Revolución Rusa: Las primeras medidas del gobierno soviético

El triunfo de la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia constituyó uno de los acontecimientos más importantes de la historia mundial. Por primera vez, la clase obrera, en alianza con el campesinado, accedía al poder político mediante sus propios órganos de poder, los sóviets, y bajo la dirección de su partido, el Partido Bolchevique, iniciando el camino de construcción de una nueva sociedad socialista.

El involucramiento de la monarquía zarista en la Primera Guerra Mundial iniciada en 1914 no había hecho más que traer mayores penurias, hambre y muerte para los obreros y campesinos rusos. Por esa razón, en febrero de 1917 se había producido una primera Revolución, que culminó con la caída del zarismo y la conformación de un Gobierno Provisional de carácter democrático-burgués. Pero, en simultáneo, la clase obrera, los campesinos y los soldados de Rusia dieron impuso al desarrollo de los sóviets: organismos compuestos por delegados revocables y basados en la democracia directa y la rendición de cuentas permanente, que configuraron una situación de “doble poder”.

Oponiéndose a un Gobierno Provisional que no había concretado las aspiraciones populares sintetizadas en la consigna “paz, pan y tierra”, y planteando la consigna de “todo el poder a los soviets”, los bolcheviques dirigidos por Lenin fueron creciendo aceleradamente, hasta llegar a ser mayoría en los sóviets de Petrogrado y Moscú. De este modo, se crearon las condiciones para el lanzamiento de la Insurrección de Octubre, conducida por el Comité Militar Revolucionario del Soviet de Petrogrado y llevada a cabo por las milicias obreras y la Guardia Roja. En la madrugada del 25 de octubre (7 de noviembre de nuestro calendario), con la toma del Palacio de Invierno, caía el Gobierno Provisional y se iniciaba el gobierno soviético.

Afianzar la revolución e iniciar la construcción socialista

En simultáneo con la insurrección de octubre entraba en sesión el Segundo Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia, al que habían llegado representantes de todos los rincones del país. En este se proclamó que “apoyándose en la voluntad de la inmensa mayoría de los obreros, de los soldados y de los campesinos y en la insurrección victoriosa de los obreros y de la guarnición de Petrogrado, el Congreso toma en sus manos el poder”.

Sin demoras, el Congreso se abocó a dictar los primeros decretos y decisiones para defender el nuevo poder soviético contra las maniobras contrarrevolucionarias, y dar los primeros pasos en la estructuración de una organización económica, social y política de carácter socialista.

En esta ocasión, publicamos en Vamos! una selección de los decretos sobre la paz, en donde se declaraba la decisión de salir de la Primera Guerra Mundial firmando una paz democrática y sin anexiones; sobre la tierra, que abolía la propiedad privada sobre la tierra proclamándola patrimonio de todo el pueblo; y sobre el control obrero, que instauraba el control de los trabajadores sobre la producción y distribución de los artículos industriales.

Decreto sobre la paz

Llamamiento a los pueblos y los gobiernos de todos los países beligerantes.

El Gobierno obrero y campesino, creado por la Revolución del 24-25 de Octubre y que se apoya en los Soviets de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos, propone a todos los pueblos beligerantes y a sus gobiernos entablar negociaciones inmediatas para una paz justa y democrática.

El Gobierno considera la paz inmediata, sin anexiones (es decir, sin conquistas de territorios ajenos, sin incorporación de pueblos extranjeros por la fuerza) ni contribuciones, como una paz justa o democrática, como la que ansía la aplastante mayoría de los obreros y de las clases trabajadoras de todos los países beligerantes, agotados, atormentados y martirizados por la guerra, la paz que los obreros y campesinos rusos han reclamado del modo más categórico y tenaz después del derrocamiento de la monarquía zarista. […]

El Gobierno considera que continuar esta guerra por el reparto entre las naciones fuertes y ricas de los pueblos débiles conquistados por ellas es el mayor crimen contra la humanidad y proclama solemnemente su resolución de firmar sin demora unas cláusulas de paz que pongan fin a esta guerra en las condiciones indicadas, igualmente justas para todas las nacionalidades sin excepción. […]

El Gobierno pone fin a la diplomacia secreta, manifestando su firme resolución de llevar todas las negociaciones a la luz del día, ante el pueblo entero y procediendo inmediatamente a la publicación íntegra de los tratados secretos, ratificados o concertados por el Gobierno de los terratenientes y capitalistas desde febrero hasta el 25 de octubre de 1917. Declara absoluta e inmediatamente anuladas todas las cláusulas de estos tratados secretos, puesto que en la mayoría de los casos tienden a proporcionar ventajas y privilegios a los terratenientes y a los capitalistas rusos, a mantener o aumentar las anexiones de los rusos. […]

Decreto sobre la tierra

1. Queda abolida en el acto sin ninguna indemnización la propiedad terrateniente.

2. Las fincas de los terratenientes, así como todas las tierras de la Corona, de los monasterios y de la Iglesia, con todo su ganado de labor y aperos de labranza, edificios y todas las dependencias, pasan a disposición de los comités agrarios subdistritales y de los Soviets de Diputados Campesinos de distrito hasta que se reúna la Asamblea Constituyente.

3. Cualquier deterioro de los bienes confiscados, que desde este momento pertenecen a todo el pueblo, será considerado un grave delito, punible por el tribunal revolucionario. Los Soviets de Diputados Campesinos de distrito adoptarán todas las medidas necesarias para asegurar el orden más riguroso en la confiscación de las fincas de los terratenientes, para determinar exactamente los terrenos confiscables y su extensión, para inventariar con detalle todos los bienes confiscados y para proteger con el mayor rigor revolucionario todas las explotaciones agrícolas, edificios, aperos, ganado, reservas de víveres, que pasan al pueblo. […]

Decreto sobre el control obrero

1. En el interés de la regulación planificada de la economía nacional, se implementará el control de la producción, la compra y venta de productos y materias primas, el almacenamiento y las finanzas en todos los sectores de la industria, el comercio, la banca, la agricultura, el transporte, las cooperativas y todos las demás ramas de la economía que emplean a trabajadores que reciben un salario o realizan trabajo doméstico.

2. El control obrero será ejercido por todos los obreros y empleados de una empresa con la ayuda de sus órganos electos: comités de fábrica, consejo de ancianos, etc., que incluirán igualmente a los representantes del personal profesional y técnico.

3. En todas las grandes ciudades, en todas las provincias o regiones industriales, se creará un consejo regional de control obrero integrado por representantes de los sindicatos, comités de fábrica y otros comités obreros y cooperativas obreras, que funcionará como un órgano del soviet de diputados obreros, soldados y campesinos.

4. En espera de la convocatoria de un Congreso de los Consejos de Control Obrero, se creará en Petrogrado un Consejo Ruso de Control Obrero […]

6. Los órganos de control obrero tienen el derecho de supervisar la producción, establecer un mínimo de producción y tomar todas las medidas razonables para determinar el costo de producción de los productos.

7. Los órganos de control obrero tienen el derecho de controlar toda la comunicación comercial de la empresa. En casos de correspondencia oculta, los propietarios serán llevados ante un tribunal. Se suprimen los secretos comerciales. Los propietarios están obligados a presentar a los órganos de control obrero todos los libros y la contabilidad del año en curso y años anteriores. […]