Un fallo vergonzoso

El 10 de diciembre se conoció el fallo por el asesinato de Cristian Ferreyra en 2011, un campesino de 23 años que vivía en el paraje San Antonio en la provincia de Santiago del Estero. El autor material, Javier Juárez, confesó su crimen y fue condenado a 10 años de prisión. El empresario Jorge Ciccioli, autor intelectual, y el resto de los integrantes de la patota para-policial que estaban acusados resultaron absueltos.

Mientras esperamos y marchamos pidiendo Justicia por el asesinato de Cristian, la Policía “garantizaba” la impunidad. No solo es responsable el Poder Judicial (que todos sabemos que depende del poder político en Santiago). En imágenes se puede comprobar el despliegue descomunal para el “Fallo Vergüenza”.

El juicio había despertado grandes expectativas en las Organizaciones Campesinas, al punto que se lo mencionaba como “juicio histórico” debido a que era la primera vez que eran juzgados no sólo el asesino sino también quién dio la orden. Fue posible por la lucha incansable que llevan adelante los campesinos en defensa de sus tierras y no porque haya cambiado de fondo la postura del poder político que viene amparando a los terratenientes desde hace años y que en este último período se ha ido haciendo más evidente. La mejor prueba es lo sucedido. Pusieron en el banquillo de los acusados a Ciccioli. Pero a la hora de dar el veredicto montaron un operativo descomunal para garantizar la impunidad del mismo.

Mientras tanto siguen saliendo resoluciones de la Justicia santiagueña, reconociendo a terratenientes que compran los papeles como dueños de las tierras en detrimento de quienes siempre han vivido allí. Como bien dijo un campesino luego del bochornoso fallo: “Debemos dejar de confiar en los que gobiernan, porque nos viven mintiendo y siempre están del lado de los poderosos. Tenemos que luchar sin esperar nada de ellos, porque sólo de nosotros y de nuestra lucha depende que las tierras sigan siendo nuestras…”.