Los obreros del Sindicato del personal de Industrias Químicas, Petroquímicas y afines de Bahía Blanca concretaron el paso de 108 compañeros contratados como efectivos a Solvay Indupa.
Acaban de dar un paso adelante contra la flexibilización laboral. Vienen dando pelea por la unidad de todos los trabajadores del polo petroquímico. Lograron que 108 contratados por las empresas Masa Argentina y ABB pasen, ahora, a ser efectivizados por la empresa madre, Solvay Indupa.
Esto se concretó con la firma del Acta-Acuerdo de 21 puntos, que fue discutida por los delegados de las tercerizadas y el sindicato. El acta será incorporada como anexo al convenio existente, respetando todos los puntos que estas empresas tienen, junto con mejoras en las condiciones laborales y salariales.
La efectivización de los puestos de trabajo de estas dos empresas, que son parte de los sectores y empresas que fueron tercerizados en 1999, no es ajena a la lucha que se viene dando: desde el paro del 2009 se inició un camino para mejorar las condiciones laborales y salariales, avanzando en ganar fuerza frente a empresas muy poderosas. Hubo que desandar muchos años de divisiones y derrotas, manejadas por las empresas y usadas por el Sindicato, que en esa época convivía más con la patronal que con los trabajadores.
Recuperación necesaria y avance de los trabajadores.
La asamblea que destituyó a la anterior Comisión Directiva dio un salto en el proceso de recuperación del sindicato en el 2008. Junto al paro del 2009 y el trabajo posterior, tuvo un centro muy claro: sin perder condiciones salariales y laborales en las empresas grandes, darle importancia y solidaridad a las contratistas y a las empresas chicas. De no revertir estas profundas diferencias, se hacía imposible un camino de verdadera unidad de los trabajadores.
En las empresas grandes se tuvo en cuenta estas divisiones, ya desde 2008, sabiendo que dar esta pelea para unir a los trabajadores de todo el polo petroquímico no sería nada fácil.
De la división a la unidad.
La huelga de 2009 fue un punto de inflexión, porque muchos pararon ese 8 de julio, aún teniendo ya acordado su propio aumento, en solidaridad con los trabajadores de las empresas con más diferencia salarial. En muchos casos se lograron aumentos superiores al 50% o el 100%, como en Sertec. Fue el comienzo de logros concretos de este camino que se iniciaba.
Con mucho orgullo los trabajadores hicieron nacer, producto de este triunfo, la Agrupación 8 de julio. La recuperación fue una necesidad para mejorar las condiciones de los trabajadores, exigiendo el cumplimiento de los convenios y luchando contra la flexibilización, las malas condiciones y la pérdida del poder adquisitivo. Fue la mejor forma de avanzar, sabiendo que con esto la tercerización no les sería tan rentable, o que no les sería el “mejor negocio”.
La apuesta fue que la recuperación del sindicato fuera una herramienta para que los trabajadores sean capaces de unir a amplios sectores populares en la lucha por la liberación.
Ahora, la efectivización de 108 compañeros es un nuevo triunfo del camino que se viene recorriendo desde 2008. Muestra además que, junto con la fortaleza lograda, es posible multiplicar la unidad para seguir avanzando.