Represión a la medida de la campaña oficial

La Policía detuvo 27 personas durante la represión policial a la movilización contra el Presupuesto 2019. Lo curioso es que las detenciones no se produjeron en Congreso, el lugar de los incidentes, sino en los alrededores, en una cacería que se esparció por más de 20 cuadras. Más llamativo aún fue comprobar que hubo policías de civil entre los manifestantes, que luego pasaron a detener personas. No sería la primera vez que, ante una masiva movilización, la policía –de uniforme y civil– provoca un disturbio, luego reprime, para finalmente detener lejos del lugar para disimular su arbitrariedad.

Obviamente, el gobierno nacional rápidamente culpó a los organizadores por la presencia de “grupos violentos, encapuchados” que provocaron los “incidentes”. Acusó a las organizaciones convocantes de provocar los disturbios a la vez que se disponía a votar el Presupuesto. Con la plaza Congreso ya desalojada.

La versión oficial es llamativa no sólo por dónde fueron las detenciones sino también por quiénes son los detenidos: Cuatro miembros de La Garganta Poderosa, entre ellos el director de la revista Nacho Levy, que fueron detenidos en las calles Carlos Calvo y 9 de Julio, ¡a veinte cuadras del Congreso! También fueron detenidos, lejos del Congreso, seis trabajadores de Astilleros Río Santiago, la secretaria gremial de Suteba Ensenada Vanesa Martino y el fotógrafo de Télam Fabricio Bacca. Para sumar indignación, en una filmación del canal Crónica TV se ve claramente como un policía le planta una barra de metal a Nacho Levy para tratar de “generar” alguna prueba contra el periodista.

A esto se suman los cuatro extranjeros detenidos: Baran Anil (27 años) de Turquía, Luis Fretes (26 años) de Paraguay, y Felipe (31 años) y Víctor Puleo Artigas (23 años), de Venezuela. Casualidad o buscado, el gobierno lo utilizó para pregonar la necesidad de deportar inmediatamente a los “extranjeros delincuentes” (ver Los nostálgicos…). Y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich directamente deslizó que iniciaron investigaciones para ver si los venezolanos son servicios de inteligencia de Nicolás Maduro, el paraguayo un anarquista y el turco un activista contra el G-20. El diario Clarín cumplió su parte con una despreciable nota en la que describió el Facebook del joven turco, con fotos suyas en la casa del Che en Altagracia (Córdoba), del Cordobazo o con frases políticas… Ninguna prueba de ningún delito, pero suficiente para este “periodismo independiente”.

Los dos venezolanos fueron detenidos al “voleo” a veintidós cuadras del Congreso, el paraguayo fue apresado también arbitrariamente y el turco estaba yendo a realizar trámites en su embajada. Ninguno tiene antecedentes. Pero el gobierno ya los pretende deportar en un “juicio sumarísimo”. Ante tanta ostentación de republicanismo, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) aclaró que: “La ley de migraciones prohíbe la expulsión inmediata. Ni siquiera en el DNU [70/17], declarado inconstitucional, una detención es causal de expulsión. En este caso, no existe una decisión judicial firme que habilite el inicio de un trámite de expulsión”.