Argentina desarrolla su propia vacuna contra el Covid

Cuando la segunda ola golpea fuerte en la región y en nuestro país, en los últimos días se dieron a conocer varias noticias alentadoras. Por un lado, el laboratorio nacional Richmond produjo el primer lote de vacunas Sputnik V que fue enviado al Instituto Gamaleya en Rusia para su análisis y control de calidad. Además se acaba de anunicar también la fabricación de la vacuna Sinopharm. Por otra parte, avanza otra vacuna, 100% nacional, desarrollada por el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad de San Martín y Conicet. (Mientras tanto, seguimos esperando que AstraZeneca cumpla su contrato y vuelvan fraccionadas las vacunas que ya se han producido aquí…)

Si la producción local de Sputnik V pasa la prueba de calidad, el próximo paso sería la producción a gran escala de esa vacuna en nuestro país, lo que nos brindaría en poco tiempo una mayor disponibilidad de vacunas para la población. En el caso de la vacuna 100% argentina “ARVAC Cecilia Grierson” –denominada así en homenaje a la primera médica argentina–, el resultado no sería tan inmediato. Pero no deja de ser un proyecto de enorme importancia estratégica para nuestra soberanía sanitaria, para dejar de depender de la importación de vacunas. “Para independizarse y tener soberanía, la mayoría de los países desarrollados y medianamente desarrollados se han lanzado al desarrollo de su propia vacuna contra SARS-CoV-2. Nosotros también nos hemos sumado”, había expresado en junio pasado la directora del equipo de investigación, Dra. Juliana Cassataro.

Afortunadamente, la ministra de Salud Carla Vizzotti tomó nota de la importancia de esta investigación nacional y se reunió el pasado 15 de abril con la directora y otros miembros del del equipo de investigación. El proyecto culminó en diciembre pasado los estudios de laboratorio y actualmente se encuentra en la fase preclínica, que requiere un mayor financiamiento que el que viene teniendo. En la reunión estuvo también la vicejefa de Gabinete de Ministros de la Nación, Cecilia Todesca Bocco. Se expusieron los avances de la investigación. 

¿En cuánto tiempo podría producirse la vacuna ARVAC? 

Si pasa las fases clínicas y no hay contratiempos, en un año y medio. En este momento, un laboratorio nacional está trabajando en llevar la producción de la vacuna del laboratorio a una escala industrial. Las pruebas que siguen van a ser con lotes industriales de la vacuna. Primero deben realizarse los estudios preclínicos que se están desarrollando para luego poder comenzar con los estudios en humanos en Fase 1. El objetivo es que pueda ser utilizada como un refuerzo de única dosis de las vacunas actuales o también como inmunización primaria. En tanto, para 2023 ya se podría contar con una vacuna de inmunización primaria de dos dosis, enteramente nacional. 

¿Qué utilidad concreta puede tener una nueva vacuna contra el Covid dentro de más de un año? 

Fundamentalmente, la diversidad de vacunas es una buena estrategia para lograr mejor inmunización frente a las mutaciones del virus que se producen constantemente. En este mismo sentido, aunque la versión inicial de ARVAC utiliza como modelo la variante original de Wuhan (China), el equipo de investigación ya se encuentra trabajando en paralelo con la variante P.1 de Manaos y con otras variantes prevalentes en nuestro país.

La fórmula de ARVAC se basa en proteínas recombinantes con un coadyuvante, una tecnología similar a la ya usada en la vacuna del Hepatitis B o el VPH. Este tipo de tecnología es convencional y permite adaptar el antígeno a las nuevas variantes del virus SARS-CoV-2. Además, ya se ha usado en diferentes poblaciones, incluso en bebés y embarazadas. 

Soberanía

Además de las ventajas sanitarias, una vacuna 100% nacional nos permitirá dejar de depender de las importaciones de vacunas, con todos los problemas técnicos, económicos y principalmente geopolíticos que acarrea. Hoy seguimos esperando las vacunas que AstraZeneca dispuso que sean envasadas en México (forma dispuesta por esta farmacéutica para controlar su producción). Se supone que Rusia y China tienen mayor voluntad política, pero aún así en este mundo capitalista todos los gobiernos atienden primero su realidad local. 

Visto mundialmente, apenas el 7,1% de la población mundial ha sido inmunizada por ahora (https://ourworldindata.org/covid-vaccinations). A este ritmo, la lucha contra el Covid-19 llevará varios años. La producción en escala se ha retrasado por faltantes en apariencia insólitos, como la insuficiente producción de vidro. Los países del primer mundo en gran medida ya se han garantizado sus vacunas, en ocasiones desatando una guerra de recursos. Esto ocurrió por ejemplo con EEUU, que le negó insumos a México para terminar la producción de AstraZeneca enviada desde Argentina.

Vale entonces el ejemplo de Cuba, que con muchos menos recursos –pero con una política de Estado sanitaria sostenida– ya está realizando la Fase 3 de su vacuna Soberana 2. Sobre la ARVAC, la directora del proyecto expresó recientemente: “Realmente nunca lo pensamos a ese proyecto desde un trabajo de paper, sino en qué cosas se podían hacer en la Argentina”.