Este 24 de Marzo se cumplen 41 años del golpe de Estado más sangriento que conoció nuestro pueblo. Golpe que derrocó al gobierno de Isabel Perón e impuso una dictadura pro-imperialista y pro-terrateniente que se propuso cortar de cuajo con el auge de luchas populares que se había desatado desde el Cordobazo, dejando como saldo 30.000 desaparecidos y asesinados, presos y exiliados. Y se cumplen también 41 años de la desaparición y el asesinato de René Salamanca, comunista revolucionario, secretario general del SMATA-Córdoba y uno de los principales dirigentes obreros clasistas de los 70’s.
René encarnó el clasismo antiimperialista en el movimiento obrero y fue un ejemplo de quienes viven como piensan y dan la vida por los intereses de los trabajadores, ganando lo mismo que sus compañeros y volviendo periódicamente a la línea de producción. Con la conducción de la Lista Marrón desde 1972, los trabajadores mecánicos llevaron adelante una profunda democracia sindical basada en el Cuerpo de Delegados y las asambleas, y consiguieron importantes conquistas salariales, de condiciones de trabajo (insalubridad, categorías, ritmos de producción, etc.) y la recuperación del sábado inglés que había quitado Onganía.
Salamanca fue parte de la conducción de la CGT Córdoba junto a Atilio López, de la UTA y peronista, y Agustín Tosco, de Luz y Fuerza, alianza que expresaba a los principales contingentes obreros que venían en lucha desde el Cordobazo. El SMATA Córdoba se transformó en un ejemplo y una referencia fundamental para el movimiento obrero combativo en todo el país, vinculándose además con el movimiento estudiantil, campesino y con cada sector popular en lucha.
Tras la muerte de Perón, iniciada la ofensiva golpista, el SMATA Córdoba fue intervenido por la dirección nacional del jerarca traidor José Rodríguez y el Interventor de la provincia Raúl Lacabanne, y se dictó orden de captura para Salamanca y toda la Comisión Directiva marrón. Desde la clandestinidad, y mientras fuerzas como el PC llamaban a la constitución de una “convergencia cívico-militar”, René llamó a enfrentar el golpe de Estado “venga de donde venga”, denunciando al imperialismo yanqui y al socialimperialismo ruso, y a los monopolios y terratenientes asociados a éstos. Y en sus cartas abiertas sostuvo sin ambigüedades que solo había dos caminos: “o se profundiza la dependencia del imperialismo, el poder de los monopolios y los terratenientes y la superexplotación popular, o se profundiza la liberación, la marcha revolucionaria del pueblo con los trabajadores a la cabeza”.
Salamanca fue secuestrado la misma madrugada del golpe, el 24 de marzo de 1976. Tenía entonces dos hijos, un varón camino de la adolescencia y una nena pequeña. Vivían en una casita precaria, en el mismo terreno que la de su suegra, que se las había prestado, y por esos días siniestros se había trasladado a otra casa en donde fue capturado.
Ese mismo 24 de Marzo, los trabajadores la fábrica más grande de IKA-Renault, Santa Isabel, la fábrica donde trabajaba René, realizaron una asamblea dentro de la planta, repudiaron el golpe de Estado e hicieron abandono de tareas. Así, mientras Salamanca era secuestrado y enfrentaba a sus torturadores y verdugos con el silencio, sus compañeros realizaban la primera medida de lucha obrera contra la dictadura, iniciando un camino de resistencia.
En este nuevo aniversario del golpe y de la desaparición de René Salamanca, volvemos a gritar: ¡Ni olvido ni perdón! ¡30.000 detenidos-desaparecidos, presentes! ¡René Salamanca, presente!