traemos una bolsa de fideos, de arroz, lo que se pueda. Se agrega algo que los vecinos nos dan también. Y servimos 150 o algo más de raciones. La estiramos la comida. Todos los días preparamos la comida. Hubo un día que hicimos pizza y ahí repartimos y era una fila ¡uff! larga, 200 personas. Nosotros siempre lo anotamos cuánto estamos despachando por día.
–¿Están coordinando con otras organizaciones?
Alina: –Estas raciones las garantizamos desde nuestra organización nomás. Pero ahí también nos invitaron de otras organizaciones y nos propusieron que hagamos una olla popular y lo hicimos [el sábado 2 de mayo]. Ahí juntamos. Nosotros pusimos diez bolsas de arroz y otra organización trajo papa. O sea, todos nos juntamos y así hicimos la olla popular en María Auxiliadora. Ese día se han repartido como 250 raciones entre todas las organizaciones del barrio.
Abi: –Fue bueno. Vinieron muchos vecinos más nuevos porque lo hicimos allí abajo de María Auxiliadora, que es casi por la casa de Alina. Ahí vinieron compañeros y vecinos del barrio, que no vienen a nuestro comedor normalmente. El reclamo es porque son los mismos vecinos que quieren abrir un comedor. Es un reclamo a Desarrollo Social.
–¿Cuántas personas garantizan que funcione diariamente?
Alina: –Por ahora estamos tres compañeros, más que todo para cocinar, y dos se encargan de llevar la mercadería. Hasta que pase la epidemia estamos tratando de hacerlo así. Después integraremos más compañeros. Entran a las dos de la tarde y después a las 6:30hs es cuando se da ya la comida [para la cena].
–¿Cómo repercutió en el barrio la implementación del comedor?
Abi: –Bien. Los mismos vecinos se sorprenden porque como nosotros estamos luchando hace dos años y medio, casi tres, por un comedor acá, los compañeros decían: «qué bueno que ya nos dieron ahora». Igual les explicamos que no es un comedor que nos bajan desde Desarrollo Social, sino que los alimentos nos los da la organización [Corriente Clasista René Salamanca-AMBA]. Y los vecinos están contentos con eso.
Alina: –En la lucha para un comedor estamos hace dos años nosotros para lograrlo en ese barrio. Pero la primera vez que fuimos [a reclamarle al gobierno] y la segunda vez también nos dijeron que ya hay un comedor en nombre de ese barrio. Pero no sabemos dónde está; en el barrio no existe ese comedor. En ese barrio yo vivo desde el asentamiento, pero nunca vi un comedor ahí. Y con eso dan la excusa de no darnos las raciones. Y ahora, la verdad, los vecinos están muy agradecidos, porque hoy en día no tienen trabajo. Se suman todos los días nuevos vecinos. O nuevos vecinos de más allá. Ellos ven que no nos alcanza, y yo les explico que si hay un día que no le damos que no se molesten. A veces nos llega a faltar y se acercan igual y nos dicen «sólo dale para mi hijo». Hay papás que vienen y están con sus hijos, o hay mamás que dicen «yo no estoy trabajando, dame para mis chicos nada más». La verdad que te rompe el alma.
–En grave este contexto, ¿qué posiciones hay sobre las medidas de distanciamiento social?
Abi: –Hace mucho que están de acuerdo con sostener la cuarentena. Pero es esta cosa del trabajo lo único que dificulta sostenerla. Porque hay muchos que no están trabajando y les hace falta.
Alina: –El apoyo se nota de los vecinos. Porque no salen, están encerrados. Está más en silencio la calle. Se nota el apoyo. Pero sí forzosamente las mamás tienen que salir a buscar la comida. En estas semanas, se acercan y te dicen «mirá nosotros no estamos trabajando», «nos echaron del trabajo»… La primera semana no se escuchaba eso. Pero luego ya sí. Y se vienen a ofrecer en el comedor: «en qué te puedo ayudar». Gente que se ofrece a ayudarnos hay. Para ayudar a pelar la papa. Los vecinos se ofrecen y eso es donde te da más valor la verdad.
–¿Quieren agregar algo?
Alina: –La verdad nosotros necesitamos que Desarrollo Social nos descargue la mercadería para el comedor. Hace dos años que vamos y no nos escucha. Y la verdad, yo como vecina me siento orgullosa de hacer la comida y ver a la gente se lleve la comida. Eso te pone feliz. Porque vos sabés que es pan. Yo también en un tiempo no tenía nada y supe. Yo empecé con un comedor asomándome y yo sé que eso te viene bien. A mí me llevó una amiga a la organización. Fue así como yo me asomé. Entonces yo siempre pienso que capaz las otras personas están en mi situación de esa vez. Y la verdad que sí, desde el primer día que arrancamos, yo me siento más tranquila, más feliz, que hago un aporte al barrio.
Olla popular realizada en el barrio el pasado 2 de mayo en unidad de organizaciones sociales
Diariamente se sostiene algo más de 150 raciones de comida diarias.






