La devaluación de Macri recorta más el salario

A la devaluación del 30% provocada por la política de Macri los días siguientes a las PASO repercutirá empujando casi 10% más la inflación. Acumularía un 15% para los próximos tres meses. Esto implica que el salario real sufrirá un nuevo recorte de entre 5% y 10%. El salario promedio de los asalariados argentinos es de 20.640 pesos (según el Indec). Medido en dólares, con el salto devaluatorio luego de las PASO bajó de 445 a 362 dólares.

Estos saltos devaluatorios en una economía dependiente y dominada por monopolios y terratenientes como la Argentina provocan inflación y castigan los bolsillos de los trabajadores y el pueblo. Se trata de una economía agroexportadora que fija los precios mirando el mercado externo, con bienes de consumo manufacturados importados en dólares o producidos por una industria local con insumos importados, y con un mercado local dominado por monopolios con objetivos de rentabilidad en dólares.

Este nuevo recorte salarial se suma al proceso de achicamiento que vive el salario desde que asumió el gobierno de Macri. Sin contabilizar la inflación de julio ni este salto de agosto, el salario mínimo ya había perdido un 30%: Pasó de $5.600 en diciembre 2015 a $12.500 en junio del 2019. Pero la inflación acumulada ascendía a 216%, con lo que el salario mínimo debería ser de $17.700 para mantener su poder adquisitivo.

Más recesión

La masa salarial representa el 45% del PBI nacional, por lo tanto 5% de caída del salario real repercuten como una contracción de 2,25% en el PBI de los próximos meses. La caída de entre 5% y 10% del salario implica restar 400.000 o 800.000 millones de pesos del consumo interno. Los anuncios totalmente insuficientes del gobierno suman un total de 40.000 millones de pesos inyectados al consumo, pero no cubre ni el 10% de lo perdido por la devaluación y el recorte salarial.

Por lo tanto, con un nuevo achicamiento del mercado interno habrá, en consecuencia, un recrudecimiento de la recesión, empujando a más cierres de comercios y fábricas, suspensiones y despidos, parando aún más la economía y aumentando la crisis social y la pobreza.