Reagrupar en la lucha y darle una expresión electoral para los trabajadores y el pueblo

Analizamos la situación política, en vísperas del paro nacional convocado por la CTA para el 29 de mayo y ante un escenario electoral con rupturas, rearmados y un oficialismo que apuesta a darle continuidad a su modelo. Cómo avanzar hacia una salida liberadora.

Las luchas populares que tuvieron su epicentro el año pasado con el paro general del 20 de noviembre demostraron que un sector importante del movimiento obrero y popular estaba dispuesto a hacerle un paro general al gobierno de CFK, rechazando el impuesto al trabajo, la ley de ART, contra la inflación, la tercerización, el trabajo en negro y por el 82 % móvil. Desde esta unidad de acción, con la CTA se motorizó un acuerdo programático de medidas económicas y políticas avanzadas. Así nuestra consigna desde esas jornadas fue la necesidad de un impuestazo a los monopolios, terratenientes y bancos, que en definitiva son los que se vienen enriqueciendo también con los gobiernos kirchneristas.

Desde abajo, hoy siguen las luchas obreras y populares, como el paro de los obreros de Felfort que avanzaron contra el trabajo precario, la lucha de los petroleros de Las Heras contra la intervención a su sindicato, los trabajadores de Lear que cortaron la Panamericana y frenaron los despidos, la movilización popular que logró la condena a Pedraza y a responsables del asesinato de Mariano Ferreyra. También se conquistó la absolución a los delegados del Garrahan procesados por luchar, sigue la lucha contra el cierre de la causa por el asesinato de Mártires López y se frenó la avanzada represiva del macrismo para concretar los negocios inmobiliarios en ciudad de Buenos Aires, acordados con el kirchnerismo, en el Hospital Borda. Sigue creciendo un contingente en el movimiento obrero que disputa las comisiones internas y los cuerpos de delegados a los jerarcas sindicales.

La CGT no le dio continuidad al paro del 20 de noviembre. Moyano puso el centro en la disputa electoral, en la conformación de su partido y en acuerdos con De la Sota, Lavagna, De Narváez y otros sectores de la oposición en el PJ, que son antagónicos al programa del paro.

El Gobierno de CFK aprobó la reforma para avanzar sobre el Poder Judicial y contra Clarín, pero que también golpeó a los trabajadores y el pueblo con las cautelares que atentan contra el derecho de huelga. La falta de medidas de fuerzas desde el movimiento obrero a nivel nacional, dispersaron las fuerzas populares, lo que le permitió al gobierno avanzar políticamente. Aunque cediendo económicamente, sobrepasando del 20% que pretendía imponer en las paritarias, cerró con los principales gremios nacionales de la CGT Balcarce en un 24%, traccionando para la foto también a algunos gremios como bancarios.

Entendemos que el camino de acumulación política de fuerzas revolucionarias -antimperialistas y antiterratenientes para la liberación nacional y social en marcha al socialismo- se da principalmente en los movimientos y organismos de masas. También hoy buscamos que tenga su expresión en el plano electoral, dando a los trabajadores y el pueblo la posibilidad de tener candidatos en base a un programa.

En este plano asistimos a la crisis de Proyectos Sur con la alianza de Pino Solanas y Carrió (Coalición Cívica), abandonando así las banderas emancipadoras. También a la crisis en el FAP tras los acuerdos con la UCR, Prat Gay y las declaraciones de Binner, su referente nacional, dispuesto a aliarse hasta con Macri si fuese necesario. Por otro lado, sectores de Proyecto Sur y el FAP rechazan estas alianzas.

Todo esto plantea la necesidad de reagrupar a todas las fuerzas populares, antiimperialistas y de izquierda que desde direcciones combativas en el movimiento obrero y popular enfrentan la política del gobierno nacional y los gobiernos provinciales, con un programa y un frente que también en el terreno electoral pueda contribuir a fortalecer la lucha para la liberación nacional y social.

CRCR, 18 de mayo de 2013.