48 años del Cordobazo

Camino vigente contra el ajuste y la entrega en la perspectiva de la liberación nacional y social dirigida por la clase obrera.

Extractamos del libro de Miguel Rubinich “Apuntes: Sobre la historia del Regional Santa Fe. PCR” relatos de las luchas obreras y populares de los años 1969/70 que tuvieron su punto máximo en el Cordobazo. Miguel fue dirigente ferroviario, comunista revolucionario, protagonista del Rosariazo. Falleció el 8 de marzo de 2012. En este extracto señala el contexto de la dictadura de Onganía, la lucha obrera y popular en el Rosariazo y el papel de los cuerpos de delegados como órganos de doble poder en una situación revolucionaria.

– Estas luchas importantísimas creo que muestran por un lado el fervor de lucha de grandes sectores populares y por otro lado lo ferocidad de la dictadura de Onganía quien, ni bien asume, toma medidas realmente anti populares.

–Onganía llega a través de un golpe de estado el 28 de junio de 1966, derrocando a lllia. Esta dictadura adoptó una serie de medidas pro terratenientes y pro imperialistas que deterioraron grandemente las condiciones de vida y de trabajo de las masas obreras y campesinas, y amplios sectores populares. Impulsaron un plan de ajuste donde se congelaron los salarios, atacaron una cantidad de conquistas del movimiento obrero estableció una ley de arrendamiento en el campo que conquistas importantes y fue generando una situación muy crítica desde el punto de vida económico y de vida del pueblo.

Todo ello generó condiciones de resistencia en condiciones muy difíciles porque ni bien se instaló la dictadura hubo una represión muy fuerte e inmediata al movimiento obrero, estudiantil y popular.

Hay que mencionar también que hubo sectores que si bien no lo expresaban con absoluta claridad trataban de parar la lucha de resistencia contra la dictadura. Hubo en ese momento una afirmación de Perón que llamaba a “desensillar hasta que aclare”, ello teniendo en cuenta que la masa principal de obreros era peronista, o sea que influyó bastante y le dio un momento de tregua a la dictadura. Ello generó todo un debate en la izquierda y en la masa.

El partido analizaba en base a lo que observaba en el estado de ánimo de las masas que se iba creando un polvorín que se iba resecando cada día más bajo los pies de las clases dominantes en Argentina, y que ese polvorín más tarde o más temprano iba a estallar. Ese fue un debate muy importante que tenía que ver con discutir si las masas estaban dispuestas a combatir contra a dictadura o si, en cambio, había que acorralar a la dictadura para tratar de conseguir una salida democrática desde el punto de vista electoral. De ese debate se desprendía otro que tenía que ver con el camino para resolver el problema que existía en Argentina, si era reforma o revolución.

La realidad demostró que el Partido tenía razón, que ese polvorín existía y se iba resecando cada vez más bajo los pies de las clases dominantes. Ello vino precedido de una cantidad de huelgas de movimiento obrero, la de los Petroleros de Ensenada, de los Ferroviarios y de otros gremios importantes que resistieron la dictadura. A su vez los estudiantes venían combatiendo contra la dictadura, particularmente en la de la autonomía universitaria, en defensa del comedor universitario, en defensa de conquistas muy importantes que a la dictadura vino a aplastar a partir de la intervención de las universidades.

–¿Cómo era la metodología de lucha en esos “azos”?

–La metodología de lucha en ese periodo eran las huelgas, las ocupaciones de fábricas, de facultades. Comenzaban a despuntar algunas luchas, todavía embrionarias, en el campo que luego se van a corporizar en las Ligas Agrarias sobre todo del noroeste argentino -Corrientes, Chaco, Formosa, etc.-. Huelgas generales en las grandes ciudades como las que se concretaron con el Rosariazo, el Cordobazo, el Rocazo, el Tucumanazo y los distintos “azos” de ese periodo. Esas formas de lucha, que van adquiriendo relieves de puebladas como las que se han desarrollado en Cutral Có, Plaza Huincul, en Tartagal, en Jujuy, el Santiagueñazo tienen que ver con lo que en su momento han ido protagonizando la clase obrera y distintos sectores populares en la Argentina. Los estudiantes, por ejemplo, además de tener sus comisiones directivas en los Centros de Estudiantes tenían sus Cuerpos de Delegados en todas las facultades, funcionaban democráticamente en asambleas masivas que decidían los planes de lucha y las reivindicaciones que se levantaban en contra de la dictadura de Onganía. Los centros de estudiantes tenían sus propios grupos de auto defensa que participaban con el conjunto de los compañeros en las manifestaciones. Esa metodología de lucha que tenía como corazón a los Cuerpos de Delegados de las fábricas, de los estudiantes y más tarde de las Ligas Agrarias y demás han demostrado que son verdaderos órganos de doble poder en acción frente a situaciones de luchas determinadas. Para los que tratan de ocultar y desnaturalizar esas luchas, los delegados elegidos en asambleas de miles y miles de pobladores de Cutral Có y Plaza Huincul fueron los que negociaron el petitorio con el gobernador de Neuquén, Sapac, y antes de firmar el compromiso con éste, fueron a pedir el acuerdo a la asamblea con todos los pobladores. Ahí estaba el gobernador, el intendente y demás pero estaba ese Cuerpo de Delegados, ese órgano de doble poder, con mandato revocable frente a las masas que era la que decidía, en última instancia, si estaba de acuerdo o no con las propuestas que hacían desde la gobernación para resolver las graves situaciones de esos pueblos.

Por lo tanto, lo que pasó en aquel periodo de los “azos” tiene plena vigencia. Es cierto que se han debilitado los sindicatos, los Cuerpos de Delegados de las comisiones internas porque ha habido una política de la patronal y de los enemigos de clase para intentar liquidar esos verdaderos instrumentos de lucha de la clase obrera pero aún, en estas condiciones actuales, los Cuerpos de Delegados, las Comisiones Internas y los sindicatos que tienen una orientación de lucha combativa juegan un papel importante en todo el desarrollo de las luchas.

Por eso tenemos que destacar el papel de los Cuerpos de Delegados en el Rosariazo porque todas las columnas obreras que se armaron, previas a asambleas que se realizaron en distintos gremios, arrancaron en columnas dirigidas por esos Cuerpos de Delegados desde el norte de la ciudad, desde la zona de Sorrento, los obreros de Luz y Fuerza; los Ferroviarios arrancaron desde el Cruce Alberdi dirigidos por los Cuerpos de Delegados de la Unión Ferroviaria y La Fraternidad -previo a una asamblea de entre 5000 y 7000 obreros-. Los obreros de la carne también, desde la zona sur. Todas las columnas iban convergiendo hacia el centro. A su paso iban paralizando el transporte, haciendo barricadas en todas las esquinas y, al llegar al centro, fue superada la represión por parte de la policía, que estaba concentrada en la Plaza Sarmiento, que era un playón mucho más grande de lo que es hoy. Muchos compañeros devolvían los gases lacrimógenos con las manos a la policía. Es decir, hubo un ejercicio de combate, de calle en esta sublevación del pueblo de Rosario que ha sido sin dudas un ensayo, junto al Cordobazo y otros “azos”, revolucionario en a Argentina. En ese periodo faltaba la participación activa del campesinado pobre y medio, sobre todo que es el gran aliado de la clase obrera para la lucha revolucionaria.