¿Qué prevé el gobierno sobre la evolución de la epidemia?

Alberto Fernández y el ministro de Salud Ginés Gonzalez García.

En las redes primero y en los medios masivos, ya ha circulado la información del documento del Ministerio de Salud con los posibles escenarios dentro de pocas semanas. Dicho documento está fechado al 19 de marzo y es la información que Alberto Fernández tenía cuando resolvió la cuarentena con el apoyo de los gobernadores. El informe establece diversas evoluciones posibles del coronavirus en Argentina. La cifra que se estima más probable es la de 250 mil infectados antes de lograr parar la epidemia. Aunque la cifra podría superar varios millones si no se tomaran medidas. Esto explica las tajantes medidas tomadas inmediatamente tras aquella reunión. ¿En qué se basan las estimaciones del Ministerio de Salud?

La proyección más pesimista (sin actuar)

El más pesimista analiza las consecuencias de no hacer nada. Eso es: crecimiento de enfermos que se duplican cada tres días hasta contagiarse prácticamente toda la población. Esta tasa de contagio es aproximadamente la que por ahora se viene cumpliendo en Argentina y que continuaría así si no se hubieran tomado medidas. (El día que fue presentado el informe citado, había 97 infectados detectados; tres días después, la cifra ascendió a 225, el doble.) Con esta tasa, el informe concluye que superaríamos el millón y medio de infectados para fines de abril (si no se hacía nada). La cuenta no es tan compleja: desde el 18/3 hasta fines de abril hay 43 días, con lo que la cantidad de enfermos se duplicaría alrededor de 14 veces. Esto daría, hacia el 30 de abril, 16.384 veces más infectados que los 97 conocidos hasta aquel momento: alrededor de 1 millón 590 mil infectados.

En una primera impresión, llama la atención que esta cifra es casi cuatro veces superior a la cantidad actual de casos detectados en todo el mundo. Pero eso es sólo porque aún estamos en la etapa inicial de la pandemia. Un millón y medio se acerca al 4% de la población en nuestro país. Y, según el informe si no se tomaban medidas, la epidemia seguiría creciendo hasta alcanzar al 65% de los argentinos para el 12 de mayo. Éste es el escenario más pesimista que el Ministerio de Salud presentó a los gobernadores.

Esto implicaría: sistema de salud colapsado; falta de insumos y de trabajadores de la salud, que también caerían enfermos; médicos que deben optar a qué paciente le conectan el respirador artificial, decidiendo quién muere y a quién se le da otra oportunidad; enfermos por cualquier otro motivo que no se pueden atender, aunque su vida esté en riesgo… Es lo que está pasando en Italia y en España hoy. Y todavía no ocurrieron las peores consecuencias económicas y sociales que vendrán aparejadas.

Caso más optimista

El caso más optimista supone una inmediata desaceleración de la cantidad de nuevos infectados, dejando de crecer en forma exponencial y siguiendo desde el mismo 19 de marzo una evolución semejante a China. En esta hipótesis, los casos no llegarían a 1300. Supone una rápida respuesta a las medidas tomadas.

¿Por qué es muy difícil que ocurra esta hipótesis tan optimista? Porque entre la infección y la detección del coronavirus pueden pasar 14 días (según el Ministerio, la incubación puede durar entre 1 y 14 días). Y si contamos los días que pueden sumarse si contamos el acceso a la atención y lo que se tarda entre que la muestra es enviada y testeada, tenemos que pueden pasar hasta tres semanas entre la infección y la detección concreta. A una tasa de duplicación cada tres días, una cuenta similar a la realizada antes da que en tres semanas los casos pueden llegar a ser 130 veces más que los detectados al día de la fecha. Claro que es muy poco probable que esto sea así para todos los casos (generalmente se tarda 5 días entre la infección y la manifestación, según el Ministerio). Pero nos muestra que la información que tenemos hoy, a groso modo, corresponde a las infecciones de hace dos o tres semanas.

Además, como China posee una capacidad de detección de casos mucho más rápida que la nuestra, es de suponer que nuestras estadísticas tarden algunos días más en reaccionar ante las medidas tomadas. Por este motivo el gobierno trabaja a contrarreloj en habilitar una treintena de laboratorios para hacer el testeo. Finalmente: casi con seguridad pasaremos los 1300 infectados en nuestro país. Pero: ¿por cuánto?

Escenarios intermedios

La gran incógnita de las estimaciones, aún tomando medidas drásticas, es cuánto tardan en generar efecto. Y que pueda medirse concretamente en el Malbrán y demás laboratorios que se habilitarían en estos días. Los escenarios intermedios que presentó el Ministerio suponen diversas fechas en las cuáles comienza a enlentecerse la velocidad de contagio. En un escenario, supone que sería a fin de mes. En otro: a mediados de abril. Una semana parece poco. Pero cada semana la cantidad de enfermos se viene quintuplicando en nuestro país. Y en dos semanas: la cantidad de enfermos se multiplica por veinticinco.

Salvo en su escenario utópicamente “optimista”, todas las estimaciones del gobierno suponen alrededor de 1800 casos detectados al 1º de abril. Si en ese momento comenzara a frenarse el contagio, el documento del Ministerio estima un total de 250 mil enfermos totales hacia principio de junio, en base a proyectar los resultados satisfactorios de China dentro de nuestro país. Si este fuera el caso, dándose de forma más prolongada en el tiempo, el ministro de Salud estima que podría sobrellevarse la epidemia sin que colapse el sistema sanitario. Sin embargo, la cifra final podría llegar incluso a 2 millones, si las medidas no resultaran tan efectivas y nos pareciéramos más a España o a Italia. ¿Qué tenemos a favor en nuestro país según precisa el informe? Que se han tomado medidas con más rapidez que en el resto de los países. Por eso, podemos permitirnos ser un poco más optimistas.

La clave de la eficacia

El peor ejemplo de cómo abordar la epidemia lo da la principal potencia mundial, EEUU. Allí las muertes se duplican ya cada tres días y, al momento de escribirse esta nota, tiene casi tantos infectados como Italia. Donald Trump primero analizó que el virus era una simple gripe y luego apostó a una rápida producción de una vacuna, que aún no existe y nunca se tardó menos de seis meses en lograr. Pero el pueblo estadounidense no tiene tanto tiempo.

Por ahora, la contención de la epidemia no depende tanto de algún adelanto tecnológico de punta, sino simplemente de limitar lo más posible el contacto entre personas. Ésta es la forma más efectiva de combatir el coronavirus. La clave está en la responsabilidad y la solidaridad colectiva. Sin dudas, todo esto traerá aún mayores consecuencias a una economía ya golpeada. El punto más sensible está precisamente en abordar la situación de emergencia, atendiendo las realidades de los sectores más carenciados y las barriadas populares. Aquí, sumando a las medidas económicas paliativas que dispuso el gobierno, ya empezaron a tener un rol fundamental las organizaciones sociales y los comedores de barrios y escuelas. Con voluntad colectiva y organización popular, es posible.