“Las causas no se han resuelto”

El 7 de diciembre se cumplen tres años de la ocupación del Parque Indoamericano, situado en el barrio de Soldati de la Capital Federal. Una ocupación que no tardó en ser respondida por un operativo conjunto de la Policía Federal y la Metropolitana. En esa brutal represión fueron asesinados Bernardo Salgueiro (22 años) y Rossemary Chura Puña (28 años). Días más tarde fue asesinado también Emilio Canaviri Álvarez (42 años), de un tiro en el pecho disparado por francotiradores que asediaban la ocupación que no aflojaba.

En ese momento, Mirta Villarroel y Sergio Párraga integraban la CCC. Hoy son parte de la Agrupación Clasista Lucha y Trabajo de la CABA. Ellos nos muestran la mirada de quienes apostaron a conquistar los terrenos y no han bajado los brazos.

Sobre los motivos que llevaron a la ocupación Mirta señala: “Si bien algunos tenían sus casitas, vivían con sus familias hacinados. Y lo que querían es un espacio nuevo, en el cual pueda la familia joven desprenderse de vivir con la madre y el padre en una habitación única. En su mayoría eran de la Villa 20, y querían forjarse algo propio, no ser dependientes ni vivir prácticamente abarrotados en una humilde casita. Había mucha gente joven.”

Contra viento y balacera

Comentan lo complejo de la organización de la ocupación: “Lo primero que hacías al entrar era lotear. Vos quizás dejabas a alguien y venían tres o cuatro y lo echaban. Entonces una parte de la organización de eso pasaba por defender los que pensábamos que ya era nuestro. Era mucho esfuerzo, mucho desgaste” cuenta Mirta.

“Después establecimos una comida, un campamento central, un comedor, que era para todas las familias que estaban ahí alrededor”, agrega Sergio. “Empezamos a pedir donaciones, más la mercadería que teníamos. Establecimos una guardia rotativa. En el atardecer se daban los enfrentamientos y las balaceras de francotiradores, en el otro sector del Indoamericano, y tenías que armar la guardia ahí. Y después de cada tiroteo tenías que recorrer todo el campamento para ver la situación de los compañeros; muchos se querían ir, tenían miedo. Un gran esfuerzo organizativo. Nosotros llegamos a organizar a 50 o 60 familias; hicimos un censo de los que estábamos ahí. Pero eso era muy chico comparado con la dimensión que había tomado el Indoamericano.”

El acuerdo para desalojar

A las inclemencias del calor abrumador durante el día, sin sombra, y las fuertes lluvias durante algunas noches, se sumó el acuerdo -a veces más, a veces menos explícito- entre los gobiernos de Ciudad y Nación para el desalojo. Sergio afirma que este acuerdo “se vio de movida, en la primer represión [el martes 7/12/2010] realizada en forma conjunta entre la Policía Federal y la Metropolitana.

“Después, al fracasar esa represión y la gente volver a ocupar, el acuerdo entre los Gobiernos se da en otro plano para ir al desalojo. Entonces buscaron que aquello no se estabilizara. Uno le reclamaba comida, agua, baños; y no había respuesta. Luego empezaron a aflojar esas cosas. Ese tiempo ellos lo iban ganando para el operativo desalojo, a partir de ganar la dirección de la toma, a través de ganar el Cuerpo de delegados, que eran más de 100. En un momento ellos tienen mayoría, luego de meter al Pitu Salvatierra y un número grande de personas en la ocupación. Y el operativo de la Gendarmería se da desde el domingo [12/12/2010].”

El gobierno nacional por un lado realizó un censo con promesas de respuestas. Por el otro, cuenta Sergio, “hicieron una asamblea con el Pitu Salvatierra, dónde él dijo que Duhalde y la derecha querían voltear al gobierno nacional, y que había que firmar el papel [del censo]. Planteamos que era mentira, me mandan unos matones y medio que se dispersa y hacen una votación. Luego logran que la mayoría empiecen a firmar el papel”.

“Nosotros nos negamos a firmar, porque sabíamos que sin ocupación no iba a haber solución. Y efectivamente las promesas quedaron en palabras”, sentenció Mirta.

Investigaciones

Comenta Sergio que la investigación por los asesinatos de los tres compañeros está parada, aunque las pericias son bastantes negativas para la Policía Federal y la Metropolitana. “Esto es expresión de los acuerdos que llevaron al desalojo. Habrá que ver qué pasa más adelante. Se vienen haciendo movilizaciones, pero no hay avance. Y por otro lado procesaron a seis dirigentes, entre ellos Diosnel Pérez y Luciano Nardulli.”

Necesidades y negocios

“El 80% de las tierras públicas de la Ciudad están por esta zona. El Indoamericano es parte de las tierras que ahora le van a dar otro uso y entran en el plan maestro para la rezonificación de los parques que, en la Legislatura de la Ciudad, requirió el apoyo del kirchnerismo al PRO. Van a una reestructuración de toda esta zona, creando un distrito tecnológico en Parque Patricios, biotecnológico en esta zona con el polo farmacéutico, el distrito del deporte… Van a un cambio en toda la zona, que lo que está haciendo es aumentar los alquileres, y eso es expulsivo para los sectores más pobres de esa zona. En vez de partir de las necesidades de esos sectores y crear un programa para resolver los problemas de vivienda, fomentan la entrada de empresas. Por eso este 28 de noviembre se hizo una movilización reclamando presupuesto para vivienda y urbanización de las villas entre otros temas en la Legislatura”, precisa Sergio Párraga.

Mirta Villarroel agrega: “Los negocios inmobiliarios siguen avanzando, porque esas son las metas del gobierno: avanzar sobre las únicas tierras que hay.”

Finalmente, Sergio concluye: “Las causas que provocaron la ocupación del Indoamericano están intactas. No se han resuelto. Hoy el desafío es avanzar en esto que se está gestando, un movimiento más fuerte, en el que una parte viene de participar del proceso del Indoamericano.”

Por presupuesto para urbanización

Convocados por la Corriente Villera Independiente, el jueves 28/11 numerosas organizaciones sociales y barriales se movilizaron a la Legislatura porteña en momentos que se trataba el Presupuesto 2014. En su comunicado afirma: “No vamos a permitir que nos sigan imponiendo un modelo de ciudad para pocos y pocas, que desfinancia la salud y la educación pública, que realiza fabulosos negociados con la tierra y la vivienda, fomentando la especulación inmobiliaria en desmedro del derecho a la vivienda digna, que encarece el transporte público, privatiza los bienes comunes y clausura espacios públicos y culturales.” Reclamaron por vivienda, urbanización, radicación en las villas de la Ciudad, presupuesto para salud y educación.