Tercera semana de paro universitario

Del 21 al 25 de agosto se desarrolla la tercera semana de paro docente universitario convocada por las dos Conadu’s. La tercera federación nacional, FEDUN, convoca a un paro 48hs el 22 y 23. Esta medida se resolvió tras la provocadora oferta que el 13 de agosto hizo el gobierno: un 10,8% de recomposición salarial en dos cuotas (5% en mayo y 5,8% en agosto) sobre el salario de noviembre 2017. Un hachazo a nuestros salarios cuando la inflación –aproximada– en el mismo período no será inferior al 25%.

La decisión unilateral del gobierno de aplicar estos porcentajes “a cuenta de futuros acuerdos” –que ya fueron declarados insuficientes por parte de todas las federaciones docentes– es una práctica desleal y una abierta provocación. Sin dudas son medidas que obedecen a la necesidad auto infligida del gobierno de reducir un déficit fiscal que su propia política generó. El ajuste salarial y el ahogo presupuestario, combinados con arteros ataques a la educación pública, buscan desgastar, desprestigiar y vaciar nuestras universidades.

Ajuste, ajuste, ajuste

Para Macri y el FMI la educación es un gasto y un privilegio, no una inversión. Desde esta perspectiva, no sería de extrañar que el acuerdo de Macri con el Fondo contemple, además, la aplicación de medidas similares a las que el FMI impuso en Grecia, donde –por ejemplo– a los maestros les rescinden sus contratos cuando terminan las clases para no pagarles vacaciones (Ver Vamos! Nº121, “Acuerdos nada platónicos”). O las recientes medidas implementadas por el gobierno de India, a instancias del FMI, que decidió anular la autonomía académica y administrativa de las universidades e introdujeron la autonomía financiera para que implementen un modelo de generación de ingresos llevándolas a actuar como entidades comerciales para generar sus propios fondos. O, simplemente, eliminar el ingreso irrestricto e imponer exámenes de ingreso-filtro para reducir drásticamente la matrícula de estudiantes, docentes y no docentes.

Cualquiera de estas medidas, aisladas o combinadas, es lo que de fondo estamos enfrentando: la defensa de nuestra universidad pública, gratuita, de calidad y con ingreso irrestricto.

Pero contrariamente a lo que busca el gobierno, el movimiento en defensa de la universidad pública está cada día más fuerte. El no inicio de clases, los abrazos a las universidades y las múltiples iniciativas de lucha son el emergente del profundo malestar de los docentes que va logrando adhesión estudiantil y también empieza a difundirse el conflicto en los grandes medios. En los últimos días el conflicto tomó estado público y rompió el “cerco mediático”. Y, no casualmente, la consigna que se va imponiendo masivamente es “SIN UNIVERSIDAD PÚBLICA NO HAY FUTURO”.

En este contexto se está coordinando una Marcha Nacional Universitaria para el jueves 30 de agosto, de Congreso al Ministerio de Educación, que tenemos que motorizar con toda firmeza para hacerla masiva.

Sin ciencia y tecnología no hay futuro

El jueves 16 de agosto se realizó una masiva manifestación de científicos y docentes frente al Congreso ante la situación crítica en que se encuentran tanto el sistema universitario como los organismos del sistema nacional de ciencia y tecnología a raíz de la brutal devaluación, la reducción en las partidas presupuestarias y el ajuste salarial. La jornada incluyó una feria de ciencias, clases púbicas, radio abierta y una audiencia pública en el Congreso con legisladores.

La iniciativa fue convocada por un amplio arco de gremios de Ciencia y Tecnología, de docentes universitarios, estatales y diversas agrupaciones que van dándole forma a un gran movimiento que está de pie en defensa del sistema científico, tecnológico y universitario.

Con esta lucha, coordinando acciones y profundizando las medidas, vamos abonando el camino hacia el paro nacional de 36 horas para derrotar la política de Macri y el pacto con el FMI.