¿Qué cambió en el programa Potenciar Trabajo?

El programa de asistencia social Potenciar Trabajo llega hoy a 1.200.000 personas, según información del propio Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Se duplicó en el gobierno del Frente de Todos desde los 600 mil programas que había al finalizar el gobierno de Macri. Es un programa con contraprestación de trabajo, administrado bajo Unidades de Gestión conformadas por cooperativas de trabajo que se agrupan por corrientes políticas y sociales, o por sindicatos, ONG’s, municipios y estados provinciales.

Desde la llegada al gobierno del FdT, este programa apuntó a paliar la crisis de pobreza dejada por el macrismo y los efectos sociales de la pandemia desatada en marzo del 2020, que impuso que la contraprestación de trabajo pasara a segundo plano o fuese inexistente por la propia cuarentena. Se priorizó la necesidad de alimentar enormes sectores de la población imposibilitadas de hacer changas.

Desde el surgimiento en 1997 del Plan Trabajar, después de la segunda pueblada de Cutral Co en reclamo de trabajo durante el gobierno de Menem, los planes siempre han sido usados como amortiguadores de los conflictos. Hoy en día están bajo el paraguas de la economía popular, pero esencialmente no ha cambiado el objetivo de apagar el incendio social generado por una estructura económica desindustrializada, primarizada y extranjerizada. Proceso ya iniciado en la dictadura de Videla y Martínez de Hoz, que arrojó a la pobreza y a la informalidad laboral permanente a una porción de la sociedad que fluctúa, según los momentos, entre el 20% y el 50%.

Durante esos 25 años, cientos de organizaciones de todas las corrientes y tendencias han nacido en la lucha por la asistencia social reclamada al Estado. Es un movimiento que ha emergido de una parte de la clase trabajadora en la Argentina y protagonizado fundamentalmente por mujeres, que se fue gestando con los cambios en la estructura económica del país en las últimas cuatro décadas.

Hoy este movimiento de masas esta hegemonizado por una fuerza política que es el Movimiento Evita, en base a su experiencia y desarrollo desde el programa Argentina Trabaja y cuyos dirigentes están al frente de áreas importantes del Ministerio de Desarrollo Social y otras áreas de gobierno.

Al iniciarse el gobierno del FdT, el Movimiento Evita pone reglas para ordenar el movimiento de masas por la asistencia social alrededor del Potenciar Trabajo como eje. Organiza en la UTEP a la gran mayoría de las organizaciones sociales bajo un padrón único. Establece criterios para armar las unidades de Gestión. Elimina el sistema de altas por bajas (aunque hay acuerdos con algunas fuerzas para que siga habiendo). Planifica un presupuesto creciente para proyectos donde se haga la contraprestación de trabajo. Inaugura un sistema de pases entre unidades de gestión u organizaciones que puede decidir el destinatario del programa; esto fundamentado como manera de regular los abusos posibles de parte de alguna organización. También con sistema de sanciones con suspensión de cobro al 50% por tres meses como forma de disciplina mínima.

La pandemia destrozó parte de estos cambios, particularmente los que apuntaban a una contraprestación productiva. La necesidad de enfrentar la pandemia alentó el ingreso al Potenciar Trabajo además de todas las otras herramientas creadas como el IFE. Quedando en segundo plano la contraprestación del trabajo y el presupuesto para esos proyectos. Algunas organizaciones, como Liberación Popular, desarrollamos la Acción Comunitaria como forma de contraprestación y acción de masas en la lucha contra la pandemia. El mecanismo terminó haciendo fluir en muchos casos los pases de destinatarios hacia organizaciones u entes con menor o ninguna contraprestación. Para este sector el programa Potenciar Trabajo se transformó en otro IFE permanente.

Ahora, iniciado este año 2022, el Movimiento Evita habilitó que, ante el pedido de pase de un compañero/a de una unidad de gestión, es el Ministerio quien indica a dónde va la persona que solicitó el pase, sin conocerse los criterios para tomar esta decisión ni la opinión de los compañeros/as. También anunció el Ministerio que no habría nuevas altas. No habilitó los fondos comprometidos en pandemia para los proyectos de las Unidades de Gestión y mucho menos para nuevos proyectos. Estos cambios en el Potenciar Trabajo no están fortaleciendo a las organizaciones populares ni a los compañeros y compañeras que lo necesitan.

Esto es más grave porque este año la situación social se agrava por la inflación creciente, los salarios de miseria que existen en la mayoría de las masas trabajadoras en blanco –ya no solo informales–, y todo esto en el marco del acuerdo con el FMI que le pone un techo al crecimiento de la economía y también a los salarios.