¿Quién adoctrina a quién?

Milei en el Colegio Cardenal Copello, donde dio un discurso de varias horas.

Lo que el gobierno de Milei llama “adoctrinamiento” es en realidad enseñar a estudiantes a pensar por sí mismos, a conocer sus derechos, la historia de este país y a respetar a las demás personas. En pocas palabras: a ser ciudadanos críticos de la sociedad en la que viven. Cualquier acto escolar por el 24 de Marzo, por Malvinas, la Revolución de Mayo o clase en la cual se promueve el conocimiento de la historia vinculando causas con consecuencias y su contexto, fomenta en lxs estudiantes la capacidad de analizar la realidad por sí mismos y con sus pares para ejercer sus derechos. Esto figura en los lineamientos curriculares consensuados por los diferentes gobiernos a lo largo de la historia. Si bien no implica necesariamente una educación verdaderamente emancipadora, parece que sí se ha convertido en una traba para el modelo económico que busca imponer este gobierno.

Lo que buscan los sectores reaccionarios como Milei y los medios que lo defienden es que los jóvenes no desarrollen esta capacidad de analizar su realidad y la relación entre las decisiones políticas de un gobierno con sus derechos como estudiantes o trabajadores. Buscan, en cambio, que repitan como loros las ideas que les bajan desde las redes sociales y los medios de comunicación reaccionarios. Como señalamos en una edición anterior, ¿Milei y los suyos no vienen adoctrinando a nuestros jóvenes (y no tan jóvenes) con la idea de que sufriendo años mágicamente vamos a estar mejor en el futuro?¿No están adoctrinando para la crueldad y la discriminación quienes cerraron el INADI y cuando se ríen de chicos desmayados, festejan los despidos de trabajadores y el cierre de comedores?¿No están adoctrinando contra la soberanía nacional quienes hacen actos con militares yanquis cantando el himno de los Estados Unidos?

Carlos Skliar, especialista en educación publicó en sus redes: “Me auto-declaro y auto-denuncio adoctrinador educativo por ser un amante celoso de multiplicidades y pluralidades, deseos desenfrenados  de igualdad, anhelo de infancia para la niñez y la humanidad,  incitador a la lectura y  la escritura, radical partícipe en el derecho y la equidad de niñas y niños con discapacidad, causante de humildes entrecruzamientos entre arte, filosofía,  literatura y educación, entre otros males. Convido a otras y otros a auto-declararse y auto-denunciarse como adoctrinadores para evitar a toda costa que la atmósfera educativa se transforme en su opuesto: un espacio de desconfianza y sospecha en vez de la defensa de lo público, un campo de batallas a cambio de ser un mundo de potencias y posibilidades.”