Intervencionismo libertario contra las paritarias

Metalúrgicos, con paros de 24, 48 y 72 horas, conquistan aumento del 42% y desafían el techo de Caputo.

El gobierno de Milei aplica su discurso de liberalización a todos los precios menos al salario: el precio de la fuerza de trabajo. Dejó que los alimentos aumentaran un 74% en sus primeros tres meses de gobierno (según los datos del Indec), con el verso de que debían “sincerarse” los precios. Pero el ministro Caputo se ha negado a homologar las paritarias que buscan recuperarse del tremendo salto inflacionario producido desde diciembre.

Recordemos que las paritarias son un acuerdo entre las partes: sindicatos y cámaras patronales. Por lo tanto, lo que realmente está sincerando el gobierno es que su objetivo es empobrecer a los trabajadores en beneficio de los monopolios.

Esta situación se ha ejemplificado con las negociaciones paritarias de UOM y Camioneros, particularmente. La UOM, el gremio metalúrgico conducido por Abel Furlán, viene desarrollando un plan de lucha muy agudo con centro en la rama siderúrgica donde tiene congelado los salarios desde noviembre del 2023. En marzo concretaron tres paros de 24, 48 y 72 horas por salario y contra los despidos. Allí la pelea es contra los dos monopolios que se reparten el acero en Argentina. Por un lado, Acindar que produce el acero para la construcción; y por el otro lado, Techint que produce el resto del acero para las distintas ramas de la industria, donde su dueño Paolo Rocca, tiene numerosos funcionarios de su grupo en el gobierno de Milei. La posición de Rocca es de aumento cero para los metalúrgicos y presiona a la demás cámaras metalmecánicas para que no concedan aumentos. Pero todas las cámaras no siderúrgicas acordaron un aumento del 42% para la UOM en el bimestre febrero marzo.

En el caso de Camioneros, el gremio conducido por Pablo Moyano, había acordado con las distintas cámaras patronales un aumento del 45% para el bimestre de febrero marzo. El ministro Caputo salió a decir que no homologarían estos acuerdos ya que estaban por encima de lo que al gobierno le parecía “lógico”. Ante esto el gremio amenazó con el paro de todas las ramas de camiones.

Otro caso testigo es el de los aceiteros, una rama de la producción destinada fundamentalmente a la exportación que este año tiene crecimiento después de la sequía del año anterior. La federación aceitera, después de amenazar con un paro, logró un acuerdo con las cámaras patronales para el primer trimestre del año de un aumento del 76%, rompiendo también el tope del gobierno. Llevarían el salario inicial de un peón a 1.240.000 pesos desde el primero de abril.

En la reunión del miércoles 10 con la CGT, el gobierno mostró alguna intención de homologar los convenios, con la expectativa de dejar en suspenso el paro nacional que se resolvería horas más tarde. Al día siguiente se produciría el fuerte paro de colectivos.

El gobierno dice que la “única” causa de la inflación es el déficit fiscal. Pero en los hechos intenta frenar la ola de reclamos salariales de estas importantes ramas de la producción que nada tienen que ver con el déficit estatal. Se ve por qué a Milei le molesta tanto el “colectivismo” sindical; y que perjudicial sería para los trabajadores la negociación individual con que sueña el gobierno.