Surgen nuevas experiencias de fábricas recuperadas

Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) elaborado en base a cifras oficiales reveló que en lo que va del año cerraron 7.518 pymes. Y en lo que va del gobierno macrista, ya van 15.424 pymes menos según este instituto. Cada pyme son trabajadoras y trabajadores que se quedan en la calle y engrosan la cifra de desocupación, que la gobernadora María Eugenia Vidal pretende atribuir al mero “aumento de población”.

El caso de Belcar, la fábrica de tintas y barnices que cerró hace quince días tras 65 años de producción, muestra que la crisis no es un mero reacomodamiento transitorio. También Suschen, que produce las populares mielcitas, cerró sus puertas tras 43 años; aunque en este caso sus trabajadoras manifestaron la voluntad de poner en producción la planta bajo su propia dirección. Esto es lo ya están logrando los y las textiles de Sport Tech, la fábrica ubicada en San Martín. El fenómeno que vuelve a tomar fuerza es que, frente a los cierres generalizados y falta de perspectivas laborales, los trabajadores deciden ocupar la empresa, cuidar las máquinas e incluso ponerlas en producción.

Sobre este tema, Federico Tovarelli –presidente de la cooperativa del Bauen– expresó en diálogo con Vamos!: “Hay como un nuevo proceso de cierre de empresas por el plan económico y que, con la experiencia de los 20 años anteriores, los trabajadores que se quedan sin empleo comiencen a plantearse la posibilidad de armar una cooperativa”.

Este fenómeno social se da en un contexto particular, pero retoma la experiencia de empresas recuperadas que eclosionó en nuestro país en el contexto del 2001. Hoy, muchas de las empresas surgidas en aquel momento siguen funcionando administradas por los y las trabajadoras. Son experiencias que hoy sirven también de apoyo a los trabajadores que ahora deciden también emprender este camino. “Estamos recibiendo llamados, pedidos de ayuda, de asesoramiento, consejos, y estamos dando una mano dentro de lo que podemos hacer todas las organizaciones del sector. Y sí, muy probablemente se venga una nueva tanda de cooperativas de trabajo surgidas de la recuperación de nuevas empresas”, agregó. Uno de estos procesos es justamente la ocupación protagonizada por las trabajadores y trabajadores de mielcitas, en La Matanza.

En este contexto de crisis y elecciones, las cooperativas protagonizarán un encuentro en Ferro el próximo sábado 27, convocado por la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) y la CTEP de Capital Federal, entre otras organizaciones. “Casi todo el sector del cooperativismo de trabajo viene desde hace un tempo trabajando y discutiendo una serie de necesidades propias. Cosas que entendemos que nos hacen falta y que deberían tener una respuesta como política pública desde el Estado. Desde la tarifa a niveles razonables hasta créditos con facilidades para el acceso. Un régimen de seguridad social nuevo, que nos saque de la figura del monotributo, que no se adecúa para nosotros. Porque no somos ni trabajadores en relación de dependencia pero tampoco autónomos. Todo eso se viene discutiendo hace un tiempo y se está traduciendo en un documento que finalmente la idea es presentarlo a los candidatos, con la idea de dejarles las propuestas para articular con el Estado y que el que gane nos llame para ponerlas en práctica”, detalló.
La cooperativa del Bauen es impulsara de este encuentro, dado que, como todo este sector, sufren las consecuencias de un Estado que las mantiene en situación precaria. En su caso, a pesar de haberse aprobado en el Congreso Nacional la expropiación del edificio en 2015, hoy pesa sobre los trabajadores del hotel un pedido de desalojo ya muy avanzado judicialmente. Recordemos que el flamante presidente Macri vetó aquella expropiación apenas asumido.

Sobre la importancia del sector, Tovarelli precisó que “el 70% u 80% del trabajo registrado está en manos de pymes, las pymes abastecen al mercado interno, y el desastre que está haciendo el macrismo repercute directamente en el cierre de pequeños y medianos comercios y empresas. Las cooperativas nuestras, si bien son asociaciones de trabajadores y no son empresas de capital, se pueden asemejar en cantidad de trabajadores y niveles de facturación a una pyme. De hecho, producimos bienes y servicios similares a los de una pyme. Pero como no estamos en el radar de los que están tirando sus propuestas de gobierno, dijimos, tenemos que mostrar quiénes somos y que tenemos tantas necesidades como otros sectores”.

Hace dos décadas, la recuperación de empresas “fue una cuestión ligada a la extrema necesidad en un contexto de la crisis del 2001 y donde, con un 25% de desocupación, más allá de no tener la experiencia de gestión en la empresa, no teníamos otra alternativa. Era literalmente pasar hambre. Luego eso fue mutando y ahora hay como una conciencia acerca de que los trabajadores pueden gestionar las empresas. Como si hubiéramos generado algo así como un sentido común de que si tu empresa cierra, ya no directamente ligada a una crisis económica general sino que puede cerrar por distintos motivos, los trabajadores ya tienen la experiencia que fuimos adquiriendo en todos estos años y se plantean claramente la posibilidad de armar la cooperativa. Entonces, lo que en algún momento fue por una necesidad extrema, hoy es una herramienta más de gestión”, concluyó.