Triunfo de los trabajadores del Conicet

Cinco días de toma del Ministerio de Ciencia y Tecnología, asambleas masivas, cortes de calles, tomas y movilizaciones por todo el país, declaraciones contra el recorte de reconocidos científicos, ruidazos, un paro de ATE, apoyos de decenas de sindicatos y organizaciones. La extraordinaria lucha protagonizada por los trabajadores del Conicet y todo el ámbito científico le dio un duro golpe a los planes del macrismo de hacer pasar el ajuste a costa de los trabajadores y destruir el sistema científico nacional para redireccionarlo en función de los intereses de los monopolios.

El recorte del presupuesto para Ciencia y Tecnología votado en el Congreso Nacional ya auguraba un ajuste en el Conicet. Este se hizo efectivo con la resolución de los ingresos a carrera de este año, que pasaron de 943 el año pasado a 385, a pesar de que las propias comisiones evaluadoras del Conicet habían recomendado a casi 900. Así, se decretaba el despido de 500 investigadores que durante 5 o 7 años trabajaron precarizados en condición de becarios.

Con la ocupación del Ministerio por iniciativa de Jóvenes Científicos Precarizados (JCP), a la que luego se fueron sumando otras organizaciones de becarios y científicos, y con el gran costo político que le empezó a causar al Gobierno, al tercer día de la toma las autoridades del MinCyT tuvieron que hacer una primera propuesta. En esta, le prorrogaban las becas solo a 343 de los afectados hasta marzo del 2017, y dejaban al resto afuera. La asamblea rechazó esta propuesta y se lanzó a extender el conflicto y a preparar una navidad en el Conicet.

Finalmente, el Gobierno tuvo que hacer una nueva propuesta por escrito. Una gran asamblea con más de 600 trabajadores del Conicet y cientos de acompañantes, y constantemente alentada por las bocinas de los autos, votó proponer una serie de modificaciones. El acta final firmada establece que los 508 investigadores recomendados por las comisiones evaluadoras mantendrán durante todo el 2017 sus becas y sus salarios, y que se abre un proceso para incorporarlos como investigadores en organismos nacionales de Ciencia y Técnica, Universidades, empresas públicas y el propio Conicet en condiciones similares a las que iban a ingresar. Y se conforma una comisión de seguimiento compuesta por ATE, las organizaciones de becarios y científicos, los gremios universitarios y representantes de los afectados directos.

Este conflicto histórico logró que la totalidad de los 508 trabajadores que quedaban en la calle mantengan su salario en Conicet garantizado por un año y puedan seguir insertos en el sistema científico nacional, marcando un ejemplo en la lucha contra los despidos. Golpeó duramente al macrismo, con un gran repudio a nivel popular a pesar de los intentos de difamar a los trabajadores científicos, y en particular al Ministro Lino Barañao y al Presidente del Conicet Cecatto, ex funcionarios del kirchnerismo reconvertidos en ajustadores macristas, que quedaron muy desprestigiados. Y dejó un impresionante saldo de organización colectiva en un ámbito caracterizado por la fragmentación y el individualismo, que señala un nuevo piso para la lucha por un sistema científico tecnológico que responda a los intereses nacionales y de las mayorías populares.