Nueva situación en La Fármaco

Después de menos de dos años de la gestión de Santiago Sáenz –plena de gastos e inversiones suntuarios y de dudoso criterio empresario–, La Fármaco se vio endeudada, vacía de capital de trabajo y con la actividad detenida. El grupo Queruclor intervino en la operación con el supuesto objetivo de salvar la empresa; para eso tomó, entre otras, la inexplicable decisión de no facturar (día 28 de junio). Más tarde, caída la operación de venta, este nuevo grupo empresario se retiró, devolviendo la papa caliente a los Sáenz, quienes, tras no conseguir el tan mentado Proceso Preventivo de Crisis, resolvieron expeditivamente la situación, en perjuicio de los trabajadores.

Lo que siguió fue un programa de retiros voluntarios con base en el artículo 241 de la Ley de Contrato de Trabajo. Así fue que el día 2 de septiembre 90 compañeros firmaron en el Ministerio de Trabajo acuerdos indemnizatorios que iban del 50% al 65%.

Para quienes no accedieron a este acuerdo, conscientes de que hacerlo significa renunciar a la posibilidad de reclamar la totalidad de sus derechos por vía judicial, hubo despidos sujetos al artículo 247 (fuerza mayor/falta de trabajo). En esa situación quedaron 30 compañeros que el día 10 de septiembre (antes de ayer) recibieron una pequeña parte de la liquidación, quedando pendientes el pago del aguinaldo y la indemnización.

Lo alarmante es que, cuando el día 7 de septiembre estos compañeros se presentaron en la puerta de la fábrica reclamando los pagos pertinentes, personal de Recursos Humanos les propuso acceder al acuerdo que habían firmado anteriormente los 90 compañeros. Queda así en evidencia que la decisión de no abonar es política y no económica. Nada nuevo: en la reunión del día 19 de julio los cerca de 200 trabajadores escuchamos de boca del mismísimo gerente de finanzas que el no pago de sueldos y conceptos adeudados a esa fecha respondía a una decisión bajada de la cúpula de Queruclor (¡que no salga la moto con el cheque!). La arbitrariedad quedó al desnudo nuevamente cuando el día miércoles 5 de septiembre cobraron quienes habían suscripto el acuerdo y el jueves 6 los que continúan empleados.

Estos son sólo algunos ejemplos de la forma impune con que Sáenz y Queruclor han estado jugando con nuestros derechos y necesidades en su afán de vaciar nuestra empresa, accionar que no hubieran podido llevar a cabo de no contar con las complicidades del Ministerio de Trabajo y el nefasto Sindicato de Perfumistas.

Exigimos ¡¡¡YA!!! el pago de todo lo adeudado.

Trabajadores de La Fármaco