Mao Tse-tung y la Revolución China (Nota 2)

El 1º de octubre de 1949 triunfó en China la revolución de Nueva Democracia dirigida por el Partido Comunista que encabezaba Mao Tse-tung. Con ella, triunfaba por primera vez en la historia una revolución que abría paso, culminada la reforma agraria, a la construcción y transformación socialista, en un país semicolonial y semifeudal, oprimido por el imperialismo y en disputa entre diversas potencias imperialistas.

En 1976 moriría Mao, y como señalara Jorge Rocha en su conferencia de homenaje en septiembre de 2001 “el tiempo transcurrido desde entonces ha puesto de manifiesto que sus enseñanzas conservan plena vigencia histórica y son un arma indispensable del proletariado y de los pueblos oprimidos en su lucha por la liberación y el socialismo”.

Reproducimos aquí otro de los capítulos de dicha conferencia, acerca de la lucha de clases en el socialismo y la necesidad de la continuación de la revolución en esas condiciones históricas.

La teoría de la continuación de la revolución. La lucha de clases en el socialismo

Fue Mao Tse-tung quien, integrando la dialéctica materialista al desarrollo de la sociedad socialista, dilucidó que la construcción del socialismo, como primera fase de la sociedad comunista, iba a abarcar un período histórico muy largo. ¿Por qué? Porque como lo analizó Marx, no se trata del cambio de una forma de explotación por otra, sino de la construcción de una sociedad sin explotación ni clases.

Mao, siguiendo a Lenin, y sintetizando principalmente la experiencia de la dictadura del proletariado en la Unión Soviética y en China, y en lucha contra el revisionismo antimarxista, demostró que en todo ese período subsisten las clases, la lucha de clases y el peligro de restauración capitalista. Y desentrañó y demostró que, aun después de cumplida en lo fundamental la transformación socialista de la propiedad sobre los medios de producción, sigue existiendo por mucho tiempo la lucha entre el proletariado y la burguesía, la lucha entre el camino socialista y el camino capitalista.

Mao formuló esta teoría a partir de desentrañar que las leyes más generales que rigen el desarrollo social, descubiertas por Marx, son válidas también para la sociedad socialista. Es decir la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción y la contradicción entre la base económica y la superestructura.

Claro que a diferencia de lo que acontece en el sistema capitalista, en donde existe un antagonismo irreconciliable entre el carácter social de las fuerzas productivas y la apropiación privada de los medios de producción –y consiguientemente de lo producido–, así como entre las masas productoras y el Estado y la superestructura que garantizan esa propiedad privada de los medios de producción, en el socialismo existen consonancia y trabas, consonancia y contradicción simultáneas entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, y entre la base económica y la superestructura.

Por eso Mao planteó que en el socialismo es necesario seguir llevando adelante la revolución en la superestructura para fortalecer la ideología proletaria y la dictadura del proletariado, a fin de hacerlas concordar con la base económica. Es necesario llevar adelante la revolución en el terreno de las relaciones de producción a fin de profundizar la propiedad socialista de los medios de producción para facilitar, el desarrollo de las fuerzas productivas. Así como es necesario llevar adelante la renovación y el avance tecnológico, para desarrollar las fuerzas productivas y dotar al sistema socialista de la base material que fortalezca sus relaciones socialistas de producción y la dictadura del proleta¬riado en la superestructura. Señalando que sólo así se podrá avanzar hacia la sociedad comunista.

Al integrar esta verdad con la realidad del socialismo, Mao Tse-tung desentrañó las leyes más generales que rigen el desarrollo de la sociedad socialista en tránsito hacia la sociedad comunista.