“Feminismo” sin causas de Michelle

El discurso de Michelle LaVaughn Robinson, calificado de inspirador por los medios hegemónicos, comenzó con el relato de su historia personal y sobre cómo, a pesar de su origen humilde, pudo llegar a graduarse en Harvard gracias a su esfuerzo personal. Luego avanzó en un diagnóstico sobre la situación de las mujeres jóvenes en el mundo y las dificultades para completar su educación. Se refirió a situaciones comunes que sufrimos las mujeres como la discriminación, la falta de oportunidades, la desigualdad salarial respecto de los varones, el acoso callejero y la violencia doméstica. Pero lo más curioso no es lo que dijo, sino lo que no dijo.

Podemos empezar con el hecho de que en ninguna parte de su discurso tuvo en cuenta las condiciones concretas en las que se desarrolla la vida de las jóvenes en la Argentina y el mundo. Por ejemplo: no todos los padres y madres tienen un trabajo con el que garantizar la educación de sus hijos e hijas. No es por falta de esfuerzo, sino por la división social en clases que impone el capitalismo imperialista, reforzado por las políticas de países como el que ella representa hacia los países dependientes como la Argentina. Así miles de niños, niñas y adolescentes son empujados a abandonar sus estudios en busca de trabajo para poder sobrevivir, en muchos casos caen en redes de trata y prostitución a causa del desamparo y la desesperación, y miles de familias migrantes son esclavizadas en los talleres clandestinos, como los de Juliana Awuada.

Por otro lado, aunque quizás no llame la atención, tampoco mencionó las miles de niñas en el mundo que no pueden completar su educación porque son asesinadas junto a sus familias a causa de los bombardeos imperialistas o porque deben abandonar sus países para salvar sus vidas.

Es cierto que al entusiasta discurso no le faltaron propuestas de solución: Invitó a las presentes a sumarse a la iniciativa impulsada por ella llamada “Let Girls Learn” (Dejen aprender a las niñas) para recaudar fondos para fomentar la educación de las niñas de bajos recursos. Una burla… ¿Y si usan los miles de millones de dólares que nos hacen pagar a los buitres y a otras alimañas?

Otra propuesta que dio: que las madres se dediquen a educar hijas fuertes e hijos respetuosos, tomando como natural que la crianza sea tarea de las mujeres. Pero en realidad una de las causas del machismo y la opresión es precisamente el trabajo doméstico descargado sobre las mujeres, que las confina al hogar y las limita en sus perspectivas laborales e intelectuales.

En fin, fue un discurso liberal que tal vez sea más avanzado que los ejemplos de casamientos arreglados que hizo mención. Pero, en su individualismo, no reconoce causas del machismo ni cuestiona ninguno de los pilares de la desigualdad social que lo sostienen. Naturalmente, para ella ni la opresión nacional ni la explotación ni el sistema patriarcal son un problema. Porque todo se resolvería “con esfuerzo”.