Por este camino

Desde las 10 de la mañana del miércoles 24 de febrero, bajo el intenso sol porteño, las columnas comenzaron a llegar desde todas las direcciones hasta Av. De Mayo y Lima, el punto central de convocatoria de la marcha en la CABA. Convocada por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y los gremios estatales FESPROSA (profesionales de la salud), Conadu Histórica (docentes universitarios), la Federación Judicial Argentina y la Federación Nacional Docente, la jornada nacional de lucha se expresó en todas las provincias y tuvo su máxima expresión en las más de 50.000 personas que desbordaron la marcha y el acto en la Plaza de Mayo.

Los reclamos principales planteados en el pliego de reivindicaciones fueron: Aumento de salario; Basta de despidos en el Estado, ¡reincorporación ya!; Basta de precarización laboral; En defensa del sistema previsional; Contra la judicialización de la protesta. Acompañaron también columnas de los aceiteros de Rosario, de trabajadores de Cresta Roja, ferroviarios de la línea Sarmiento y decenas de organizaciones sociales y políticas.

La gran movilización superó el protocolo antipiquetes del macrismo, un intento de regimentar y cercenar el derecho popular a manifestarse.

Unidad en la lucha
Con banderas de prácticamente todas las delegaciones estatales, al ritmo de bombos y redoblantes, bajo el humo de las bengalas verdes, y con el entusiasmo de encontrarse en la calle para enfrentar la política macrista, la jornada mostró una importante unidad en la lucha de distintas fuerzas políticas bajo la convocatoria sindical.

Una unidad no exenta de debates, sobre todo en cuanto al balance de los 12 años de gobiernos kirchneristas. El acto unificado, en el que hablaron Hugo “Cachorro” Godoy por ATE Nacional y Daniel Catalano por ATE Capital, recién pudo acordarse momentos antes de comenzar la marcha. La columna de ATE, Nacional y Capital, marchó por Av. de Mayo. Otra columna del sindicalismo combativo arribó por Diagonal Sur, a la que se sumaron las organizaciones sociales que iban por Bartolomé Mitre.

En su discurso, Godoy denunció la ola de despidos de trabajadores estatales en las administraciones nacionales, provinciales y municipales, y la política macrista que con la devaluación redujo los salarios, mientras transfirió millones de dólares a los exportadores y las empresas mineras: “Desde que asumió el gobierno produjo una devaluación que ya llega casi al 60 por ciento, lo que significa una pérdida enorme de la capacidad adquisitiva de nuestro salario. Les transfirió a los grupos exportadores 147.000 millones de pesos y 3.000.000 de dólares a las mineras para maximizar su rentabilidad. Ese dinero que le dieron a la Barrick Gold y a otras mineras internacionales significan el valor de un sueldo de 15.000 pesos a lo largo de un año para 20.000 trabajadoras y trabajadores. La misma cantidad de gente que están echando y que nosotros vamos a defender”.

A su vez, marcó que “el anterior gobierno de Cristina Fernández nos dejo 95.000 trabajadores precarios en el Estado Nacional y 600.000 más en las provincias y en los municipios; y por eso hoy este presidente Macri se ha convertido en el abanderado de la reforma del Estado despidiendo trabajadores y haciendo rodar esa bola infame sobre el césped que dejó tamaña cantidad de precarizados en los distintos Estados”.

Catanaro se concentró en denunciar los despidos y la política represiva del macrismo en los últimos tres meses y en el planteo de “no retroceder”, mientras desde un sector del palco y la plaza cantaban “vamos a volver”. Hacia el final, leyó una carta de Milagro Sala enviada desde el Penal de Mujeres de San Salvador de Jujuy.

También hablaron en el acto Jorge Yabkowski de FESPROSA, Luis Tiscornia por la CONADU Histórica, Hugo Blasco por la Federación Judicial Argentina y Oscar “Colo” De Isasi, secretario general de la CTA y ATE Provincia de Buenos Aires,.

De esta manera, la jornada fue expresión del nuevo momento político, con la unidad bajo una convocatoria sindical y con el golpe principal en el macrismo de sectores que fueron opositores y oficialistas durante el kirchnerismo. Salvo algunos detalles, todos respetaron ese paraguas sindical. La única excepción quizá fue la CCC de Alderete, que se retiró de la plaza cuando comenzó a hablar el secretario de ATE Capital.

Seguir en las calles
La gran movilización del 24 fue un paso fundamental para potenciar, unificar y fortalecer la lucha de los estatales. Oxigenó también la voluntad de lucha del conjunto de trabajadores y el pueblo.

Sin embargo, la posibilidad de nuevos despidos todavía sigue abierta. El lunes 29 finaliza el plazo del Decreto 336/16 para la “justificación” de cada monotributista a través de los convenios con universidades y el jueves 31 culmina también el plazo del Decreto 254/15, que renovó a todos los contratados estatales sólo por tres meses. En este marco, ATE ya convocó un nuevo paro nacional para el lunes 29, y será imprescindible seguir profundizando la unidad y la lucha desde cada lugar de trabajo.