Milei prometió que el ajuste lo pagaría la “casta”. Ya en el gobierno, se comprobó que apunta contra el pueblo y los derechos sociales: recortó el presupuesto educativo y las jubilaciones, devaluó los salarios, intentó cerrar hospitales, liberó precios de combustibles, impuso el tarifazo… y la lista sigue. Pero este “sacrificio” que pide, para “estabilizar” la economía, no afecta a todos por igual. Es más: hay beneficiarios selectos que han aumentado sus superganancias. Entre ellos: Tecpetrol de Paolo Rocca, Mastellone Hermanos, Laboratorios Richmond o los bancos.
Esta información pasa a estar disponible ahora gracias a los balances, de publicación semestral en la Comisión Nacional de Valores (CNV), que deben dar a conocer para sus accionistas las empresas que cotizan en bolsa. Diversas publicaciones analizaron y compararon los resultados. Uno de estos informes fue el publicado por el instituto IPYPP de Claudio Lozano (informe acá). Comparando las ganancias netas del primer semestre de 2023 con el primer semestre de 2024, dentro de los grandes ganadores de estos meses de gobierno mileísta podemos citar:
- Tecpetrol: +1860% más de resultado neto. Empresa que es parte del grupo Techint, de Paolo Rocca. Rocca es uno de los empresarios con mayor cantidad de funcionarios dentro del gobierno.
- Compañía General de Combustibles: +3122%. Otra petrolera de Corporación América, de Eduardo Eurnekian: otro íntimo de Milei.
- Laboratorios Richmond: +1325%. Accionistas: Marcelo Rubén Figueiras (38,48%), Gerardo Cartellone (24,74%) y Alberto Daniel Serventich (19,24%). Beneficiarios directos de la liberación de los precios de medicamentos.
- Banco Santander Río: +727%.
- Pampa Energía: +352%. Propiedad de la familia Mindlin.
- Transportadora de Gas del Sur: +696%.
- Edenor S.A.: +727%.
- Arcor: +657%. Gran beneficiaria de la liberación de precios de los alimentos, producidos con salarios devaluados pero vendidos a precios europeos. De la familia Pagani.
- Mastellone Hermanos S.A.: +2050%. Su composición accionaria: Arcor y Danone, 48,6%; fondo Dallpoint, 26,4%.
- Molinos Río de la Plata: +378%. De la familia Pérez Companc.
- Molinos Agro: +832%. Misma familia Pérez Companc.
- Telecom Argentina: +2080%.
En conclusión: La devaluación salarial, los recortes de gastos de políticas públicas y la liberación de precios no es un reordenamiento de la economía a algún punto de equilibrio “natural” o “no ficticio”. Lo que venimos perdiendo los trabajadores y el pueblo significa, en realidad, una brutal transferencia de recursos a los monopolios y los bancos.
Si se deja que estos monopolios impongan sus precios, éstos no tenderán al valor real de los productos sino simplemente a aquel que maximice sus ganancias, haciendo uso de su lugar dominante en el mercado y aprovechando el beneplácito de Milei. Es decir, en estas condiciones, no se cumple la conocida ley de oferta y de demanda sino simplemente la ley del más fuerte. Mientras tanto, ha caído el consumo incluso de productos de primera necesidad como la leche o los medicamentos. Comer bien o la salud, ¿serán privilegios?
Por otra parte, la «desregulación» es otra mentira del gobierno. Porque mientras deja que los monopolios regulen los precios de los productos, el gobierno opera desde la Secretaría de Trabajo para limitar el precio de la fuerza de trabajo: el salario. Otra ayudita a las grandes empresas que aplauden los discursos de Milei. Sumemos la flexibilización laboral.
En otros casos, la transferencia de recursos es más explícita áun: los tarifazos a la energía tampoco es una mera «quita de subsidios», sino que en verdad implica una transferencia de subsidios a las petroleras y generadoras. Los números son elocuentes. Porque mientras estas empresas producen con salarios devaluados, los usuarios tendríamos que pagar precios europeos de luz y gas. Evidentemente, para el gobierno el «precio internacional» es Europa para los productos y servicios que pagamos pero es Bangladesh para nuestros salarios.
En relación al sistema financiero, mientras el gobierno logre sostener la pseudo-convertibilidad 1 dólar – 1000 pesos, con una micro devaluación de 2% mensual, garantiza ganancias únicas en dólares. Por una parte, desde el Banco Central (BCRA) disponen una tasa de referencia del 40% nominal anual para las LEFIs (Letras Fiscales de Liquidez) que pueden suscribir los bancos. Esto, si bien está por debajo de la inflación, supera ampliamente el 24% nominal anual de la micro devaluación del peso. A groso modo implica una ganancia en dólares del 16% nominal anual, única en el mundo. Por ahora, sostiene este esquema financiero con fondos especulativos y recortando el consumo popular para aumentar así el superávit comercial. ¿Hasta cuándo aguanta económica y socialmente este esquema?
G.C.