Un logro de 70 años de desarrollo argentino

Extensión de la vida útil de la central nuclear Embalse Río Tercero.

Trabajadores de Embalse Río Tercero.

Por Guillermo Caporaletti

Recientemente acaba de ser reinaugurada la planta nuclear de Embalse Río Tercero, en Córdoba. Esto significa que ha sido renovada para extender su vida útil otros 30 años. Había salido de funcionamiento a fines de 2015, tal como estaba programado. Y ahora, tres años después, vuelve a operar al 100% entregando una energía que abastece a 3 millones de habitantes. Se logró incluso subir su potencia un 6%, operando a 683 MW. El pasado 30 de mayo se realizó su inauguración, con los funcionarios macristas, y se abrió un profundo debate sobre el balance de semejante logro argentino. Previamente, el subsecretario de Energía Nuclear, Julián Gadano, había publicado una nota en Infobae.(1) Esta carta fue catalogada como “autocomplaciente” en la respuesta publicada por el titular de la asociación de profesionales del sector nuclear APCNEAN, Andrés Kreiner, a quien habíamos entrevistado en Vamos! Nº141.(2)

Ante todo, no puede menos que destacarse la hazaña tecnológica que significa para nuestra Nación la extensión de vida útil de Embalse. Pero además, debe señalarse que la tarea fue “hecha en un 97% por personal del estado y de las empresas argentinas”. Y “muestra que nuestro país domina la tecnología CANDU, centrales nucleoeléctricas sencillas, robustas, seguras, de tubos de presión, uranio natural y agua pesada. Es el tipo de planta que nos hace independientes en todo: en diseño y construcción, en fabricación de componentes y de combustibles, en aleaciones especiales y hasta en el agua pesada, sin la cual el uranio natural sencillamente no entra en reacción en cadena. Tras medio siglo de trabajo duro, dominamos todo eso”. Así lo precisó Kreiner en su carta-respuesta a Gadano y tras felicitar a los trabajadores de NA-SA (Nucleoeléctrica Argentina S.A.), CNEA y del resto del sector nuclear.

Este detalle es tan fundamental que es obviado en los balances oficiales. Tanto Gadano como el secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, insistieron en que lo más importante de esta obra es que “costó lo que dijimos que iba a costar y la terminamos en el tiempo que dijimos que la íbamos a terminar” (La Voz, 31/5/2019, Córdoba). Como si estuviéramos hablando simplemente de alguna nueva autopista o algún nuevo puente sobre algún río o arroyo. Ocurre que su discurso antinacional ni siquiera puede reconocer que esto es un logro de los últimos 70 años de nuestro país (o 68 para ser más exactos, ubicando en 1950 la fundación de la Comisión Nacional de Energía Atómica). Porque esta realidad choca contra su burdo discurso de que la Argentina habría “perdido” 70 años. De más estaría detenernos demasiado en las estúpidas comparaciones que hace Gadano en su nota entre Embalse y la planta nuclear de los Simpson.

Entonces la respuesta no podía hacerse esperar. En su publicación Kreiner se refiere también a la grave situación del sector nuclear producto del ajuste macrista. “No se entiende que Gadano aplauda los 30 años más que funcionará nuestra CANDU cordobesa, Embalse, cuando en mayo de 2018, “al toque” del regreso del FMI como prestamista y “consejero” del gobierno nacional, canceló Atucha III, la segunda CANDU. Más aún, canceló una decisión nacional a favor del uranio natural y el agua pesada que viene desde 1967, y alrededor de la cual se ha ido construyendo la industria nuclear argentina DURANTE MÁS DE MEDIO SIGLO. Ahora, según Gadano, eso fue un error.”

Increíble pero verdad. Sin vociferarlo demasiado, el gobierno insiste en que la tecnología de agua pesada y uranio natural (como la que utiliza Embalse) es obsoleta. El argumento que Gadano dio al equipo de “Desafío 2019” en C5N es que “sólo el 13% de las plantas utilizan agua pesada”.(3) Así pretenden justificar la “reconversión” (cierre) de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) en Arroyito, Neuquén. “La PIAP está en peligro de ser abandonada y vandalizada. De sus 450 especialistas, sólo quedan 300, cobrando a veces, y el resto es alentado-intimado a irse con ‘retiros voluntarios’ o promesas de trabajo en el sector petróleo y gas de Vaca Muerta”, describe Kreiner. Lo más estúpido del planteo oficial es que el porcentaje de centrales nucleares argentinas que utilizan agua pesada es… ¡el 100%! Y que este insumo de alta tecnología tiene, además, no sólo mercado internacional como India, Canadá, Corea, China, Pakistán y Rumania, sino también nuevos desarrollos en curso. Sobre esto nos habló Kreiner también en nuestra edición pasada de Vamos!.
Pretendiendo camuflar la evidente irracionalidad de cancelar la construcción de Atucha III con tecnología CANDU, el gobierno ha renombrado como Atucha III al proyecto Atucha IV: planificada con uranio enriquecido y agua liviana. Es una tecnología que Argentina no domina.

Ante semejante desastre, no está de más alguna explicación sobre cómo fue posible reinaugurar Embalse a pesar de estos funcionarios. Explica Kreiner: “Embalse fue reconstruida entre 2015 y 2018 para funcionar 30 años más sólo porque este gobierno se encontró con contratos firmados desde 2010 en adelante con 100 empresas de ingeniería, y entre ellas las mayores del país. No era una pelea en la que Gadano pudiera siquiera meterse. Pero ahora que todo el mundo cobró, como ‘premio’ por la reconstrucción, despidió a 250 expertos de NA-SA, y piensa seguir echando a más participantes de esta tarea que al mismo tiempo elogia. Para el país, esto fue como haber criado un toro de exposición, y tras ganar la cucarda en La Rural, hacerlo hamburguesas”.


(1) Julián Gadano, “Por qué es una gran noticia que la central nuclear Embalse vuelva a funcionar”, en Infobae, 21/5/2019. Subsecretario de Energía Nuclear.
(2) Andrés Kreiner, “Carta abierta en respuesta al subsecretario de energía nuclear”, en Argendar, 29/5/2019. Secretario General de APCNEAN.
(3) Informe “Una estupidez atómica” en “Desafío 2019” de C5N, programa emitido el 3 de junio de 2019.