Ocupando la planta de Textil Neuquén

Un aviso de un vecino las alertó del vaciamiento de su planta y debieron terminar sus vacaciones. Cuando llegaron, los dueños de la Textil Neuquén, Diego y Adrián Huerta, ya se habían llevado las máquinas. Al entrar, aquel 31 de enero, el panorama fue desolador. “Un dolor inmenso ver que en la fábrica en la cual trabajamos durante 11 años estaba vacía”, describió a este medio la delegada obrera Maryna Catileo. Desde ese momento las 36 obreras despedidas permanecen en la fábrica reclamando al gobierno una solución.

La fábrica es proveedora del Estado. “No solamente hacíamos la ropa de la municipalidad sino también de los entes públicos como el EPEN, el EPAS, la policía de la provincia, de la gobernación y de la Legislatura”, detalló. Además, se venían confeccionando prendas para la cadena Amici –propiedad de los Huerta y con tiendas en todo el país–, Rochas y Dior. Por eso las obreras desmienten que sea inviable.

Por su parte, el ministro de Producción neuquino, Brillo, les ofreció un subsidio de 3.000 pesos a cada trabajadora cuando abandonaran la permanencia. “El 90% de las compañeras somos mujeres jefas de familia y con hijos, y la verdad es que nosotras lo menos que queremos son subsidios y planes –retrucó Maryna–. Yo tengo compañeras que alquilan y pagan 7.000 pesos de alquiler. La verdad que [la propuesta] nos pareció una burla. (…) Lo único que queremos es que el gobierno de [el gobernador] Gutiérrez, que fue cómplice de los empresarios Huerta, nos devuelva las máquinas y poner a producción la fábrica”, reclamó.

Mientras tanto, las obreras se ayudan entre ellas para sostener la ocupación y a la vez cumplir con el cuidado de sus hijos. “Las compañeras que no tenemos hijos, o que tenemos hijos grandes, somos las que nos quedamos en la noche. Y después estamos cumpliendo el horario que estábamos cumpliendo en la fábrica, que era de 6:30 a 3:30 de la tarde. Lo cumplimos todas, que es generalmente cuando hacemos las actividades. Y después nos turnamos. Dormimos 10 o 15 en la fábrica. Las compañeras que les toca dormir dormimos con nuestros hijos ahí en la fábrica. Comemos, cocinamos para todas.”

En semejante situación, la delegada destaca la gran solidaridad que vienen recibiendo. “Nosotras desde el primer momento nos hemos sentido acompañadas. La verdad que son inmensos los gestos de solidaridad que hemos tenido, desde una persona que te lleva un kilo de yerba y de azúcar hasta el primer día que hemos ido a la ruta: trabajamos el fondo de huelga y a la vez panfleteamos para difundir el conflicto, y juntamos 45 mil pesos. Ese es el apoyo de toda la comunidad de Neuquén y de Centenario y nos da fuerzas para seguir adelante.”