Dijo Milei: “¿Cuántas personas mueren en la Argentina por año? Más de 350 mil que, por la Ley Faustina, son todos potenciales donantes. Hay 7.500 personas que están sufriendo y esperando trasplantes. Entonces hay algo que no está funcionando bien. (…) Busquemos un mecanismo de mercado para resolver este problema.”
Ésta es la moralidad de Milei: si un pobre no tiene trabajo, porque hay desocupación y precarización, entonces que venda sus órganos. No es la primera vez que se manifiesta en este sentido. Ya lo había hecho el año pasado cuando dijo que la venta de órganos “es un mercado más”. También había llegado a plantear la posibilidad de la venta de niños.
Según Milei la respuesta a todos los problemas se resuelven de una sola forma: dejando que actúe «el mercado». Y no ve ninguna otra relación entre humanos más que la relación a través de «el mercado».