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El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social oficializó este mes el incremento del 34% del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVyM) a liquidarse en tres tramos: 20% en julio, 8% en agosto y 6% en septiembre 2023. Desde el piso que en junio se ubicó en $87.987 pasa a $105.500 en julio, a $112.500 en agosto y a $118.000 en septiembre. Esta cifra será actualizada para el último trimestre del año en la reunión del Consejo del Salario en octubre.
La revisión impactará también en programas sociales como Potenciar Trabajo (Ministerio de Desarrollo Social); Acompañar (Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad); Becas Progresar (Ministerio de Educación); Jubilados ANSES y condición socioeconómica para la compra de dólar ahorro. También impacta en numerosos trabajadores cuyas escalas inferiores de convenios colectivos arrancan en el Salario Mínimo, como empleadas domésticas, gastronómicos, ayudantes de albañil y otros.
Con esta recomposición, el SMVyM en términos reales a julio 2023 recupera el nivel de diciembre del 2019. A pesar de este salto del 34%, el SMVyM no logra recuperar la pérdida del 25% del periodo 2016 a 2019 durante el gobierno de Macri.
En términos de pobreza e indigencia, un trabajador/a con una familia de 4 integrantes y que cobra el SMVyM de julio ($105.000 cobrados en agosto) no llega siquiera a comprar los alimentos necesarios, ya que la canasta de indigencia a junio 2023 está en $104.227. Mientras que la canasta de pobreza a junio 2023 se encuentra en $ 232.427.
Históricamente se considera al Salario Mínimo como el ingreso necesario para que una familia de 4 personas no sea pobre. Este criterio se ha alejado cada vez más de la realidad de millones de trabajadores a fuerza de la inflación no controlada y una estructura económica primarizada mirando el mercado externo que impone los bajos salarios y haciendo de la pobreza un problema estructural para la mitad de la población del país.
