En la mañana del viernes 9 se encontraba realizando el mantenimiento eléctrico de una unidad que se encontraba sobre el elevador hidráulico. Ésta rompió la traba que evita que el colectivo se mueva para atrás o adelante y salió, aplastándolo e hiriéndolo severamente. Asistido por sus compañeros y los bomberos, fue llevado de urgencia al Hospital Penna donde lamentablemente no pudo sobrevivir por las graves lesiones recibidas.
Negligencia empresaria
Su muerte es producto de la desidia del Grupo DOTA, que desde que mudó la cabecera a la nueva terminal del barrio de Barracas desoyó las denuncias de los trabajadores respecto a que los elevadores hidráulicos no cumplían con las garantías mínimas de seguridad.
David se encontraba trabajando con dos de las cuatro trabas que mantienen la unidad en el elevador hidráulico COBI. Las trabas estaban mal confeccionadas (compuestas por acero y metal dulce que no resisten la presión que genera el colectivo, ni tienen la altura necesaria para que este no avance), en un taller sin paredes ni las correctas delimitaciones. Los trabajadores ya habían denunciado que esos elevadores no son seguros, que no se podían usar, que no tenían las trabas automáticas en los laterales, pero eran presionados por los encargados a realizar tareas con las condiciones que le impone la empresa DOTA.
Respuesta de clase
Apenas se conoció el accidente, los trabajadores de la Línea 60 resolvieron de forma unánime en asamblea paralizar el servicio de colectivos por tiempo indeterminado hasta que estén dadas las condiciones de seguridad en la terminal.
Por su parte los directivos de DOTA –dueño de la Línea 60– y el personal jerárquico abandonaron las cabecera Barracas y luego la de Maschwitz. Hasta el momento no volvieron a las cabeceras para brindar servicio. La empresa no tardó en enviar a un provocador a retirar una unidad en la terminal de Barracas para generar incidentes en medio de la medida de fuerza, una provocación a los trabajadores que se encontraban de duelo por la pérdida de un compañero.
Justicia para David
“Ningún organismo, del actual Gobierno, se ha acercado a dialogar con nosotros. Ni el Ministerio de Trabajo ni la Superintendencia de Riesgos de Salud se han preocupado por la integridad física de los trabajadores. Nuevamente, y como lo hemos demostrado con anterioridad, estamos dispuestos a reunirnos para alcanzar una solución”, informaron los trabajadores de la Línea 60 en un comunicado. “Los trabajadores de la Línea 60 exigimos justicia para nuestro compañero David Ramallo y que los responsables del crimen paguen penalmente, para que estos hechos fatídicos no vuelvan a repetirse. A su vez, le exigimos al estado que intervenga y garantice las condiciones mínimas de seguridad para que podamos retomar el servicio de la Línea 60.”
Es necesario rodear de solidaridad y apoyo activo a la familia de David y a los trabajadores de la 60, para conseguir justicia y que un hecho como este no vuelva a ocurrir.
Corresponsal