Milei contra los clubes

Los Cebollitas, inicios de Diego Maradona.

A dos días de la final de Copa América con Colombia, Milei lanzó un tuit haciendo referencia a los clubes europeos donde juegan actualmente varios de los jugadores de la selección con el fin de relanzar la campaña por las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en el futbol argentino. Dicho tuit fue contestado desde la cuenta oficial de Diego Maradona en Instagram, manejada por sus hijas, destacando que todos los clubes de los que partieron los jugadores para llegar a primera y posteriormente a la selección, incluido el Diego, son clubes de barrio sin fines de lucro que permiten a niños de distintos extractos socio-económicos tener la posibilidad de jugar juntos y trabajar en equipo. La polémica siguió con el cuestionado ministro de “Justicia” Cúneo Libarona, quien citó falsamente al Barcelona, al Real Madrid y al Bayern Münich como clubes de fútbol S.A. ejemplares: por el contrario, ninguno de los primeros es una S.A. y solo el 25% del Bayern lo es, en un esquema mixto donde el otro 75% es de los socios en forma de asociación civil.

Días después de que la selección argentina de futbol saliera campeona en Estados Unidos, la Inspección General de Justicia (IGJ) dictó una resolución reglamentando los artículos del DNU 70/2023 “Bases” con los que el gobierno intentó obligar a las organizaciones deportivas más importantes del país a aceptar la participación de las SAD. El DNU dictado el 20 de diciembre de 2023 por el recién asumido presidente Milei contenía dos artículos que obligaban a las asociaciones, federaciones y confederaciones deportivas a modificar sus estatutos para que no pudieran “impedir, dificultar, privar o menoscabar cualquier derecho a una organización deportiva, incluyendo su derecho de afiliación a una confederación, federación, asociación, liga o unión”. De esta manera, el “liberal libertario” interfería desde el Estado en los acuerdos entre privados, plasmados en los estatutos, para favorecer el avance de los capitales financieros en las organizaciones deportivas, hoy conformadas principalmente por asociaciones civiles sin fines de lucro, como en el caso de la AFA que solo admite esta figura a sus afiliados. El 30 de enero de 2024, el Juzgado Federal de Mercedes, había dictado una cautelar suspendiendo ambos artículos del DNU. El 14 de marzo la Cámara Federal de San Martín confirmó la resolución de primera instancia y el Estado apeló nuevamente. Desde entonces el caso está en la Corte Suprema de Justicia.

A su vez, la AFA ya le había marcado la cancha a Milei el 23 de noviembre, 4 días después de que este ganara el balotaje, cuando realizó la votación para decidir si admitir a las sociedades anónimas, resultando 45-0 con la ausencia de Talleres de Córdoba, que se había manifestado a favor.

La principal consecuencia de convertir a los clubes en sociedades anónimas es que su finalidad dejaría de ser el bien superior de la recreación social, cultural y deportiva de los socios y sus familias –rol fundamental para el tejido social de muchos barrios y pueblos de todo el país– y pasaría a ser el lucro de los socios capitalistas, suprimiendo todas las actividades y espacios que no maximicen la renta de los capitales financieros que se asocien y relegando a los socios actuales al lugar de clientes-consumidores sin poder de decisión. Esto en los clubes de barrio más chicos, daría lugar a la clásica especulación inmobiliaria sobre los terrenos y la consecuente reducción a la mínima expresión deportiva.