Mientras se espera el comienzo del juicio por la desaparición y asesinato de Daniel Solano, a los siete policías acusados, únicos detenidos de la causa, les fue otorgado el beneficio de salir libres bajo fianza. Ante este nuevo atropello, Guadalberto Solano, padre de Daniel, comenzó una huelga de hambre y un acampe frente a la fiscalía donde ha sufrido graves amenazas junto a miembros de su familia. Hoy se encuentra encadenado al juzgado exigiendo se realicen las pericias presentadas por la querella que permitirían encontrar el cuerpo de su hijo.
Daniel Solano, perteneciente a una comunidad guaraní de Tartagal (Salta), fue desaparecido el 5 de noviembre de 2011 en la localidad rionegrina de Choele Choel por cuestionar los infames salarios y condiciones laborales de los obreros rurales y por cuestionar la estafa a los trabajadores golondrinas llevada a cabo por el monopolio belga Expofrurt y la empresa tercerizada Agrocosecha.
Desde el primer momento actuó como garante de la impunidad un complejo entramado de complicidades entre funcionarios del gobierno de Río Negro, jueces, médicos, fiscales y empresarios de Agrocosecha y Expofrut, junto al silencio cómplice de la UATRE (Unión de trabajadores rurales y estibadores), en definitiva el entramado de este Estado oligárquico-imperialista.
A pesar de todo esto, con la movilización popular y pruebas aportadas por los abogados de la familia Solano, se logró en julio de 2012 la detención de siete policías, los cuales ahora podrían salir libres bajo fianza.
¡Justicia por Daniel Solano! ¡Basta de precarización laboral! ¡Condiciones dignas para todos los trabajadores rurales!