Pacto Macri-FMI: Además de entreguista, ilegal

El pacto del gobierno con el FMI no sólo subordina nuestras políticas económicas a su aprobación por este organismo, sino que además es ilegal. Previamente ya había sido mencionado el hecho de que un pacto-acuerdo de esta magnitud no podía ser válido sin la aprobación del Congreso. La novedad, que introdujo Alberto Fernández en su comunicado tras la reunión con funcionarios del organismo, es que el acuerdo también contradice las normativas del propio organismo (constituido por la asociación de un conjunto de Estados, entre los que incluso está Argentina). En particular, señaló el artículo VI del Acta Constitutiva del FMI que precisa que “ningún miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital”.

Las cifras que demuestran esta ilegalidad (vista ahora incluso desde el propio FMI) son bastante conocidas: El crédito otorgado por el FMI a la Argentina suma unos 57 mil millones de dólares, que representa el 65% del total de lo que ha prestado este organismo. Por otra parte, del crédito otorgado, ya han sido desembolsados hacia nuestro país unos 39 mil millones de dólares, en cuatro desembolsos (ver infografía). Es decir: el FMI ha realizado una cantidad “considerable” y “continua” de dólares a nuestro país.

Por otra parte, esta cifra equivale a la fuga de divisas que salieron de nuestro sistema financiero desde enero de 2018 hasta marzo de 2019 en calidad de Formación de Activos Externos (24.772 millones de dólares) y pago de intereses de deuda externa (15.522 millones), totalizando 40.294 millones de dólares según los datos del INDEC. A esto podríamos sumar, además, la fuga por pago de capital de deuda externa (6.583 millones de dólares en este mismo período), que se han cubierto con otros endeudamientos. Es decir: la plata del FMI solo ha servido para que Argentina encubra o no caiga inmediatamente en default, y garantice la fuga.

Mientras tanto, la inflación alcanzó un 47,6% en 2018. El PBI cayó un 2,5% en 2018 y otro 0,2% en el primer trimestre del año. La pobreza alcanzó al 47% de los niños. La industria está en una de sus peores crisis. La deuda pública sigue creciendo a montos impagables. Y la dirección del FMI sigue con los desembolsos aun cuando no se cumple ninguno de los supuestos objetivos económicos: parar la inflación, reactivar la economía, bajar el déficit fiscal.

Si la Argentina deja de pagar deuda y fuga con la desocupación y el hambre del pueblo, el propio FMI quedará en una frágil situación. ¿Por qué su titular Christine Lagarde apostó tanto? Naturalmente que para sostener al actual presidente Macri, tan complaciente con EEUU. Pero también mirando la disputa regional y la elección que elegiría a Jair Bolsonaro como presidente brasilero. Ahora, nos toca a los argentinos poner fin a este gobierno para terminar con este calvario.