Artesanos de San Telmo en lucha

El conflicto se inicia el 13 de enero del corriente año a raíz del desalojo que sufren los artesanos de la calle Defensa al 700. Hace aproximadamente 12 años que los/as artesanos/as trabajan en ese espacio. Algunos/as pertenecen a la Feria San Lorenzo, la cual tiene más 18 años en barrio de San Telmo y, desde hace diez años, pasaron a ocupar la calle Defensa por una situación de necesidad, porque el público transita esa calle. Decidieron trasladarse a Defensa y Pasaje San Lorenzo, donde comparten la cuadra junto a otros dos espacios.

En el caso de la Feria San Lorenzo es una feria legal, con permiso del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para ocupar el pasaje, pero no la calle Defensa. En todos estos años, tanto la Feria San Lorenzo como los otros espacios, vienen luchando para ser legalizados en la calle Defensa al 700. Incluso, en el año 2012, se aprobó –por unanimidad– un proyecto que legalizaba ese espacio. Pero Mauricio Macri vetó la ley que les permitía estar en la calle Defensa. De todos modos, no cesaron, buscando la manera de ser legalizados, pero nunca les dieron esa posibilidad.

Enero caliente

En enero de este año, la Cooperativa El Adoquín (CTEP) –cuya titular es Gabriela Olguín– firmó un acuerdo con el Gobierno de la Ciudad, en el cual se establece el traslado de la feria de la Cooperativa que ocupaba la calle Defensa al 800-900-1000 a la calle Defensa al 700, es decir, al espacio que otros/as artesanos/as ocupan hace más de diez años. Esta situación desata el conflicto.

Los artesanos/as en defensa de sus puestos de trabajo trataron de dialogar con los integrantes de la Cooperativa El Adoquín a fin de que recapaciten ante el injusto acuerdo celebrado. Con este acuerdo no solo se atropella el puesto de trabajo de más de cien trabajadores/as artesanos/as, sino que muchos/as de los/as integrantes de la cooperativa, como muestra de disconformidad, optaron por renunciar a El Adoquín.

A los/as artesanos/as que ocupaban la calle Defensa al 700, el Gobierno les ofrece ser reubicados en otros espacios de esa misma calle entre el cero y el 699, pero a costa de sacar a otros trabajadores que ya trabajan allí. El gobierno quiere enfrentar a trabajadores contra trabajadores.

La represión

Los artesanos/as venían resistiendo todos los domingos pacíficamente con intervenciones artísticas, volantes, llamando a la solidaridad de los vecinos, comerciantes y turistas hasta que el día domingo 10 de marzo, se desató una feroz represión. En medio de miles de personas que paseaban y disfrutaban de un domingo agradable, comenzaron a llegar las fuerzas de choque de la Policía de la Ciudad. Decenas de oficiales se alinearon frente a la feria de artesanos/as con sus escudos en posición de ataque y gas pimienta en la cintura. Detrás de ellos, carros policiales dispuestos a llevarse detenidos en cantidad. Desde muy temprano, las constantes provocaciones por parte de Cristian Benítez a cargo del operativo y por los inspectores del espacio público, hacían dar cuenta que había una decisión política, la de reprimir.

La represión se desata a raíz de una discusión de un artesano con uno de los inspectores que quería incautar algunos materiales de otros artesanos, que a modo de protesta estaban dando unos talleres en la calle Defensa. Durante esta discusión, llega un policía, agarra a un artesano y lo tira contra el inspector. El policía argumenta que el artesano había agredido al inspector y da la orden a la Infantería de reprimir. Esa fue la primera represión.

Al rato se dio otra más y, finalmente, la peor fue la tercera que se dio en Chile y Defensa, donde hubo detenciones al boleo. A cualquiera que pasaba lo agarraban, le pegaban, lo tiraban al piso y se lo llevaban detenido. Les pegaron a turistas y rompieron puestos de otros artesanos/as que trabajan en Defensa al 600, dejando un saldo de veintitrés detenidos, otras personas fueron salvajemente golpeadas, entre ellas, turistas que visitaban la feria.

Que el árbol no te tape el bosque

El deseo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de despejar la calle Defensa sería el de organizar un gran corredor gastronómico, vendiendo la zona a varias conocidas multinacionales para transformar el antiguo y tradicional Barrio de San Telmo, siempre reconocido por su artesanía, en una zona más de negociados liberales. Como suele ocurrir, los medios masivos de comunicación ausentes y silenciando para que la gente no acceda a la información de lo que realmente ocurre en las calles de nuestro país, muy contrario a la “revolución de la alegría”.

Corresponsal