Presupuesto 2018: Más ajuste y más deuda

La propuesta de Presupuesto 2018 que presentó el gobierno en el Congreso profundiza el camino del ajuste y el endeudamiento. Cobra cada vez mayor peso el monto destinado al pago de intereses de la deuda externa. La presentación la hicieron calculando una inflación promedio de 15% para 2018, lo que no cierra ni siquiera comparando con las proyecciones del FMI que plantean 18,7%. Por este motivo, todo el gasto propuesto implica en realidad un recorte mayor.

El punto de partida del proyecto es el objetivo de reducir el déficit fiscal primario de 4,2% al 3,2% del PBI. Aun así, el déficit fiscal llegaría al 5,5% si se consideran los pagos de la deuda. Es decir: habría ya un 2,3% del PBI destinado a deuda pública.

Para cubrir ese agujero de $681.803 millones, el gobierno se propone por un lado recortar los gastos: mientras los ingresos aumentarían 19%, los gastos aumentarían sólo 14,8%: menos que la inflación. Y por otro lado, seguirá la ruta del endeudamiento: según el ministro de Finanzas, Luis Caputo, necesitarán tomar nueva deuda externa por 30.000 millones de dólares ($500.000 millones).

De esta manera sigue ganando peso en los gastos presupuestarios el monto destinado al pago de intereses de la deuda, en detrimento de Educación, Salud, Ciencia y Técnica y Vivienda y Urbanismos, entre otros rubros. Mientras los pagos de deuda crecerían 28% (más que la inflación), todo el resto de los gastos del Estado crecerían 14,8% (menos que la inflación). Además, se desprende que más de la mitad de la deuda externa que se tomaría el año que viene se destinará al pago de intereses de la propia deuda. Ya este año el 42% del déficit fiscal de cada mes transcurrido es equivalente al promedio mensual de lo pagado en concepto de intereses.

Según la visión del gobierno, que expone en el texto presentado por el Poder Ejecutivo, el déficit fiscal se debe a “tres grandes ítems”: “la masa de salarios públicos, el gasto previsional y las transferencias al sector privado (subsidios indiscriminados a los servicios públicos),… entre 2012 y 2015 se gastaron en subsidios al gas, electricidad, agua y transporte un total de USD 82 mil millones”. Esto deja en claro dónde va a concentrar su política de recortes y ajuste.

La reducción de subsidios propuesta será en términos absolutos de 209.000 millones a 175.000 millones: en Energía de 133.000 millones a 103.000 millones y en Transporte de 75.000 millones a 71.800 millones. Esto es sin considerar el efecto de la inflación. Tal será la magnitud del nuevo tarifazo que preparan para 2018.

En cuanto al salario real, buscarán fijar topes de acuerdo a la inflación “prevista” de 15% a las paritarias (hay un 16% de aumento previsto para gastos en salarios de la Administración Pública Nacional en el presupuesto presentado), intentando un nuevo recorte del “costo laboral”.

Del total de 3.000.000 millones de recaudación, seguirán buscando la mayor parte en el IVA (871.642 millones) y en el impuesto a las Ganancias (890.638 millones). Y como no contarán con los ingresos extraordinarios del blanqueo que tuvieron este año, buscan compensarlos con una transferencia de 20.000 millones de dólares de activos del Banco Nación al Tesoro nacional.

Y con respecto al comercio exterior, incluso dentro del pronóstico optimista que presentaron, prevén continuar agrandando el déficit comercial: que las exportaciones se expandan 5,6% y las importaciones 6,8%.

Aún así, y por si todo esto fuera poco, considerando que el proyecto de presupuesto fue presentado en plena campaña para las elecciones de octubre, es de esperar que el ajuste que prepara el gobierno sea en realidad todavía mayor.