Superbarbijos fabricados por una cooperativa textil

Diseñados por investigadores de Conicet, la UNSAM y la UBA, los superbarbijos ya están disponibles en el mercado fabricados por una pyme nacional. Pero además, el 10% del total de la tela fabricada es entregada por esta pyme como forma de canon y será destinado a fines sociales. Para la confección de estos barbijos la Cooperativa Textil Llank’aspa, integrada por compañeras y compañeros de Liberación Popular, fue seleccionada por el Ministerio de Desarrollo Productivo. “Orgullosa y feliz” se siente Alina Flores Rasguido, presidenta de la cooperativa, por estar trabajando en este proyecto que contribuye a la prevención contra el Covid. La cooperativa tiene a cargo la confección de una primera serie de 100 mil barbijos. Serán distribuidos principalmente en la localidad bonaerense de San Martín, con intervención de la UNSAM y el Municipio, para el personal esencial.

Los superbarbijos, bautizados Atom Protect por sus creadores, se fabrican con tela triplecapa tratada con activos antivirales, antibactericidas y antihongos. Los barbijos o tapabocas confeccionados con esta tela están pensados para uso común. Su peculiaridad es que, por sus agentes activos incorporados, son efectivos aún en largos lapsos de uso. Se pueden lavar hasta 15 veces sin perder estas propiedades. Este proyecto tuvo un especial impulso del Frente de Todxs en CNEA, integrado por diversas organizaciones, que durante la pandemia vio como una oportunidad poder fomentar la generación de trabajo en pymes y cooperativas a través de una convocatoria abierta para poder conjugar el incentivo a la producción local con el financiamiento del Ministerio en la producción de los barbijos.

“Yo costuro desde muy chica”, contó Alina en diálogo con Al Frente. “Desde los 13 años me dedico a costurar. Mi hermana mayor me enseñó, por necesidad económica. Sé hacer remeras, camisas, delantales, ambos, buzos; me destaco en todo y también en distintas máquinas. Y justo ahora en este año de tanta lucha (…), nos llegaron para hacer estos barbijos. Es una alegría para nosotros hacer. Encima porque no era cualquier barbijo. Antes acá en la cooperativa habíamos hecho los tapabocas para los compañeros. Pero cuando nos dijeron de hacer los superbarbijos, ya tenía una tela incorporada que ya era más destacada, por los científicos y su triple capa.”

Alina en acción.

–¿Cómo recibieron la noticia de que la cooperativa Llank’aspa había sido seleccionada para la confección de los superbarbijos con fines sociales?

–Nos vino bien a nosotros porque hace mucho que no estábamos trabajando acá en la cooperativa. Yo estoy hace cuatro años ya como presidenta de la cooperativa. Fuimos a Desarrollo Social a pedir trabajo. Nos prometieron pero no nos habían dado hasta ahora. Y la verdad, justo en esta pandemia, nos cayó esto de los barbijos.
Antes habíamos hecho unos tapabocas de niños, al inicio de la pandemia, antes que surgiera este trabajo de los superbarbijos. Ahí hicimos muestras. Y el coordinador del movimiento, Iván, me decía «vamos a presentar esto». Lo presentó y cuando ya me dijo «nos va a salir trabajo» para mí era una alegría la verdad. Encima más de hacer los superbarbijos. Cuando yo entré a ineternet y me fijé cómo eran, la verdad me sentí orgullosa y les dije a las compañeras: «es un orgullo que hagamos esto porque es para mucha gente». Para el cuidado de mucha gente y tenemos que meterle con todo para sacarlo. El resto de las compañeras se sienten orgullosas también. Estaban felices porque al hacer los superbarbijos te sentís más colaborativa y sabemos a cuidar más.

–Ya habían fabricado barbijos previamente…

–Desde el inicio de la pandemia hicimos barbijos nosotros acá, como 4300 para repartir entre todos los compañeros del movimiento. Lo hicimos con compañeros que sepan o que aprendan. Ahí ya me sentí bien porque era para el cuidado de todos los compañeros. Y cuando me llegó los superbarbijos, mucho más. Porque esta ya es una tela que tiene más protección. Porque nosotros también antes seleccionamos qué tela utilizar con los barbijos. Eso siempre lo hablamos en las reuniones. Y para estos barbijos tuvimos una y otra reunión para ver cómo íbamos a hacer. Porque no me manejo yo sola. Nos manejamos entre todos los coordinadores.

Superbarbijo, terminado!

–¿Cómo fue la puesta en marcha?

