Paro y Ferias de Ciencias contra el ajuste

El descomunal operativo montado el 1 de marzo ante el reinicio de las sesiones del Congreso y el discurso de apertura de Macri, con la Policía de la Ciudad, la Federal, la Metropolitana, Gendarmería y Prefectura, con decenas de cuadras valladas, cientos de efectivos, patrulleros, camiones y carros hidrantes, no pudo impedir que los trabajadores de la ciencia llevaran sus reclamos a metros del Presidente.

Los científicos realizaron un paro de actividades y montaron Ferias de Ciencias frente al Congreso Nacional y las legislaturas de muchas provincias. Allí los investigadores mostraron al público en qué consisten sus trabajos y rechazaron el brutal ajuste que el Gobierno de Macri y el inefable Ministro Lino Barañao vienen llevando adelante en el CONICET y en el conjunto del sistema científico nacional. En la plaza del Congresos se pudieron ver stands de distintos institutos de geología, historia, medicina, sociología, química, genética, psicología y muchas otras disciplinas, se hicieron charlas temáticas y se silbó y cantó contra Macri y el ajuste.

La medida fue decidida en el II Plenario Nacional de Trabajadores de Ciencia y Técnica realizado en la CABA en febrero y, entre sus principales reclamos se contaron el ingreso al Conicet de todos los despedidos el año pasado, el rechazo a los recortes en las becas y los ingresos a carrera de investigador, la publicación de los criterios de evaluación y el fin de la precarización laboral.

En los últimos días el Directorio del CONICET encabezado por Cecatto anunció que la convocatoria para los ingresos a la carrera de investigador de este año solo contará con 450 vacantes. Comparado con las 830 de la convocatoria 2015 y el promedio de 600/700 ingresos producidos en los años anteriores, constituye un fuerte recorte. Esto no hace más que ratificar el ajuste que se puso en evidencia el año pasado con la reducción del presupuesto para Ciencia y Técnica votada por los bloques mayoritarios del Congreso, y con la gran lucha que incluyó la toma del Ministerio en diciembre y le puso un primer freno a más de 500 despidos de ingresantes que habían sido aprobados por las evaluaciones del organismo.

A su vez, también se informó que se unifican las convocatorias de temas libres, estratégicos y los ingresos por repatriación, que antes iban separadas, y que el 50% de las vacantes se destinarán a los cuestionables Temas Estratégicos definidos en el “Plan Argentina Innovadora 2020”, lanzado en el 2013 por el mismo Barañao cuando era ministro del kirchnerismo. Estos priorizan la biotecnología vinculada a los agronegocios, la nanotecnología y las tecnologías informáticas, ejes pensados en función de los nichos internacionales de negocios más que de las necesidades locales. A su vez, esto perjudica especialmente a la investigación en ciencia básica y a las Ciencias Sociales y Humanidades.

No por casualidad Clarín tituló que “El Conicet decidió darles prioridad a los investigadores ‘más útiles’ para el país”. Para Clarín y para este gobierno de CEOs de monopolios, lo único “útil” son las investigaciones que permitan aumentar la rentabilidad empresarial y no una producción científico-tecnológica al servicio de los intereses nacionales y populares. El mismo Barañao, en su frenética ronda por los medios, señaló: “Queremos impulsar más convenios con las empresas, para promover la inserción de nuestros investigadores en el sistema productivo” y puso como ejemplos a la farmacéutica inglesa Glaxo y al monopolio tecnológico norteamericano IBM.

El macrismo quiere científicos que desarrollen agroquímicos o realicen innovaciones para le megaminería, pero no científicos que indaguen sobre sus efectos sociales y ambientales. Quiere investigadores que desarrollen nuevas tecnologías de microelecrónica para las empresas, no una ciencia que apunte a la independencia y el desarrollo del país. Y, desde ya, un gobierno que reflota la teoría de los dos demonios y que habla de realizar una nueva “Campaña del Desierto” está lejos de querer cientistas sociales que desarrollen un conocimiento crítico.

El ajuste cada vez recoge más repudios en todos los niveles del sistema científico, y se fortalece la organización y movilización de los trabajadores de la ciencia en cada instituto y organismo, entre los afectados por el recorte del año pasado, que conformaron la Red Federal de Afectados, y en las asambleas regionales en todos los puntos del país. La lucha de diciembre demostró que sólo con la movilización es posible frenar el ajuste y poner en la agenda las reivindicaciones históricas de becarios e investigadores. El próximo paso será la realización de una Marcha Federal por la Educación y por la Ciencia para principios de abril.