Estados Unidos bombardea “sin intención”… Rusia respalda la lluvia de bombas sobre Alepo.
Desde el viernes 23 de setiembre aviones del régimen sirio, con el respaldo de la aviación rusa, lanzaron una ofensiva general sobre los barrios orientales de la ciudad de Alepo (noroeste de Siria) controlados por las fuerzas contrarias al régimen de Bashar Al Assad respaldado por Moscú. En una verdadera campaña de aniquilamiento masivo, calles enteras fueron incendiadas debido al lanzamiento -según algunos cronistas- de bombas de fósforo blanco; unos 40 edificios quedaron convertidos en escombros provocando la muerte de decenas de personas.
Siria se ha convertido en la zona más “caliente” en la actual fase de la disputa imperialista entre yanquis y rusos. El secretario de Estado norteamericano John Kerry le exigió a Moscú que cese los bombardeos; el gobierno de Putin respondió enviando un poderoso portaaviones a la base rusa de Tartus sobre la costa siria en el Mediterráneo. Con su ofensiva terrestre tras martillar con la aviación a las milicias anti-Assad, el Ejército oficial sirio se propuso recobrar el control de Alepo, la segunda ciudad siria en importancia después de la capital Damasco. Además de sus aliados rusos, el régimen sirio cuenta con el apoyo de Irán y de la guerrilla libanesa chiíta de Hezbolá.
La violenta disputa por el control de Siria lleva ya más de cinco años; ya causó la muerte de más de 300.000 personas y la expulsión de la mitad de la población del país. Ahora Alepo se convirtió en una batalla estratégica tanto para el gobierno prorruso de Assad como para las facciones que yanquis y europeos arman y sostienen bajo el nombre de “rebeldes” (y que el gobierno sirio denomina “terroristas”). Como era esperable, la tregua de una semana en Siria acordada el 9 de setiembre por Rusia y EEUU se demostró absolutamente frágil.
El llamado “Grupo Internacional de Apoyo a Siria” -presidido por Rusia y EE UU y en el que participan alrededor de 20 países, incluyendo los aliados de cada uno de los bandos enfrentados- fue escenario de la misma disputa: Washington reclamó que los aviones rusos y sirios permanezcan en tierra, pero Moscú rechazó que el alto el fuego sea exigido unilateralmente a Damasco.
Sangriento escenario de la disputa interimperialista
Antes, el viernes 16 de setiembre, “sin querer queriendo” aviones de la coalición internacional organizada por Estados Unidos habían bombardeado a tropas del Ejército sirio que enfrentan a Estado Islámico (EI o ISIS). El ataque de la coalición “antiterrorista” en Deir Ezor (nordeste de Siria, sobre el río Éufrates, cerca de la frontera con Irak) controlada por los “jihadistas” de EI (de “jihad”, guerra santa) mató a 62 soldados del ejército oficialista sirio e hirió a decenas.
El saliente presidente yanqui Barack Obama usó el marco de la Asamblea anual de la ONU para lamentar en público la pérdida “no intencionada” de vidas en el ataque. Pero es largamente conocida la experiencia de los “servicios” del imperialismo norteamericano en orquestar agresiones y provocaciones “no intencionadas” como mensaje político a los pueblos en lucha o a sus rivales imperialistas. El objetivo estratégico de los yanquis en Siria no es tanto liquidar a Estado Islámico sino principalmente debilitar el ejército de Al Assad y la influencia rusa en Siria y en el Oriente medio.
El gobierno de Al Assad es el aliado clave de Moscú en la región. En la costa mediterránea de Siria, Rusia tiene la mencionada base naval de Tartus, su única base militar en el extranjero. Los estrategas de Obama venían especulando con usar a los “jihadistas” de EI para erosionar al gobierno de Damasco y abrir paso a una coalición política organizada y armada por los yanquis y países europeos para voltear al gobierno de Al Assad; pero la aviación rusa aliada de Assad había logrado dar golpes decisivos a EI y recuperar posiciones importantes para el gobierno. El ataque “no intencionado” de los yanquis revela que los hombres de Obama pretenden retomar la iniciativa. Pero el tremendo contragolpe de las fuerzas sirias apoyadas por Rusia, que hace ya un año que se involucró activamente en los combates, muestra que para los hombres de Putin Siria no es objeto de negociación.
Las dos potencias, que se arrogan derechos de guerra y de paz en todo el mundo y usan miserablemente a los pueblos como peones de sus disputas estratégicas, se acusaron recíprocamente de no cumplir sus compromisos en el marco del alto al fuego.
La autodeterminación
Los imperialismos ruso y yanqui se disputan Siria y Medio Oriente y, como ocurre por lo general, los muertos los ponen los pueblos oprimidos. Por eso, desde una posición popular sería trágicamente equivocado optar por uno u otro país imperialista; o relativizar los crímenes que cometen EEUU, Rusia y su aliado Al Assad.
Dentro de Siria hay más de un centenar de organizaciones armadas que enfrentan al gobierno pro ruso y se disputan las áreas de influencia. Naturalmente que dentro de este heterogéneo arco de organizaciones anti Assad se entrecruzan la influencia de EEUU –interesado en derrocar a Al Assad–, las visiones religiosas, la pertenencia a diversos pueblos y toda una compleja historia milenaria.
De hecho, la “tregua” lanzada por EEUU y Rusia ni siquiera había sido aceptada de inicio por algunos importantes grupos armados. Entre ellos, el Ejército Libre Sirio (ELS) había afirmado a través de su vocero, el general Ahmed Jaled Birri, que no acordaban ni cumplirían con el pacto “mientras que las fuerzas invasoras de Rusia, Irán y Hizbulá permanezcan en Siria, porque va en contra de la revolución”. Además, ante el hecho de que el cese de hostilidades excluía tanto al EI como al Frente de la Conquista del Levante, puntualizó que “no aceptamos una división de las fuerzas revolucionarias, entre las que se encuentra el Frente de la Conquista del Levante, que lucha contra las bandas del régimen y no amenaza a nadie fuera de Siria, otra cosa es el Estado Islámico”. El Frente de la Conquista del Levante es el nuevo nombre pasó a tener el antiguo Frente al Nusra tras anunciar su desvinculación de Al Qaeda en julio (agencia Efe).
En este complejo escenario, la tarea de los demás pueblos del mundo debe ser exigir el cese de injerencia militar de Rusia, EEUU y toda fuerza extranjera en Siria. No existe liberación posible con tropas extranjeras. El derecho a la autodeterminación de las naciones no es un mero concepto jurídico sino una condición excluyente para cualquier perspectiva popular.