López y Maldonado: El Estado es responsable

Este 18 de septiembre se cumplen 11 años de la segunda desaparición de Jorge Julio López. Y este año la denuncia de su desaparición y el reclamo de “con vida los llevaron, con vida los queremos” se une con la de Santiago Maldonado.

Desde el Encuentro Memoria Verdad y Justicia se vienen haciendo las reuniones de preparación de la jornada del 18 de septiembre, que como todos los años volverá a marchar sobre Plaza de Mayo. Inclusive se plantea la posibilidad de coordinar también para esta jornada con el otro agrupamiento de derechos humanos y libertades con quienes se organizó el acto unificado por Maldonado del 1º de septiembre.

Se viene avanzando y son mayoritarias las posiciones que integran ambos reclamos reconociendo que hoy la política argentina está atravesada por la desaparición de Maldonado, por parte de un gobierno que organizó el dispositivo represivo de Gendarmería directamente a través de Pablo Noceti, abogado defensor de represores y actual Jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, como parte de un plan para la “recuperación” de tierras en favor de Benetton, y que luego se encubrió sembrando falsas hipótesis, que a lo largo de un mes se han ido cayendo una por una, aunque seguirá intentando con nuevas como se ve en estos días.

Los dos casos tienen su particularidad, pero también una esencia común: el accionar de las fuerzas represivas del Estado de ayer y de hoy en la desaparición forzada de personas. Y también la respuesta popular para repudiar esas desapariciones y exigirle al Estado que los encuentre, que la impunidad no se tolera.

El caso López

López desapareció tras testificar en el juicio que condenó al comisario Miguel Etchecolatz, que significó un golpe a la impunidad y que fue el producto de la lucha popular de muchos años, aprovechando la situación política que dejó el Argentinazo del 2001 y que el gobierno de Kirchner advirtió. Y a la vez, la desaparición de López fue una clara demostración de que la impunidad no terminaría allí con los juicios. Que el peso de los “hijos del proceso” en los mandos policiales de la Bonaerense y de todas las fuerzas represivas es un hecho garantizado en que la dictadura no cayó en 1983, y que por el contrario pudo encontrar el camino de su retirada. Y es esta continuidad del carácter del Estado, el que en definitiva involucra a los gobiernos constitucionales también por acción u omisión.

Provocativo desde el banquillo de acusado, Etchecolatz se dejó fotografiar sosteniendo un papel donde anotó el nombre “Julio López”. Esto lo señalaría luego como principal sospechoso en cuanto a la responsabilidad intelectual de la desaparición de López. El siniestro “mensaje” probablemente alcanzaba también a aquel gobierno que, tras 30 años de lucha popular, estaba promoviendo estos juicios. Pero el brazo ejecutor de la desaparición de López quizás haya incluido a personajes, personal en actividad designado o con vínculos que, de ser investigados, podría haber manchado o dejado a luz aspectos del doble discurso del gobierno kirchnerista. La declaración del entonces Ministro del Interior, Aníbal Fernández, fue elocuente: “¿Yo que sé si no está tomando el té en la casa de su tía?”.

La necesidad de unidad frente al gobierno de Macri

El gobierno de Macri viene de intentar hacer pasar el 2×1 para los genocidas condenados, enfrentó la posición masiva del pueblo y se reacomodó. Viene de aprobar el protocolo anti-piquetero que si no pudo aplicar plenamente fue también por la tenacidad popular. Viene respaldando a los intendentes como Mestre, que resolvió subir a un gendarme por micro para enfrentar una huelga salarial en la Ciudad de Córdoba y la semana pasada allanó 15 locales partidarios deteniendo a una veintena de activistas. A gobernadores como Morales de Jujuy, que mantienen presa a Milagro Sala. O a Bertone y su vice Arcando, que reprimieron y quemaron el acampe de los gremios hace un año. Y desde hace un mes, el gobierno es responsable directo de la desaparición y el encubrimiento de lo sucedido con Santiago Maldonado. Un gobierno que, de salir fortalecido en octubre, pondrá aun más los operativos represivos a la orden del día.

Por eso este 18 de septiembre, a 11 años de la desaparición de Julio López y a un mes y medio de la de Santiago Maldonado: ¡el Estado y el gobierno son responsables! ¡Basta de represión!