¿Por qué fue asesinado Luis Espinoza?

Entrevista a Matías Lorenzo Pisarello, coordinador de Seguridad y Derechos Humanos de Abogados y Abogadas del Noroeste Argentino en derechos Humaos y Estudios Sociales (Andhes).

“Fue fundamental la familia. Una familia de una zona rural, muy humilde. Eran doce hermanos que lograron, de alguna manera por lo que tiene que ver las redes sociales y la comunicación, que este caso se haga visible."

Por Guillermo Caporaletti

Ya son once los policías imputados por el asesinato de Luis Armando Espinoza y por el encubrimiento de este crimen. No deja de sorprender el grado de impunidad con que cree manejarse la policía tucumana. Se confirmó que el disparo mortal que recibió Luis provino de un arma reglamentaria, ya identificada, probablemente disparada a 10 metros de distancia. Los motivos del “operativo” policial siguen siendo confusos; especialmente porque nadie explicó por qué los agentes iban vestidos de civil y en vehículos no oficiales. “No sorprendería que esto haya pasado otras veces y ni siquiera nos hayamos enterado, por la forma en que actuaron estos policías: te matamos, te llevamos a la comisaría, te sacamos la ropa, te envolvemos, te subo al auto y te tiramos en otro lugar. Y volvemos y seguimos laburando como si nada hubiese pasado”, describió el abogado Matías Lorenzo Pisarello, en diálogo con Al Frente.

Matías es coordinador de Seguridad y Derechos Humanos de Andhes, un organismo tucumano de derechos humanos. Reforzando la idea de que éste no es un caso aislado, expresó que este caso “tiene que ver también con lo que sucede en muchas de las localidades rurales de la provincia. Tucumán está todo concentrado en San Miguel, pero hay muchas ciudades que están aisladas donde el único contacto que hay entre la ciudadanía y el Estado son las comisarías. Por eso lo que la familia de Espinoza decía, en una de las entrevistas, es que esto que hizo la policía es una práctica común.”

La investigación judicial incluye también el pedido de coimas por parte de la policía. Este accionar ilegal es lo que podría explicar la no utilización de uniformes y vehículos oficiales en el momento del asesinato. La policía mencionó una “refriega” en un raro procedimiento para impedir carreras de caballos, versión que no fue corroborada. Lo que sabemos es que Luis Espinosa y su hermano Juan estaban o pasaban por el lugar montados a caballo. “Alguno de los agentes lo voltea a Juan. Viene Luis a defenderlo. Ahí no sabemos qué ha pasado”, puntualizó Matías. Juan Espinosa es quién, tras haber quedado inconsciente por los golpes policiales, inicia con su familia la denuncia de la desaparición de su hermano, corte de ruta mediante. Hasta que aparece su cuerpo en otra provincia, Catamarca, arrojado por un acantilado a 100 kilómetros del lugar del crimen.

La institución policial

“Estamos en democracia pero desde que volvió la democracia a la actualidad la institución policial de muchas de las provincias, y de Tucumán en particular no tuvo ningún tipo de reforma que la adecúe a los tiempos. Tucumán conserva una ley orgánica de 1970. También tiene una ley de contravenciones policiales del año 81; y ante la cuál hoy cualquier agente policial puede detener por 48 horas a una persona, tenerla privada de libertad, aplicarle una multa y no poner en conocimiento al Poder Judicial de esta detención. Esta mecánica que funciona diariamente en nuestra provincial, a pesar de que la Corte Suprema de la Justicia de la Nación en el año 2010 ha declarado la inconstitucionalidad de este procedimiento, sigue hoy vigente. (…) Cuando a él lo detienen es por esta discrecionalidad y el poder absoluto dentro de un lugar rural. (…) Sobre todo, lo que hacemos hincapié es cómo la legislación le brinda la posibilidad de actuar en forma discrecional y sin control.”

Junto con la legislación de otra época, Matías denuncia también la falta de profesionalismo de la policía y un funcionamiento interno autoritario. Así “van haciendo que la policía se maneje como un organismo autónomo y muchas veces ilegal. Porque la policía participa, como lo demuestra este caso, de muchas ilegalidades o negocio ilegal, en este caso carreras de caballo, o del robo de motos, del robo de celulares, ya no tanto la prostitución pero en algún momento era parte del negocio policial”.

Reforzando el grave problema institucional que persiste, recordó el caso de Facundo Ferreyra, un chico de doce años asesinado por dos policías hace dos años en la provincia. “Esos policías, a pesar de estar procesados por homicidio agravado por ser funcionarios públicos, continuaron trabajando en la institución policial. Uno de los dos policías que habían matado a Facundo Ferreyra fue luego acusado de un moto-arrebato. O sea, había robado y en ese caso lo pasaron a pasiva y le dictaron la prisión preventiva. Tenemos montón de otros casos similares. La institución policial no ve al abuso policial como el problema que tiene que combatir y por lo tanto tampoco trabaja en políticas públicas para erradicar esas violencias”.

Ante estos hechos, se nos viene a la memoria el paso del genocida Antonio Domingo Bussi como interventor de la provincia, en dictadura, y luego como gobernador electo. Fue una larga batalla para este genocida sea condenado recién en 2008 por delitos de lesa humanidad. “Hay mucha gente que le quedó arraigada parte de ese concepto de que los militares son los que colaboraron para que haya menos inseguridad. Ese discurso está instalado. De hecho, Bussi hijo sacó el año pasado 14%. Salió tercero con 136 mil votos. Hay un sector social en Tucumán que avala las políticas de mano dura, de tolerancia cero y que reivindica el terrorismo de estado como una política para reducir la delincuencia”, cuestionó.

La familia de Luis

En todo este contexto se destacó la valentía de la familia, que sostuvo la denuncia a fuerza de cortes de ruta. “Fue fundamental la familia. Una familia de una zona rural, muy humilde. Eran doce hermanos que lograron, de alguna manera por lo que tiene que ver las redes sociales y la comunicación, que este caso se haga visible. Claramente hay una periodista en particular, Mariana Romero, que le dedicó un montón de tiempo, fue al lugar, transmitió y escribió. Y después muchas organizaciones de derechos humanos y la sociedad civil empezaron a viralizarlo. Sin esa posibilidad mediática y las posibilidades que dan hoy las redes, este caso hubiese pasado al olvido.”

Luis tenía 31 años, seis hijos y era sostén de hogar. Hoy, desde su cuenta de Twitter la periodista Mariana Romero se sumó al pedido de donaciones y ayuda para la familia.