Miles participaron en la jornada nacional unitaria. Hubo paro de ATE Capital, Paty, Suteba Tigre, de ATE Sur, Lomas de Zamora y Alte. Brown, cortes en los accesos a la Capital Federal en el Puente Pueyrredón y en Liniers, corte en Panamericana y ruta 197, corte de la FUBA en Plaza Houssay, movilización al Superior Tribunal de Justicia de Santa Cruz y actos en las ciudades de Mendoza, Bahía Blanca, La Plata, San Luis y Neuquén.
En Bahía Blanca, participaron compañeros de la CTA Bahía Blanca-Cnel. Dorrego, del SUTEBA, FIT, MST y otras organizaciones políticas y sociales. Con mucha alegría, al calor de la percusión y con un exitoso piqueteo del Vamos!, se hizo sentir la ruidosa y colorida columna del CR que estuvo integrada entre otros por compañeros de los barrios y de la universidad.
La respuesta del gobierno a la jornada nacional fue la represión y detención de luchadores en el corte de Liniers y Panamericana. A la noche todos los detenidos debieron ser liberados.
Crece la solidaridad
El fallo del tribunal de Caleta Olivia que condenó a los petroleros ha sido cuestionado por un amplio espectro de organizaciones y personalidades como Pablo Micheli (CTA), el premio Nobel de la Paz Adolfo Peréz Esquivel, las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Osvaldo Bayer, Hugo Moyano, Hugo Yaski (CTA-K), varios diputados nacionales, legisladores y muchos otros. Hasta el papa Bergoglio se ha pronunciado y contestó la carta de uno de los condenados.
Los trabajadores petroleros de Santa Cruz fueron de los primeros sectores que salieron a luchar contra el impuesto a las ganancias y lograron subir el techo de ese impuesto. A tal punto va poniéndose sobre la mesa que ese juicio es un escarmiento para todos los trabajadores que salen a luchar, que Cristina Kirchner salió a marcar la cancha en su discurso -dos días después de la jornada- en la apertura de sesiones del Congreso: “En 2006, en un conflicto, un policía que salió a defender su comisaría en la localidad de Pico Truncado, fue muerto a palazos en el piso. Le reventaron todos sus órganos. Era un chico muy joven. No salió con el arma disparando, ni a los tiros, ni nada. Entre cuatro o cinco, lo agarraron y lo mataron a palazos.”
Lo sorprendente de la versión presidencial de los hechos, además de los dichos, son las omisiones. ¿Por qué Cristina omite que el policía Sayago murió con un tiro de 9 mm en la espalda? ¿Por qué no menciona que esta muerte ocurrió durante la pueblada que generó el repudio a la feroz represión que sufrieron los trabajadores petroleros?
En esa brutalidad y caos originado por las fuerzas policiales murió el policía Sayago. ¿Dónde están las pruebas que esos “4 o 5 que lo mataron a palazos” sean los trabajadores petroleros? Sus palabras y su silencio están manchados de petróleo. “El ataque de la presidenta a la jornada del 27 de febrero y a los condenados, pone en evidencia su influencia en un fallo que pretende condenar a trabajadores, a los cuales no se les ha probado ni su participación en el crimen, ni en delito alguno”, denunció un comunicado del Comité por la Absolución de los Trabajadores de Las Heras, respondiendo a las mentirosas acusaciones de Cristina Fernández de Kirchner contra los trabajadores.
“Mi libertad y la de todos los compañeros de Las Heras depende de ustedes”, planteó Ramón Cortés, uno de los condenados a cadena perpetua. Hoy, a la espera de que la Cámara de Casación se expida sobre la apelación a la sentencia en primera instancia, se necesita intensificar las acciones de lucha y la unidad lograda para conquistar la absolución y la libertad definitiva de los obreros petroleros condenados y derrotar el ajuste y la represión del gobierno kirchnerista, los monopolios petroleros y el resto de las clases dominantes.
