“Puta” según Jimena Barón

Al final, apareció el tema por el que Jimena Barón había desatado el escándalo. “Les regalo Puta desde lo más hondo de mi corazón”, escribió en su Instagram. No podemos saber si su depresión y sus disculpas fueron reales o un poco más de marketing, pero tampoco este “nuevo” contenido musicalizado aportó sororidad feminista… Más bien lo contrario.

El tema mantiene la estética de los afiches que lo habían promocionado –cuestionada por su similitud con la propaganda utilizada por redes de prostitución y trata–. Tanto en el afiche como en el propio videoclip, el aporte “artístico” de Barón fue simbolizar la venta de sexo con un pancho, por cuya venta junta paladas de billetes con los que incluso se baña. Como para no dejar lugar a dudas, su estribillo aclara qué es lo que vende con tanto éxito: “Dicen que soy puta, pero vuelve a mí”, repite.

Las imágenes y la letra muestran una “puta” que, con las pilas de billetes que junta, logra ser independiente, no tener novio y no cocinarle “ni el desayuno” a nadie más. Una propaganda que embellece a la prostitución, cuya única originalidad pasa por su ritmo pegadizo para promocionarla, con más de 4 millones de vistas en YouTube.
Similar a cómo fue su propaganda previa, lanza provocadora contra las esposas, novias o parejas de sus clientes –que le compran el pancho–:

Hey, Miss Culta
El vino solito,
no tengo la culpa
Con tu idioma
un poco se le dificulta
No te sabe entender
Y a mí me consulta

Así es el feminismo de Barón: que, para reivindicar la prostitución, nos enfrenta a mujeres contra mujeres. Es un “feminismo” que pone por encima de todo al derecho individual: “para que se sientan más libres y se animen a ser la versión de ustedes mismas que quieran ser”, según escribió. Un feminismo liberal, que refuerza el orden social así como está. Porque, en realidad, no hay liberación de las mujeres sin liberación social del conjunto del pueblo.