Clubes S.A.

Por Darío Pérez

Mauricio Macri quiere reflotar la vieja idea de que algunos clubes se transformen en sociedades anónimas. En un reportaje concedido el 16 de marzo a la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP), el presidente dijo que “en un mundo donde todos apuntamos a elegir en libertad, que los socios de cada club elijan”. Su idea la sustenta en la cantidad de clubes literalmente al borde de la quiebra con deudas siderales imposibles de pagar: “No puede ser que haya dirigentes irresponsables que desfalcan al club, se hacen ricos ellos o son incapaces y no tienen consecuencias”, sostuvo Macri y agregó que “si el club va a la quiebra y desaparece uno no puede ser de otro equipo, se te muere algo dentro tuyo. Hay que aceptar que los modelos evolucionan y habrá que convivir”. Macri quiere un modelo “moderno” de administración de clubes; o sea, en lógica con su enfoque liberal.

Pero esta idea “Pro” hoy no se puede aplicar en el fútbol argentino ya que el estatuto de AFA exige a sus clubes miembros ser asociaciones civiles sin fines de lucro y pertenecer a los socios. Por lo tanto, para poder implementar este sustancial cambio Macri deberá conseguir que los dirigentes del fútbol argentino modifiquen el actual estatuto. En el año 2001 siendo presidente del club Boca Juniors propuso una reforma para avalar el ingreso de capitales privados a los clubes, pero no tuvo la aceptación de Don Julio y fue unánimemente rechazada. Hace unos años, el propio Macri recordaba lo sucedido: “Fue mi mayor fracaso político. Mi propuesta perdió por paliza, 38 a 1, el único voto a favor fue el mío. Busqué transparentar al fútbol, darle otro orden”.

Por eso es tan crucial para él la elección del presidente de AFA y está permanentemente operando para elegir al sucesor de Luis Segura, actual titular del sillón de la calle Viamonte. Cree que luego de los sucesos de corrupción que siguen sonando en la FIFA y la Concacaf con repercusión en AFA, hoy su idea tiene mucho más consenso, y además, tiene la sartén por el mango para imponer condiciones ya que maneja el presupuesto del programa Fútbol para Todos y puede presionar sobre las ahogadas arcas de los clubes para conseguir los votos necesarios en una eventual asamblea de clubes. Pero como Macri aprendió de su experiencia pasada, quiere imponer un presidente de AFA afín a sus ideas para no volver a fracasar. Su candidato es el empresario cordobés Armando Pérez, actual presidente de Tsu Cosméticos y titular de Belgrano de Córdoba, de gran gestión desde hace muchos años pero que comenzó “gerenciando” el club luego de que se tuviera que formar un fideicomiso debido a los enormes descalabros económicos en los que estaba sumido el Pirata cordobés. Sus buenos resultados en lo económico y en lo deportivo hicieron que al disolverse el fideicomiso ganara las elecciones a presidente. Lo que se dice, un hombre muy Pro.

Pero Macri no tiene el camino allanado ni mucho menos. Apenas pronunciados sus dichos, le salió al cruce Nicolás Russo, presidente de Lanús y virtual candidato a presidir AFA, rechazando de plano la convivencia entre empresas y asociaciones civiles: “Empiezan a venir capitales, ponen nombres fantasmas y terminan siendo dueños de cinco clubes, esto pasa en el mundo”, sostuvo Russo por Radio Cooperativa. Un ejemplo claro de estos manejos sucedió en España, donde una Ley obligaba a los clubes con problemas económicos a transformarse en empresas, lo cual dejó a los clubes grandes y con mucho poder económico a salvo de esta ley, pero casi todos los clubes chicos fueron disueltos en la forma de Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Así está la Liga de España, se la disputan sólo los ricos y poderosos, el resto pierde –literalmente– por goleada.