–En un momento dijimos, la verdad, que es muy delicado hacerlo. Tratamos de buscar otros lugares. Me movilicé pero no lo conseguimos y al final tuvimos que trabajar entre varios compañeros para hacerlo acá en el galpón. Colaboraron varios compañeros y coordinadores, más que todo.
Y dos semanas antes, yo puse a los compañeros en prueba. Para ver, porque son 100 mil barbijos y tenemos que terminarlos en tres meses. Entonces yo había pedido que sean compañeros que sepan trabajar. Y se mandó a distintos barrios de Capital y Provincia para que envíen compañeros que sepan costurar. Igualmente, obviamente, uno quiere trabajar. Entonces vienen aunque sepa o no sepa. Y te dice: «yo sé». Entonces yo, para estar más segura, tuve que hacerles la prueba. Les hice hacer a ellos mismos el ambo. O sea, cuando uno ya sabe costurar es fácil de darse cuenta. Vos les alcanzás el corte, le decís “mirá hacé igual que esto”, y el que sabe costurar hace la prenda. Pero el que no sabe costurar, sufre en manejarlo y en agarrarlo. Y ahí te das cuenta vos si no sabe la compañera o el compañero. Tuve que hacer eso.
Porque más antes yo siempre me había dedicado en todo este tiempo enseñando a las compañeras que quieran aprender. Pero como me tocó este tiempo de pandemia… La verdad a mí me dolió seleccionar a las compañeras. Porque todos necesitamos trabajo. Me daba pena por las compañeras. Pero tuve que seleccionar. Hicimos una reunión donde había quince compañeros que querían trabajar, pero solo teníamos que tomar diez. Hoy en día estamos, para trabajar en cadena, dos grupos de cuatro costureros y un ayudante. Y también el ayudante sería costurero para que reemplace a otro si alguien se cansa. Seleccioné 10 compañeros que sepan costurar.
Empezamos el lunes 14. Hicimos dos grupos de cinco personas. Y cada grupo lo hace en cadena el barbijo. O sea, uno hace un lado de la costura, la otra compañera hace el otro lado, y el otro hace el otro lado; y así hasta la terminación del barbijo ya. Aparte de los 10 compañeros se seleccionó dos cortadores también para que hagan el lugar del corte ellos. El corte ya lo hicieron más antes, en el tiempo que yo estaba enseñando a las compañeras antes del 14. En total seríamos 13 conmigo.

–¿Cómo es la jornada laboral?

–8 horas, un sólo turno. Quedamos en 8 horas porque en realidad tenemos que terminar el trabajo. Y vamos viendo cómo avanza. El primer día un grupo hizo 160 barbijos y otro 200 barbijos. El día martes ya aumentaron. Ayer hicieron una producción mejor. Un grupo hizo 500 y el otro 430. O sea, van subiendo porque ya le van agarrando la mano.

–¿Qué diseño se utilizó?

–Nos vino ya el diseño, la muestra ya hecha. Nos dieron ellos y fuimos viendo cómo tendríamos que hacer.

–¿Qué otras actividades realizan durante la pandemia?

–El comedor. En mi cargo, yo aparte de ser la presidenta de la cooperativa, yo soy coordinadora del Barrio María Auxiliadora. Y también era otro sostenimiento ahí que tenía que ver con el comedor. Porque justo con la pandemia arrancamos con el comedor en mi barrio. O sea, tenía que sostener el comedor y los barbijos. Fue un peso más para mí, pero gracias a Dios no me enfermé y la verdad yo agradezco que no me enfermé. Porque yo hasta ahora estoy viniendo bien. Traté de cuidar siempre a los compañeros. Y también hicimos las carpas sanitarias para mi barrio, que salieron en los barrios. Se trabajó bastante durante la pandemia, tanto cuidando a los compañeros e igualmente con los comedores para sostener. Fue un trabajo más duro para los coordinadores y los delegados. Yo me siento orgullosa al asumir ese cargo, todo lo que es de costura siempre me lo pongo a pecho y decir «está bajo mi cargo y tengo que hacerlo».

–¿Querés agregar algo?

–Estamos con el tercer día y siempre voy alentándolos a los compañeros para que lleguemos a hacer mucho más. Nuestro objetivo es hacer 1000 por día por grupo. No sé si llegamos aunque igual estamos en eso. Ya llegamos a los 500 por grupo. Nuestro objetivo es eso. No sólo de mil, por insistirles a los compañeros, sino por la emoción, por la alegría, por el trabajo que están brindando los compañeros y por lo que ellos también se dan cuenta que esto es algo que vos cuidás. Cuidás no sólo a los compañeros del movimiento, estamos yendo más allá ya con esto. Eso es lo que nos alegra.